Úlcera gastroduodenal
José A. de la Osa
Úlcera es toda lesión abierta de la piel o membrana mucosa con pérdida de sustancia, o tejido, que puede tener un origen y localización muy variado, indica el académico Enrique Arús Soler, director del Instituto Nacional de Gas-troenterología del Minis-terio de Salud Pública, especialista de segundo grado en esa especialidad y Profesor Titular.
Ningún
régimen dietético alivia de forma permanente los síntomas de la úlcera, ni
tampoco acelera el periodo de cicatrización”.- Profesor Enrique Arús Soler.
Y agrega seguidamente: "Las úlceras que aparecen en el aparato gastrointestinal son similares por su naturaleza y entre las más frecuentes están las que afectan al estómago y al duodeno".
—¿A qué localización nos estamos refiriendo cuando hablamos de úlcera gástrica y duodenal?
—Precisamente a las que dañan la pared del estómago y el duodeno. En el estómago pueden aparecer en cualquiera de sus regiones anatómicas, y en el duodeno las más frecuentes se ubican en su primera porción.
—¿Las causas que las originan tienen un mismo denominador común?... ¿Podría referirlos?
—Las dos causas más frecuentes de la úlcera gastroduodenal son la infección por la bacteria Helicobacter pylori y el consumo de antinflamatorios no esteroideos (AINES). Existe una gama de este tipo de medicamento, entre otros el ibuprofeno, naproxeno, piroxicán. También el ácido acetilsalicílico (aspirina).
—¿La presencia del Helicobacter pylori hay que descartarlo en cualquier paciente que presente úlceras gastrointestinales?
—Sí, se puede afirmar que desempeña un papel protagónico. Se conoce de la presencia de esta bacteria en más del 90 % de los enfermos con úlcera duodenal, y en la gástrica entre el 60 y 80 %.
—¿Es un problema de salud frecuente en nuestro país?... ¿A qué edades suele manifestarse? ¿Tienen el mismo comportamiento tanto en el sexo masculino como en el femenino?
—En Cuba, aunque no contamos con estadísticas, se sabe que constituye una de las causas más frecuentes de ingreso hospitalario por enfermedades del aparato digestivo. La úlcera duodenal se diagnostica por término medio a los 40 años. Es más frecuente en varones aunque en algunos estudios recientes tiende a igualarse en ambos sexos. La úlcera gástrica aparece en edades más tardías, alrededor de los 55 años y aqueja por igual a ambos sexos.
—¿Cuáles son los síntomas y signos habituales de estas úlceras?
—El síntoma fundamental es el dolor en epigastrio (en la boca del estómago) que aparece entre una y tres horas después de la ingestión de los alimentos y suele aliviarse con la nueva ingesta o con medicamentos antiácidos. Existe un número importante de enfermos que no presentan el dolor con estas características típicas. También pueden cursar sin síntomas, son las llamadas úlceras "silentes".
—¿Cómo se establece el diagnóstico de certeza?
—El interrogatorio es fundamental, y es el que nos conduce a decidir si debe utilizarse algún proceder diagnóstico. Debe descartarse siempre la posibilidad del consumo de AINES. En la úlcera gastroduodenal los procederes que se utilizan son la endoscopia, de una sensibilidad mucho mayor, y el estudio radiológico contrastado del estómago y duodeno.
—¿Los tratamientos son medicamentosos o quirúrgicos?
—Medicamentosos. La cirugía solo ha quedado para las complicaciones que no se puedan resolver con medidas no quirúrgicas.
—¿Podría señalar cuál es el reservorio del Helicobacter pylori y las vías de trasmisión?
—Esta bacteria vive en el estómago del ser humano. No se ha demostrado la existencia de un reservorio significativo no humano. Se puede trasmitir por la vía oral a través del agua o los alimentos contaminados, y, asimismo, de persona a persona.
—¿Presentan algún síntoma específico las personas infectadas con esa bacteria?
—La mayoría no manifiestan síntomas. En un futuro la vacuna será la prevención ideal. Varios países, entre ellos Cuba, trabajan en su obtención.
—¿Alguna recomendación especial en cuanto a la ingestión de alimentos cuando padecemos de úlcera?
—En relación con la dieta se recomienda que el paciente solo prescinda de aquellos alimentos que le produzcan síntomas. Está demostrado que ningún régimen dietético alivia de forma permanente los síntomas, acelera el periodo de cicatrización, previene las recidivas o evita las complicaciones.