Pueblo revolucionario y heroico de Cuba
(Aplausos);
Hermanos latinoamericanos, caribeños y
del mundo, aquí presentes (Aplausos):
Mi especial saludo para mis jóvenes
compatriotas salvadoreños y salvadoreñas que estudian medicina en
Cuba o laboran en sus hospitales para concluir sus especialidades
(Aplausos).
Traigo para todas y todos el saludo del
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador,
de cada uno de sus militantes y de cada uno de sus dirigentes.
Nuestra guerra popular revolucionaria
de 12 años fue una gran sublevación contra el terrorismo de Estado,
preparado y entrenado por el imperialismo yanki. Allí en
Estados Unidos formaron los batallones asesinos, en primer lugar
el batallón Atlacatl, masacrador del Mozote, donde murieron cerca de
2 000 niños, mujeres y ancianos indefensos; allí prepararon y
asesoraron con sus oficiales en El Salvador a los escuadrones de la
muerte, que asesinaron a miles de hombres y mujeres patriotas —solo
por mencionar algo.
A finales de 1979, en víspera del
despliegue de la guerra revolucionaria, había en las calles de San
Salvador un promedio de 29 cadáveres de asesinados por los
escuadrones de la muerte cada día. A los revolucionarios nos
perseguían como animales para darnos caza; solo teníamos dos
opciones: o escapar hacia el extranjero o levantarnos en armas para
combatir el terrorismo de Estado, preparado, financiando e impulsado
por el imperialismo yanki. Y nos pusimos en armas (Aplausos).
El terrorismo de Estado en El Salvador,
que yo le llamaría también terrorismo de imperio —para mencionar
algunos casos—, violó y asesinó a las monjas Marignol, cuando
acababan de llegar al país; los sicarios del imperio —me niego a
llamarles salvadoreños— las capturaron al llegar al aeropuerto
desde el exterior, las violaron y las asesinaron.
Los terroristas del imperio asesinaron
a monseñor Oscar Arnulfo Romero, que levantaba su voz contra esa
injusticia y ordenó parar la represión en su última homilía.
Ellos asesinaron a los sacerdotes
jesuitas y a cerca de 80 sacerdotes más, a lo largo de la guerra; a
más de 250 maestros de escuelas, algunos de ellos asesinados mientras
impartían clases a los niños; ellos hicieron explotar la casa
frágil en el centro de San Salvador, que servía de local para la
Federación de Sindicatos, y asesinaron allí prácticamente a toda su
dirigencia.
Mencionemos algo más:
Durante la ofensiva revolucionaria de
noviembre de 1989 bombardearon con aviones los barrios populares de
San Salvador, y allí en el aeropuerto militar, en la base militar
estaba, colaborando con los sicarios del imperio, con los entrenadores
del imperio, Luis Posada Carriles, y estaba allí Otto Reich, que hace
poco volvió a abrir la boca para vomitar veneno. Esa es la verdad.
Por eso nosotros consideramos que la
llamada guerra preventiva de Bush es terrorismo (Aplausos). Empobrecer
y desemplear a pueblos enteros es neoliberalismo, y el neoliberalismo,
por eso, es terrorismo (Aplausos).
El desempleo y la pobreza lanzan a la
emigración en El Salvador a más de 400 personas cada día, que salen
indocumentados a correr el riesgo de llegar a la frontera sur de
Estados Unidos y traspasarla. ¡Cuántos mueren en ese camino!
¡Cuántos son capturados traidoramente por la policía mexicana y
asesinados a veces en territorio mexicano!
México, que es el principal
suministrador de emigrantes hacia Estados Unidos, su gobierno se
encarga de perseguir a los centroamericanos que atraviesan su
territorio, de capturarlos, de asesinarlos, en algunos caso. Eso es
terrorismo por cuenta del imperio, así se llama.
Más de dos millones y medio de
salvadoreños, un tercio de la población de nuestro país, está
allá en Estados Unidos, se van rompiendo las familias,
destrozando la paternidad o la maternidad de los hijos, muchos de los
cuales después toman los caminos de las pandillas, así llamadas,
maras. Ellos engendraron las maras. Eso es terrorismo contra los
pueblos.
Posada Carriles estuvo refugiado allá
en El Salvador, mejor dicho, no refugiado, basificado en El Salvador,
allí construyó una red terrorista para enviar a Cuba. Cruz León,
que está preso en las cárceles cubanas; René Rodríguez, que
también está preso en las cárceles cubanas, fueron enviados a
La Habana a poner bombas en los hoteles. Un turista italiano
perdió la vida en esos atentados. Los envió Posada Carriles,
amparado por dirigentes del partido de derecha que gobierna en El
Salvador y por funcionarios del gobierno salvadoreño de aquel tiempo.
Por eso míster Bush no halla qué hacer con esa "papa
caliente" que le ha caído entre las manos, que se llama Luis
Posada Carriles.
Le dieron fraudulentamente la libertad
en Panamá; una presidenta que estaba abandonando el gobierno y que no
tuvo valor de hacerlo con suficiente anticipación, lo hizo en el
último momento para que ya nada pudiera hacerse.
Anduvo errante por Centroamérica, hay
indicios de que volvió a entrar a El Salvador, porque allí tiene
organización, y, finalmente, apareció en Miami, demandando su
derecho, dice, su derecho de haber trabajado durante muchos años bajo
las órdenes de la CIA, y él —hay que reconocerlo— con toda
razón se siente en el derecho de reclamarle a ese gobierno que le dé
asilo.
Ahora es, desde luego, el peor momento
para pedirle eso al gobierno de Estados Unidos. Cuando Bush está
proclamando su sagrada y santa guerra contra el terrorismo, su guerra
preventiva, se le aparece uno de sus bichos; a "ese santo"
del antiterrorismo se le aparece uno de los bichos, de los hijos más
asesinos, más curtidos, el cual ya, probadamente, dejó un reguero de
víctimas, como en la voladura del avión en Barbados, y el hombre
llega pidiendo al amo que lo deje estar ahí.
No halla qué hacer; W. no halla qué
hacer, y se les ha ocurrido, parece que lo han discutido, enviarlo de
nuevo a El Salvador. Por supuesto que en el gobierno salvadoreño y en
la dirección del partido ARENA hay quienes, incluso, lo recibirían
con regocijo; pero el pueblo salvadoreño y el FMLN no lo queremos
allí (Aplausos y exclamaciones), estamos demandando al gobierno que
no le permita volver a poner el pie en el territorio salvadoreño.
Se puede preguntar, ¿y este pobre
hombre qué va a hacer hoy, adónde va a ir? Sí, tiene un destino
donde ir, ese destino se llama las cárceles de Venezuela, de donde se
escapó después del crimen de Barbados y donde lo está reclamando la
justicia (Aplausos).
Ahí tiene esa papa o esa brasa
caliente W. Bush, y todos estamos mirando hacia dónde la va a tirar;
mientras tanto, las complicaciones para el imperio se están
multiplicando.
No es solo que no pudo imponer a
Francisco Flores como secretario de la OEA, a este genuflexo y servil,
con el que esperaba tener allí una máscara que
"legitimara" cualquier tipo de agresiones de las que está
hablando hace rato contra Venezuela, contra Cuba, no le salió. El
FMLN dio la voz de alarma a toda América Latina, pusimos al
descubierto su corrupción con documentos originales, hicimos un
dossier —como le llaman— y lo llevamos a los gobiernos de América
Latina, lo presentamos primero en la plaza pública en San Salvador;
entonces resultaba embarazoso para muchos gobiernos que después de
que renunciara el expresidente Rodríguez, de Costa Rica, acusado de
corrupción, eligieran a otro corrupto, y el imperio no pudo implantar
en la OEA a ese títere. Pero, además de eso, está sufriendo otros
reveses, porque hay un proceso, se está levantando un verdadero
tsunami de pueblos. La ola de pueblos está creciendo y esto solo
comienza (Aplausos).
Si el siglo XX en América Latina se
puede caracterizar —por supuesto, a excepción de Cuba, a excepción
de la Revolución Sandinista— como el siglo de los cuartelazos,
ahora podríamos decir que se ha iniciado el siglo de los
"manifestacionazos". Los pueblos están asumiendo de verdad
lo que durante mucho tiempo fue retórica, están asumiendo el
principio fundamental en que teóricamente se asienta la república, a
diferencia de la monarquía, el principio fundamental de que la
soberanía reside en el pueblo, que es el pueblo el que da mandato al
elegir gobernantes; pero es el pueblo también el que puede suspender
ese mandato.
La Constitución Bolivariana de
Venezuela instaló las normas, el derecho de revocatoria, y ya se puso
en práctica y el pueblo venezolano ratificó arrasadoramente a Hugo
Chávez Frías (Aplausos), el pueblo sabe lo que hace; pero como los
pueblos saben lo que hacen, en ninguna otra parte lo quieren permitir.
En la América Latina dependiente no quieren permitir que se revoque;
pero los pueblos aprenden, y entonces hoy salen a la calle a revocar a
los que no cumplen. Ya perdí la cuenta de cuántos presidentes han
salido huyendo por la puerta de la cocina de las casas presidenciales.
Y ahí en Nicaragua el Presidente está en alas de cucaracha, por eso
están muy preocupados los presidentes, y vuelven su cara hacia el
imperio pidiendo protección.
Elías Antonio Saca, presidente de El
Salvador, hizo una declaración, hace pocos días, interesante, frente
a los acontecimientos en Nicaragua; dijo: "En realidad, todos los
presidentes aquí en Centroamérica estamos corriendo ese riesgo de
que nos boten, tenemos que hacer algo", y ha invitado a los
demás presidentes para reunirse y ver cómo se salvan del tsunami.
Esta es la nueva historia.
Aquel viejo principio, aquella vieja
sabiduría de que la historia la hacen los pueblos, ante nuestros ojos
está teniendo una realidad incontrastable, y hoy lo podemos ver
también en televisión, eso es lo que está ocurriendo y eso apenas
comienza.
Los pueblos tienen derecho a liberarse
del neoliberalismo, del capitalismo, que son terrorismos, y saben los
pueblos que el socialismo es humanismo (Aplausos).
Quiero agradecer el honor que se me ha
conferido de dirigir las palabras de un revolucionario salvadoreño, a
nombre de mis compañeros y compañeras, al pueblo ejemplar de Cuba,
reunido hoy Primero de Mayo.
¡Vivan los trabajadores!
(Exclamaciones de: "¡Viva!")
¡Viva el Primero de Mayo!
Exclamaciones de: "¡Viva!")
¡Hasta la victoria siempre!
(Ovación.)