La Humanidad tiene ansias de justicia

Sancti Spíritus en las Plazas

Juan Antonio Borrego

SANCTI SPÍRITUS.—Abundio Sánchez, el chapeador de potreros que llegó a Héroe del Trabajo de la República de Cuba con la fuerza de su brazo derecho, abrió la marcha de Sancti Spíritus. Iba sobre un caballo trotón y desafiante, seguido de Gerardo, el chofer jubilado que luce en su pecho decenas de medallas; Néstor, el mecánico insigne de los talleres agropecuarios, y Yiyo, el panadero sexagenario que acabó de alistarse en un contingente de constructores para apoyar las actuales obras de la Revolución.

Tras ellos fueron 100 000 espirituanos en la cabecera y más de 300 000 en todo el territorio provincial. La convocatoria a protestar contra el terrorismo y particularmente contra las patrañas de Estados Unidos para ocultar en aquel país al criminal Luis Posada Carriles no podía encontrar una mejor respuesta en esta parte del archipiélago cubano.

Había también otras motivaciones para ir a las plazas: el afianzamiento de la Alternativa Bolivariana par las Américas (ALBA), el rechazo a la anexión que plantea el ALCA para nuestros pueblos, el humanismo de los nuevos programas que impulsa el país, los progresos sociales de la provincia.

Sancti Spíritus fue al desfile con sus banderas y sus congas, sus camiones ruidosos, sus conquistas en la producción y los servicios, su calidad de vida y el orgullo de la unidad. Y en la punta de la marcha, Abundio Sánchez, con la bandera de la estrella solitaria bien en alto, recordaba una nueva carga al machete.

   

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