Ronquera
Es criterio del profesor Reinol Fernández Moliner, que los cubanos, como hábito muy generalizado, hablamos alto. De ahí que gran número de alteraciones vocales en nuestro medio se deba a abusos vocales.
Narra que son numerosos los maestros y profesores atendidos "en nuestro Servicio de Otorrinolaringologia" que padecen perturbaciones vocales en virtud de un mal uso y abuso del aparato fonador. Son profesionales muy bien formados en sus disciplinas, precisa, pero que nunca han recibido orientaciones teórico-prácticas de técnica vocal.
Con 26 años de labor ininterrumpida en el Servicio de Garganta, Nariz y Oídos del Hospital Calixto García, en La Habana, donde es jefe de la sección de Foniatría (trastornos de la voz y de la palabra) y Endoscopía, mi entrevistado se refiere a la ronquera como una perturbación de la voz debido a alteraciones funcionales u orgánicas.
—¿Se le conoce con otros nombres, doctor?
—Si, también como disfonía (dis = dificultad; y fono = sonido).
—¿Es considerada como una enfermedad, o es una manifestación de otros trastornos?
—Si en un primer momento hay casos en los cuales la ronquera nos puede parecer una enfermedad en sí misma, cuando profundizamos en el interrogatorio del paciente, descubrimos que dicha alteración vocal es manifestación de otros trastornos.
—¿Puede constituir el primer síntoma de una afección?
—Puede ser el primer síntoma de enfermedades banales, como una laringitis catarral y de afecciones graves como el cáncer de las cuerdas vocales.
—¿Es esencial en estos pacientes la determinación médica de la causa subyacente de la disfonía?
—Sin lugar a dudas. Si logramos poner de manifiesto la causa de la disfonía, prácticamente tenemos ganada la batalla en cuanto a la rehabilitación del paciente.
—¿La ronquera es más frecuente en niños que en adultos?
—El adulto está más expuesto a padecerla, ya que se ve sometido a hábitos tóxicos como el cigarro y el alcohol, las exposiciones al humo y al polvo y a otras sustancias irritantes; a trabajos en ambientes de intensos ruidos y factores emocionales.
—¿Y en cuanto al sexo?
—En general las voces femeninas son más afectadas que las masculinas.
—¿En qué momento y a qué médico acudir?
—Una persona que presenta una disfonía de más de dos semanas de evolución, debe consultar a un otorrinolaringólogo, que es indiscutiblemente el especialista médico que por su formación mejor conoce el aparato fonador.
—¿Puede convertirse en un padecimiento crónico?
—Crisis a repetición de disfonías agudas son capaces de derivar en disfonias crónicas, con cambios a veces irreversibles a distintos niveles del aparato fonador.
—¿En qué consiste el tratamiento?
—Se realiza a base de ejercicios funcionales logofoniátricos; fisioterapia; medicamentos, y medidas quirúrgicas cuando se demande.
—¿Es recomendable en todos los casos hacer "descanso de voz"?
—El reposo vocal es de gran valor en muchas disfonías, sobre todo si va seguido de la adquisición de buenos hábitos vocales. Pero no en todas las disfonías el reposo vocal es beneficioso. Así sucede en la laringitis hipertróficas y las parálisis vocales.
—¿Son beneficiosas las inhalaciones del vapor de agua hirviente?
—En las laringitis catarrales estas inhalaciones son de valor. Recordar que los vapores deben inhalarse por la boca, se debe evitar acercarse demasiado al recipiente que contiene el agua, y la maniobra debe realizarse al aire libre, durante unos 10 minutos dos o tres veces al día.
—¿Y las gárgaras de agua tibia con sal?
—Estos gargarismos podemos considerarlos como antisépticos ligeros, que en las disfonías que han sido precedidas o que coinciden con infecciones catarrales bucofaríngeas son de utilidad.
—¿La falta de vitaminas, cambios bruscos de temperatura, pueden producir ronquera?
—Las deficiencias vitamínicas en nuestra dieta son capaces de producir graves trastornos en nuestro organismo en general. Por eso la repercusión sobre el aparato fonador se hace evidente. Así también los cambios bruscos de temperatura en personas susceptibles son capaces de aumentar la virulencia de gérmenes habituales de la cavidad bucofaríngea, y de provocar alteraciones de la mucosa que recubre las cuerdas vocales y en general del árbol respiratorio y pueden causar o agravar una disfonía.
—¿Puede vincularse con desviaciones del tabique nasal, infecciones dentarias o con la amigdalitis?
—Las desviaciones del tabique nasal, capaces de producir obstrucción nasal, que obligan al paciente a respirar por la boca, atentan contra la salud en general, y en particular sobre el aparato de la fonación. Las amigdalitis y caries dentarias constituyen focos infecciosos. Durante todo el tiempo, pero más durante el sueño, las secreciones de las mencionadas afecciones pueden descender al árbol respiratorio, irritándolo, infectándolo.
—¿La tos y el dolor de garganta son síntomas acompañantes de la ronquera?
—Pueden acompañarla, pero no siempre. Es de destacar la "tosecita" frecuente, persistente, de algunos profesionales de la voz afectados de falta de tensión de las cuerdas vocales.
—¿Tendría alguna sugerencia médica que hacer a maestros, cantantes, locutores, en cuanto a algún método idóneo para preservar sin alteraciones la voz?
—Consideramos que todo profesional de la voz debe tener sólidos conocimientos teóricos y prácticos del aparato fonador, la emisión correcta de la voz y la higiene vocal.
—¿Existen, doctor, personas con tendencia a la ronquera?
—Sí, existen. Puede ser debido a causas congénitas (malformaciones laríngeas), adquiridas (niños gritones), ambientales (trabajadores en un medio de humo, polvo o sustancias irritantes). (2002)