Al contemplar esta gigantesca,
insuperable y emocionada multitud, recuerdo, como si fuera hoy aquel
inolvidable 15 de octubre de 1976, cuando despedíamos a las víctimas
del monstruoso sabotaje contra el avión cubano que había despegado
de Barbados, proclamó el Comandante en Jefe Fidel Castro al hablar
esta mañana en la Plaza de la Revolución José Martí, ante un
millón 300 000 personas.
Manifestó que frente al más poderoso
imperio que ha existido en la historia de la humanidad, empeñado en
destruir nuestra identidad como nación independiente y nuestra
invencible Revolución, aquí estamos, en esta gloriosa Plaza,
después de 46 años de heroica lucha, contra la que se han estrellado
sus pérfidas calumnias y sus más groseros crímenes.
Al recordar los intentos imperiales por
destruirnos dijo que cada vez lucen más ridículas, bochornosas e
impotentes las falacias de la guerra cibernética que presuntamente
Cuba se preparaba para librar; la gran mentira de la fabricación de
armas biológicas, en la que estuvo involucrado el iracundo John
Bolton, cuya mascara cínica pretende presentar el actual gobierno de
Estados Unidos antes las Naciones Unidas.
En otra parte de su intervención
apuntó que fracasó el intento de aislar a Cuba en el ámbito
internacional, así como la promoción de mercenarios holgazanes
usados como caballos de Troya dentro del país, y las groseras
acciones de la Oficina de intereses bajo la dirección de un
provocador especialmente seleccionado e instruido para promover su
expulsión con un merecido puntapié por el trasero. Argumentó,
además, que los propósitos de asfixiarnos con el recrudecimiento del
criminal bloqueo económico, comercial y financiero, también se han
estrellado ante nuestra muralla de resistencia.
En una Plaza vibrante de emoción,
bellamente engalanada y testigo de otra jornada histórica, el
presidente cubano manifestó que por el contrario, el crédito del
país se fortalece, se amplían sus relaciones económicas
internacionales y crece el comercio con productores agrícolas de
Estados Unidos, a pesar de los numerosos obstáculos impuestos por el
fraudulento y tramposo inquilino de la Casa Blanca.
Entre las siniestras estrategias contra
nuestra Patria, el gobierno norteamericano apeló, de nuevo, al
grosero recurso de incluir a Cuba en una espuria y cínica lista de
países terroristas. Los objetivos siniestros de tales mentiras,
indicó, son conocidos. Lo verdadero, incomprensible e inexplicable de
esta conducta es que se publica el mencionado documento del
Departamento de Estado en el momento en que la actual administración
está envuelta en uno de los episodios más embarazosos y delicados de
sus aventuras terroristas, sus agresiones y mentiras contra Cuba.
El mundo entero sabe, afirmó, que Luis
Posada Carriles, el más famoso y cruel terrorista del hemisferio
occidental, como reconocen los más importantes órganos de prensa de
esta región del planeta, ha ingresado a territorio norteamericano y
solicitado asilo del gobierno de ese país, cuyos soldados están
muriendo todos los días y cuyas bajas mortales ascienden ya a casi
dos mil, en nombre de una guerra contra el terrorismo desatada a
partir de los sucesos del 11 de septiembre de 2001.
El mundo exige que se juzgue la
injusticia, las mentiras, la hipocresía y los métodos imperiales que
para el engaño tiene el gobierno de los Estados Unidos, dijo.
El primer secretario del Comité
Central del Partido Comunista, dijo en la Plaza de la Revolución
José Martí, en La Habana, al referirse a Luis Posada Carriles que
la historia acerca de este siniestro personaje revela al mundo las
mentiras, la hipocresía, la inmoralidad y el cinismo con que el
imperio pretende mantener sojuzgado al mundo.
Al referirse a las noticias más
recientes sobre este connotado terrorista internacional en Estados
Unidos, dijo que jamás podrán desmentir que Santiago Alvarez lo
llevó en su barquito hasta territorio norteamericano. Eso que parece
una pesadilla, puntualizó, es en cambio, una irrebatible verdad.
En cinco minutos, afirmó el líder de
la Revolución cubana, pudo haberse investigado y descubierto por el
Gobierno de Estados Unidos, de haber querido, el paradero de la
criatura que ese país ha engendrado.
No sabemos, subrayó, el pretexto que
ahora esgrimirán para no deportar a Posada Carriles hacia
Venezuela pues Cuba ha reiterado que acepta, incluso, un Tribunal
Internacional imparcial, en un lugar en que las partes se pongan de
acuerdo para que sea juzgado el asesino.
Fidel reconoció a los habaneros — de
la capital y La Habana— por la disciplina mantenida durante el
desarrollo del acto lo cual es muestra, reiteró, de dignidad,
patriotismo y espíritu revolucionario.