Palabras de Giustino di
Celmo
Primero que todo, quiero
saludar con mucho cariño a este maravilloso pueblo de Cuba
(Aplausos); quiero saludar con cariño y respeto máximo a Fidel
Castro y a todo el gobierno de Cuba, un equipo maravilloso (Aplausos).
Y, además, puedo decirles que yo me
siento como cubano (Aplausos), quiero participar en toda la lucha que
hace este país: la batalla de ideas, la justicia, sobre todo, la
justicia, que el mundo está hambriento de esta palabra.
Quiero hacerles conocer
también que yo me quedo aquí hasta el último instante de mi vida
(Aplausos), porque aunque nadie pueda creerlo, yo veo a Fabio todos
los días por las calles de La Habana (Aplausos), en la cancha
donde él jugaba fútbol. Yo paso todos los días por la casa donde
él vivía, y siento cuidarlo, porque un buen padre nunca abandona a
sus hijos (Aplausos).
El Primero de Mayo es una fiesta
maravillosa, y ustedes son un pueblo feliz, que puede disfrutarla por
todos los avances que ha hecho la Revolución socialista de Cuba.
Otros países no tienen esta suerte.
Vuelvo a decirles que yo me siento
cubano, sin olvidar mi patria y mi tierra.
En estos días conocí en Cuba y
descubrí otro fantástico proceder de los derechos humanos, y se lo
quiero decir en dos palabras. Conocí a la compañera Teté Puebla, la
cual me pidió, en el Palacio de las Convenciones, si yo podía
adoptarla como una hija, y yo le di un beso sobre la frente, como se
usa en mi país.
Esta linda fiesta está oscurecida por
los asesinos que andan sueltos por las vías de una de las más
grandes ciudades de Estados Unidos. Estos asesinos causaron
3 478 víctimas en este pequeño país, igual a las víctimas de
las dos Torres Gemelas de Nueva York. Y yo me pregunto, ¿por qué,
¿por qué tanta sangre si con la batalla de ideas en la política se
puede hacer una confrontación? Por eso yo me quedo aquí, haciendo
entender siempre, por todos los medios, que la única alternativa de
la humanidad es cambiar el sistema capitalista (Aplausos). Es duro,
muy duro, pero es la verdad. Y Fidel, el socialismo, Hugo Chávez,
todo el mundo progresista lo comprende (Aplausos).
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