Discurso de Atilio Borón,
miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial de Porto
Alegre y Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales
Querido Comandante Fidel
Castro:
Compañeras y compañeros:
A nombre de los
intelectuales de la red En Defensa de la Humanidad venimos a
ratificar nuestra total e inquebrantable solidaridad con el pueblo y
el gobierno cubanos.
Hay sectores del gobierno
de los Estados Unidos que, desesperados ante la sucesión de derrotas
que está sufriendo el imperialismo, alucinan pensando que una exitosa
aventura militar en Cuba insuflaría nuevos bríos al imperio.
Pero esas gentes parecen
ignorar que la decadencia del imperialismo es insoslayable e
irreversible. Insoslayable porque es evidente que su criminal
destrucción de Irak y Afganistán no le otorgó la presea de la
victoria, y ambos países siguen siendo territorios donde se libran
sangrientos combates.
Es también evidente que
su prepotencia y sus amenazas descargadas sobre nuestra América no
fueron suficientes para instaurar el fatídico ALCA. El ALCA no es
otra cosa que la concreción actual de aquella amenaza, precozmente
detectada por Bolívar cuando dijera que "los Estados Unidos
parecen predestinados por la providencia a plagar de miserias a las
Américas en nombre de la libertad."
Tampoco puede Washington
imponer su candidato en un organismo tan desacreditado como la OEA,
siendo esta la primera vez en la historia de tan innoble institución
que ocurre tal cosa.
La voracidad de los
monopolios que hoy dominan a su antojo a los Estados Unidos, con la
complicidad de gran parte de su dirigencia política, ha llevado a
instituir el pillaje, el soborno y el fraude como las prácticas
cotidianas de las grandes empresas, como lo demuestran entre tantos
otros los escándalos derivados de la quiebra fraudulenta de Enron y
los negociados de la Halliburton en Irak.
Una decadencia inocultable
pero también irreversible. La descomposición del imperio
norteamericano será mucho más rápida que la de Roma, que se
extendió durante siglos. No hay imperio que perdure para siempre, y
este será el que menos dure de todos.
En nuestra América, los
Estados Unidos tropiezan con múltiples formas de resistencia. Cuba ha
sobrevivido a todos sus ataques, y habiendo pasado las pruebas de
fuego del bloqueo y el período especial re-emerge fortalecida, moral,
económica y políticamente, en el escenario internacional. La
camarilla fascista de la Casa Blanca comprueba consternada el fracaso
de la única política que tuvieron para América Latina desde el 1º
de Enero de 1959: aislar a Cuba y destruir su revolución. Por doquier
crece el reconocimiento a la dignidad y la coherencia con que Cuba
defendió sus irrenunciables principios socialistas. Y Venezuela,
avanza resueltamente en la lucha contra las ancestrales plagas del
analfabetismo, la enfermedad, la pobreza y la exclusión social,
liderando el ALBA, la Alternativa Bolivariana para las Américas, y
desarrollando junto a Cuba un nuevo modelo de relaciones de
intercambio.
Grandes movilizaciones
sociales han ido tumbando a gobiernos reaccionarios, impuestos con el
desembozado apoyo de los Estados Unidos; y donde no cayeron, su
popularidad se desploma hasta niveles sin precedentes. Acosado, el
imperialismo se involucra cada vez más en Colombia, pero su propia
degradación moral lo hace rápidamente cómplice de paramilitares y
narcotraficantes. En Centroamérica crecen el descontento y el rechazo
popular contra las versiones bilaterales del ALCA. En México, el
"cambio de régimen" que se suponía vendría de la mano de
un gerente de una transnacional terminó siendo uno de los fiascos
más espectaculares de las últimas décadas. Hoy el imperialismo y
sus aliados locales hacen lo imposible por evitar el triunfo de un
candidato inaceptable para los Estados Unidos.
Cuba no está sola: lo
acaban de confirmar más de cinco mil intelectuales y artistas que
suscribieron un mensaje condenando la maniobra anticubana de Ginebra y
denunciando la impunidad por las violaciones a los derechos humanos en
Abu Ghraib y Guantánamo. Esa tan desacreditada como infructuosa
campaña contra Cuba fue apoyada, para su eterno deshonor, por los
gobiernos de los países de la Unión Europea, autoproclamados
garantes de los derechos humanos, la libertad y la democracia que
cedieron indignamente al chantaje de Washington. Otro ejemplo
excepcional de respaldo hacia Cuba ha sido el Tribunal Internacional
Benito Juárez, gestado en México con la participación de
prestigiosos intelectuales de todo el mundo, que acaba de condenar de
modo contundente al gobierno de los Estados Unidos por sus crímenes
contra el pueblo cubano.
Hoy vivimos bajo los
fragores de una permanente "batalla de ideas" librada en
todos los rincones del planeta y donde la red En Defensa de la
Humanidad se articula con otros multitudinarios movimientos
sociales y fuerzas políticas que se rebelan contra la dominación
imperialista.
Este 1º de Mayo es
ocasión propicia para desmontar las mentiras y la hipocresía de
Washington. Su cinismo alcanza ribetes de escándalo cuando se
comprueba la protección oficial brindada a un terrorista probado y
confeso como Luis Posada Carriles. Y la Casa Blanca, mientras mancilla
la tradición humanista norteamericana al proteger a tan deleznable
personaje, somete a un ilegal, ilegítimo e injusto encarcelamiento a
cinco héroes cubanos, precisamente por luchar contra el terrorismo.
Nos hallamos en una
encrucijada histórica: un imperio que en su descomposición redobla
su agresividad; y un sistema, el capitalista, que hace del lucro su
única finalidad poniendo en riesgo, como lo advirtiera Fidel, la
supervivencia misma de la especie. En ese cuadro sombrío, América
Latina enciende una luz de esperanza, abriendo con sus luchas aquellas
grandes alamedas que, como dijera Salvador Allende, flanquearían el
imparable tránsito de millones de hombres y mujeres hacia la justicia
y la libertad.
Muchas gracias.
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