Tartaleo
JOSÉ A. DE LA OSA
El tartaleo es un trastorno de la comunicación oral, específicamente de la fluencia del habla, que puede afectar otros aspectos de la comunicación, como la lectura y la escritura, e incluso el comportamiento en general. Se caracteriza por repeticiones de sonidos, en ocasiones palabras, titubeos, taquilalia o velocidad excesiva en el habla que conlleva el "atropello" de las palabras, detención y esfuerzo en las vocales, pero el individuo que lo padece no es consciente de su forma de hablar.
Doctora
Nitza Bárbara Simón Chibás. Foto: Cao
Además puede haber hiperactividad, dificultades en la concentración. En el niño hay un desequilibrio entre lo que piensa y habla.
Quien así se expresa es la doctora Nitza Bárbara Simón Chibás, especialista en Medicina General Integral y en Logopedia y Foniatría, Máster en Comunicación Social y Profesora Asistente, quien se desempeña en el hospital capitalino Pedro Borrás Astorga, en Calle F esquina a 27.
—¿El tartaleo es una etapa del desarrollo natural del habla?
—Efectivamente, pero no a todos los niños les sucede. Puede ser de carácter transitorio o no, dependiendo de cómo se maneje este aspecto en la familia, círculo infantil u hogares que se dedican al cuidado de niños.
—¿A qué edades como promedio suele manifestarse?
—Debo señalar que existen dos tipos de tartaleo, el fisiológico, que generalmente aparece alrededor de los 2 años de edad, pudiéndose extender hasta los 5 o 6 años, y el definido, cuando supera los 6 años o los síntomas son más vivenciales.
—¿Cómo saber qué puede ser "normal" y qué "anormal"?
—Debemos preocuparnos cuando aparecen otros síntomas que acompañan a las repeticiones de sonidos, como hacer muecas con la cara, dar patadas, hasta perretas, inhibición, aislamiento o preocupación del niño por su modo de hablar.
—Precisemos: ¿qué síntomas y signos principales deben alertar a la familia de que algo "no anda bien" en el desarrollo del lenguaje?
—Siempre que aparezcan en el habla repeticiones de sonidos, y otros síntomas a los que hemos hecho mención, debe acudirse a la consulta de Logopedia y Foniatría.
—¿Cabría preguntar las causas que posibilitan que el tartaleo se instale como una enfermedad?
—Es importante esa pregunta. Te diría que el mayor número de niños con tartaleo fisiológico transitan hacia la normalidad; otros, por desconocimiento de la familia y personas que los rodean, que no actúan adecuadamente ante esta etapa del desarrollo del habla, posibilitan que lo fisiológico se convierta en patológico.
—¿Qué conducta seguir entonces?
—Cuando se presenten los primeros síntomas del tartaleo, no se debe corregir al niño, ni criticarlo, ni apurarlo, no hablar por él, no obligarlo a realizar exhibiciones orales, pues esto solo empeorará los síntomas, hará que el niño tome conciencia de lo que le está pasando y posibilitaría la aparición de otros síntomas que lo llevarán al de-sa
rrollo de una tartamudez.
—De acuerdo con los conocimientos actuales, ¿se vincula con algún probable factor genético o hereditario?
—En el tartaleo se invoca una predisposición hereditaria como aspecto más significativo.También factores psicológicos como resultado del divorcio de los padres, por imitación y trastornos neurológicos. El ambiente en que se desarrolla el niño es muy importante: su forma de hablar no debe ser criticada, corregida ni censurada.
—¿Es alta o baja su incidencia? ¿Igualmente frecuente en el sexo masculino que en el femenino?
—En nuestro medio es baja la incidencia del tartaleo definido y un poco más elevado el fisiológico. Es más frecuente en el sexo masculino.
—¿Qué procederes se emplean para establecer un diagnóstico de certeza?
—Es eminentemente clínico.
—¿Existen terapéuticas para la eliminación o control del tartaleo?... ¿En qué consisten?
—En el tartaleo fisiológico es importante la labor educativa para evitar complicaciones y, en general, estarán encaminadas a evitar ambientes de tensión en el hogar, lograr entornos armoniosos donde se propicie el juego, la socialización, es decir relaciones adecuadas entre los niños, donde se les enseñe a compartir y a utilizar juegos didácticos, evitando largas horas frente a la televisión y la computadora, fundamentalmente en el niño menor de tres años.
—¿Nos quedaría algo esencial en el tintero?
—Expresar que el enfoque del tartaleo en el adulto es diferente al del niño.