Tortícolis ocular infantil
JOSÉ A. DE LA OSA
La tortícolis, esa contracción prolongada de los músculos del cuello que nos obliga a mantenerlo torcido y con la cabeza inmóvil, puede ser originada por diversas causas. Entre ellas, la idiopática, como suelen calificarla los especialistas cuando se desconoce su causa, la tortícolis del adulto, la infantil.
Nos aclara la doctora Silvia C. Roche Caso, especialista de primer grado en Oftalmología, que las tortícolis en la infancia pueden tener un origen neurológico, ortopédico u oftalmológico, estas últimas denominadas comúnmente oculares, tema de nuestra Consulta de hoy.
Mi entrevistada, quien se desempeña en el Hospital Pediátrico Pedro Borrás Astorga, de Ciudad de La Habana, cumplió misión internacionalista en Etiopía a finales de la década de los ochenta del pasado siglo XX.
Con visión médica desea precisar que la tortícolis es la lateralización de la cabeza con rotación del cuello. O más diáfano aún: es la posición anormal que toma la cabeza cuando se vira y se inclina permanentemente sobre un hombro. Y nos comenta, como nota histórica, que Alejandro Magno, uno de los líderes militares más importantes del mundo antiguo, sufrió de tortícolis.
—Bien: circunscribamos el tema a la tortícolis ocular infantil. ¿Se conocen sus causas?
—La causa, en el mayor porcentaje de estos pacientes, es debida al estrabismo, fundamentalmente el estrabismo vertical, así llamado cuando el ojo está desviado hacia arriba o hacia abajo, por lo que las imágenes que el cerebro recibe "no están parejas" y el niño las ve doble. Por ello inclina la cabeza hacia el lado en que el ojo "está más bajo" a fin de igualar la altura de las imágenes y no ver doble.
—¿Y en cuanto a su incidencia y factores de riesgo en nuestro medio?
—Te diría que en nuestro medio son bastante frecuentes estas tortícolis, aunque no contamos con estadísticas sobre la incidencia ni prevalencia de esta entidad. En cuanto a factores de riesgo, sustentándome en reportes de la literatura internacional, señalaría que resulta más común en pacientes prematuros o con algún grado de sufrimiento fetal.
—¿Esta contracción del cuello del bebé aparece al nacimiento mismo, o puede presentarse semanas después?
—Se presenta generalmente semanas después del nacimiento del niño, según va desarrollando su agudeza visual.
—¿Cuál es su signo fundamental?
—La desviación de la cabeza del niño. Se le vira la cabeza, aunque en los primeros estadíos los familiares, e incluso los especialistas, no puedan observar un estrabismo manifiesto. Puede, además, tener el mentón hacia abajo o hacia arriba, y la cara hacia o al lado contrario del músculo ocular afectado por debilidad o parálisis.
—¿Y con el decursar, en sucesivos estadíos?
—Los padres, médicos de familia, pediatras, están en capacidad de realizar el diagnóstico de la tortícolis en sí. Observando al niño, comparando fotos que le hayan sido tomadas al bebé, pueden apreciar que estos niños inclinan o "tumban" siempre la cabeza hacia un lado. Para confirmar que se trata de una tortícolis ocular pueden ocluir (tapar) alternadamente los ojos, y si con un ojo ocluido el paciente endereza la cabeza, no hay dudas entonces que se trata de una tortícolis ocular. Ahora bien, ello no quiere decir que junto a la causa oftalmológica no puedan estar presentes también problemas neurológicos u ortopédicos, pues en ocasiones se manifiestan de forma combinada.
—¿En general qué tratamientos se indican en la tortícolis del recién nacido y con qué resultados?
—La primera indicación es que los padres tapen los ojos del niño en días alternos: un día el derecho y otro el izquierdo, o viceversa, con el objetivo de lograr el desarrollo de su agudeza visual. Cuando al término del tratamiento, que puede durar varios meses, el especialista confirma que el niño está en posibilidades de fijar su visión con ambos ojos, ese es el momento entonces de valorar el tratamiento quirúrgico.
—En cuanto al tratamiento en general, ¿qué valoraría como esencial?
—En la tortícolis ocular, como en tantas otras entidades de la Medicina, lo más importante es establecer un diagnóstico y tratamiento precoces. Para enmarcarlo en el periodo ideal: entre los seis primeros meses de vida y los tres años de edad, y evitar con ello también que pueda devenir crónica.
—¿Existen medidas para prevenir la tortícolis ocular?
—No en el momento actual.
—¿Suele presentarse tanto en el sexo masculino como en el femenino?
—Se observa por igual en ambos sexos.