El agradecimiento a la existencia de Viengsay Valdés sobre los escenarios de Cuba y el mundo se convirtió en el factor común de la presentación, este lunes, del volumen De acero y de nube. Biografía de Viengsay Valdés, presentado en la sede del Ballet Nacional de Cuba (BNC), como parte de las actividades de la Feria.

Foto: Maylin Guerrero Ocaña.

 El periodista Yuris Nórido, el director del Museo de la Danza Pedro Simón y el historiador del BNC, Miguel Cabrera —presentadores del texto, en ausencia de su autor, Carlos Tablada— coincidieron en destacar la excelencia, disciplina, talento y perseverancia, que han marcado el trabajo y la obra de la Primera Bailarina de nuestro ballet.

Miguel Cabrera, evocó la manera en que Viengsay se destacó para emerger del supuesto anonimato que da el cuerpo de baile. Aunque su principal mérito, dijo, fue convertirse en una genuina continuadora y embajadora de la Escuela Cubana de Ballet, regalarle su presencia al país que la vio crecer,  "porque el arte no tiene patria, pero un artista, sí y eso Viengsay lo ha sabido demostrar muy bien".

 Al respecto, la artista señaló que en el texto se habla de las múltiples propuestas que le han hecho a lo largo de su carrera, "la mayor parte muy tentadoras profesional y económicamente. Situaciones y decisiones difíciles para cualquier bailarín, pero de ninguna me arrepiento".

 Por su parte, el periodista y crítico, Yuris Nórido explicó que en esta biografía se hace un recorrido por la niñez y primeros contactos de Viengsay con el ballet, el papel de su familia y el diálogo con algunos de sus principales maestros, como el recientemente fallecido Fernando Alonso, cuyos consejos, confirmó la propia artista, resultaron de un valor incalculable.

 Valdés confirmó sus deseos de incursionar en la literatura. En ese caso, dijo, me gustaría escribir sobre el trabajo y la vida del doctor Miguel Capote,  fisioterapeuta, una de las principales personas en mi carrera, según confesó.