Tics
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Los tics, esos gestos cuya repetición los convierten en un hábito irrefrenable, son clasificados por los especialistas según la parte del cuerpo en que se localizan. Así, se citan los tics faciales, de párpados en sus diversas versiones: guiños, parpadeos; los del tronco y miembros: elevación de hombros, normalmente de un lado, de los brazos; los de la cabeza y el cuello: negación, afirmación, rotación; los respiratorios: aspiraciones, bostezos; los fonatorios: ruidos guturales, carraspeos, y otros muchos.
El doctor Nicolás Garófalo Gómez, neurólogo del Servicio de Neuropediatría del Instituto de Neurología y Neurocirugía del Ministerio de Salud Pública, define los tics como movimientos o sonidos involuntarios, repetitivos, sin un propósito determinado. Estos movimientos o sonidos, dice, suelen ser inoportunos y aunque la persona puede controlarlos por cortos periodos de tiempo, en general son irresistibles, no los puede evitar, y suele sentir alivio al realizarlos.
Doctor
Nicolás Garófalo Gómez.
—¿Son considerados una enfermedad en sí mismos?
— No. Pueden presentarse de manera aislada (tics primarios) o estar asociados a otras manifestaciones clínicas, formando entonces parte de un síndrome o enfermedad.
—Refiriéndonos específicamente a los funcionales u originados por la psiquis, ¿conoce la ciencia las causas que los originan?
— El término más apropiado para denominarlos es tics primarios, que son aquellos en los cuales no logra determinarse una causa precisa. Se considera que se deben a un fallo o alteración en sistemas de neurotrasmisión cerebral.
—¿Tienen algún vínculo con el estrés?
— Existe una estrecha relación entre los tics y el estrés. El estrés no es la causa de estos movimientos, más bien constituye un factor que los incrementa y los exacerba. Los pacientes que sufren de este trastorno suelen empeorar al someterse a situaciones estresantes.
—¿Pueden aparecer a cualquier edad y en ambos sexos?
— La edad de debut de los tics es antes de los 18 años de edad, con un pico de incidencia entre los 5 y los 10 años. Existe un franco predominio de la afección en el sexo masculino, en una proporción de alrededor de 3 varones afectados por cada niña que pueda padecerlo.
—De acuerdo con su experiencia clínica, ¿qué partes del cuerpo afectan con mayor frecuencia?
— Los tics tienen las características de ser polimorfos (adoptan varias formas) y también son proteomorfos (cambian de forma). Esto significa que un niño puede tener más de un tipo de movimiento, pueden cambiar de localización y variar en intensidad con el tiempo. Se localizan con más frecuencia en la cara (parpadeo, muecas, soplidos de la nariz) y cuando afectan los músculos vocales se les denominan tics vocales, como pueden ser emisión de ruidos o "rasparse la garganta".
—¿En qué momento y a qué médico consultar?
— Se recomienda que tan pronto se percaten los familiares de la presencia de movimientos involuntarios del niño que puedan parecer tics, acudan al médico o pediatra del área de salud para una primera evaluación. Los casos más severos deben ser evaluados por varios especialistas, entre los cuales destacan los Neuropediatras y los Psiquiatras Infantiles.
—¿Tienen tratamiento específico? ¿En qué consiste?
— En los casos leves o transitorios puede ser suficiente con una buena información a la familia y al niño. Hay que recalcarles a la familia, a los maestros y a sus compañeros que este es un trastorno benigno, muchas veces transitorio, y que el niño no lo hace porque quiera. Por lo tanto no deben regañarlo ni burlarse; al contrario hay que comprenderlo y apoyarlo. Para los casos más severos se pueden utilizar diversos fármacos.
—¿Qué resultados se alcanzan?
— Existe un grupo de pacientes que evoluciona muy bien, con la desaparición total de los tics en pocos meses; otro en los que se logra una reducción de los movimientos sin que desaparezcan totalmente. Hay un tercer grupo que no logra tener una reducción de los tics a pesar del uso de diferentes modalidades de tratamiento.
—¿Los deseos y la voluntad de la persona contribuirían de alguna manera a la eliminación de un tic?
— La eliminación de los tics no depende de la voluntad de la persona, a pesar de que hay pacientes que pueden lograr suprimirlos por pocos minutos, pero en su gran mayoría son incapaces de controlarlos a voluntad por largos periodos.
—Una curiosidad, ¿podría calificarse como tic el hábito de "juguetear" con un lápiz entre los dedos que, sucesivamente, es lanzado al aire para luego atraparlo?
— Si se analiza de manera aislada no parece ser un tic. Para ser lo más preciso posible: el médico debe observar dicho movimiento, verificar si existe algún otro tipo de movimiento involuntario, y sobre todo preguntarle a la persona atendida si puede controlar voluntariamente, por un largo periodo de tiempo, ese "jugueteo". Estas serían preguntas obligadas para descartar si se trata de un tic.