Queratocono
La permanencia durante cuatro años en un hospital rural del municipio Buey Arriba, en la Sierra Maestra, cumpliendo su servicio social, fue para Dulce María Valle Delgado "la mejor escuela de mi vida" por lo que contribuyó a su formación como médico y como ser humano. Especialista en Oftalmología desde 1996 (el mejor expediente de su curso), en la actualidad se desempeña en el Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, de esta capital, donde se viene especializando en la "línea de córnea".
Su distinguido saber en el tema que nos ocupa, fue quizás la razón por la cual el profesor Jaime Alemañy, cuando le pregunté qué "pino nuevo" de su servicio podría incursionar sobre queratocono, me respondió sin dubitar: Dulce María, que ahora está junto a nosotros.
Nos adelanta con precisión que el queratocono o córnea cónica (abombada) es una alteración caracterizada inicialmente por un adelgazamiento de las capas más externas de la córnea, afección que fue descrita correctamente por primera vez en 1854.
Este abombamiento de la córnea —refiere sin transiciones——puede aparecer al nacimiento (congénito), pero generalmente las primeras manifestaciones surgen en la pubertad o en un corto período de tiempo posterior a esa etapa de la vida. Es más probable su aparición entre los 10 y los 30 años que después de los 30.
—¿Cuáles son sus signos y síntomas primordiales?
—Inicialmente cursa sin síntomas, lo que en ocasiones dificulta el diagnóstico. En un examen visual (refracción) se puede encontrar un astigmatismo simple, sin deterioro de la visión. Más tarde se aprecian síntomas de miopía que es la responsable de que el paciente asista a consulta con el objetivo de corregir el defecto y mejorar su agudeza visual sin otros síntomas acompañantes. Cuando se evidencia el abombamiento corneal (aun transparente) predominan también síntomas por la alteración de la agudeza visual. En las fases finales, donde la deformidad se opacifica (hidropesía aguda) la visión decrece marcadamente y aparecen síntomas de irritación ocular moderada, que pueden desaparecer espontáneamente en 8 a 10 semanas, o dejar algunas cicatrices que permanecen al igual que el edema crónico (retención de líquido). La sensibilidad corneal puede estar disminuida.
—¿Es una enfermedad esencialmente hereditaria, o se adquiere también en el decursar de la vida como consecuencia de traumatismos, problemas metabólicos u otras causas?
—Es hereditaria, y puede tener un patrón de herencia dominante, recesivo o no. Te decía anteriormente que puede ser congénita aunque no es lo común, pero no se adquiere secundariamente o por lo menos no se ha podido demostrar que esto ocurra.
—Una precisión, ¿se hereda de padres o madres portadores del gen, o ambos?
—La herencia de la afección no está ligada al sexo.
—Luego la hipertensión arterial, como se cree a veces popularmente, no se vincula con el surgimiento de esta enfermedad...
—No, así como ninguna otra enfermedad crónica general u ocular, aunque el queratocono puede coexistir con otras muchas afecciones.
—¿Es una enfermedad de progresión rápida o lenta?
—Tiende a progresar lentamente durante 6/8 años y permanecer luego estable, aunque este patrón varía considerablemente. La progresión puede ser rápida, gradual o intermitente. En los estadíos tempranos resulta difícil establecer el diagnóstico del queratocono, pero más tarde es fácilmente discernible. Existe también una forma "frustre" o incompleta que puede verse en uno de los dos ojos simulando una afección unilateral.
—¿Afecta uno o ambos ojos, tanto al sexo masculino como al femenino, y a todas las etnias?
—Usualmente es bilateral, o con notable diferencia entre ambos ojos. Afecta a los dos sexos, sin distinción de etnias, y es más frecuente en mujeres en una proporción 2:1.
—¿Qué exámenes se requieren para establecer el diagnóstico?
—Es esencial puntualizar la historia de la enfermedad, los antecedentes (si existen) y el examen del paciente en la consulta de oftalmología general o especializada de córnea. Técnicamente se requiere de un equipamiento básico.
—¿El tratamiento es medicamentoso o quirúrgico?
—El tratamiento descansa en la corrección de la agudeza visual mediante espejuelos y lentes de contacto, o quirúrgico, que consiste fundamentalmente en el trasplante corneal (queratoplastia como proceder definitivo). Los espejuelos se usan mientras se pueda corregir adecuadamente la visión. Si la cicatrización corneal impide la visión apropiada o el paciente no puede utilizar lentes de contacto, se puede llevar a cabo el trasplante, cuyo pronóstico es muy bueno en el 80 por ciento de estas intervenciones. Durante la hidropesía aguda (fase final del queratocono) se emplean colirios y soluciones para proporcionar alivio de los síntomas. Otros procederes quirúrgicos han sido utilizados con éxito muy limitado.
—Como bien se afirma que no existen enfermedades sino enfermos, le preguntaría, doctora, si el queratocono se manifiesta de igual forma en todos los pacientes.
—Los síntomas son muy similares en estos pacientes, salvando las particularidades de cada persona. Se debe tener en cuenta que varios desórdenes oculares pueden coexistir con el queratocono, como son las cataratas congénitas y la retinosis pigmentaria. También trastornos genéticos como el síndrome de Down (mongolismo)
—¿Es posible hablar de prevención en el tema que nos ocupa?
—De prevención, no, pero sí de diagnóstico certero a fin de lograr un tratamiento precoz adecuado. Es importante que se sospeche la enfermedad, se piense en ella, cuando un paciente acude a la consulta de Oftalmología. (2002)