Presbiacusia
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
De igual forma que con el decursar de la vida aparece la presbicia (disminución normal de la visión), asimismo sucede con la denominada presbiacusia o pérdida de la capacidad auditiva. El tema gana en relieve cuando conocemos que el envejecimiento progresivo de nuestra población comienza a constituir uno de los mayores desafíos de la sociedad y de la salud pública en particular.
Profesora
Maribel Ponce de León Mola.
La profesora Maribel Ponce de León Mola, jefa del Grupo Nacional de Audiología del Ministerio de Salud Pública, es una reconocida autoridad nacional e internacional en el tema que abordamos. Directora del Complejo Auditivo de Ciudad de La Habana, mi entrevistada es especialista de segundo grado en Otorrinolaringología (oído, nariz y laringe).
—Doctora: ¿La causa de la presbiacusia responde exclusivamente al proceso de envejecimiento?
—Se relaciona directamente con la edad, pero existen, asociado a ella, factores predisponentes en su aparición y desarrollo, y te citaría entre ellos el ruido ambiental, la herencia, medicamentos que son tóxicos para el oído (ototóxicos), como la Gentamicina, Kanamicina y Amikacina y, fundamentalmente, el estrés o tensión emocional mantenida, y los hábitos tóxicos como el tabaquismo, alcoholismo y la drogadicción.
—¿Sería posible graficar en dos palabras, para los lectores no especializados, qué transformaciones se originan en el aparato auditivo con este padecimiento?
—De la misma forma que envejecemos por fuera, así sucede por dentro. El aparato auditivo sufre el proceso de envejecimiento que se manifiesta por alteraciones de las células especializadas en la audición, las neuronas a nivel de las estructuras anatómicas y sensoriales del oído.
—En general, ¿a qué edades y con que síntomas principales acuden a consulta estos pacientes?
—A partir de la quinta década de la vida. Y habitualmente más que referir que "no oigo bien" lo que manifiestan es que "no comprendo lo que me dicen". Y afirman correctamente, porque lo que ocurre es que oyen, perciben con el oído los sonidos, pero no alcanzan a comprender, porque han perdido capacidad auditiva.
—¿Junto a ese "no oír bien" que usted refiere pueden aparecer otras molestias?
—A veces presentan una sensación de ruido permanente en los oídos. Además, pueden tener una molestia especial ante un excesivo ruido ambiental y a los sonidos intensos, llegando incluso a irritarlos. Esto es porque la lesión se asienta en el oído interno, donde se encuentra el órgano sensorial de la audición.
—¿Qué exploraciones se requieren para establecer el diagnóstico?
—Primeramente una exploración visual del oído, lo que denominamos Otoscopía. También, entre otras, la Audiometría tonal, un examen que permite evaluar cuantitativamente la pérdida de audición.
—¿La disminución de la audición en la presbiacusia se desarrolla en uno o en ambos oídos? Y, usualmente, ¿es rápida o progresiva esa pérdida?
—Es bilateral, aunque puede ser asimétrica, cuando un oído presenta una mayor pérdida auditiva que el otro, pero en general compromete la audición de los dos oídos. La progresión de la enfermedad estará en dependencia de los factores predisponentes ya mencionados: la herencia, el ruido ambiente, el estrésÁ
—¿Existen fármacos para el tratamiento de esta falta de audición, o necesariamente estos pacientes deben utilizar audífonos para ganar la audición perdida?
—La ciencia no ha encontrado aún, para la presbiacusia, tratamientos efectivos con medicamentos. Sin embargo, estos pacientes, en dependencia de las características de su pérdida auditiva, pueden beneficiarse del uso de audífonos.
—¿Luego cualquier persona con presbiacusia no estaría en capacidad de emplear con éxito estos aditamentos para mejorar su audición?
—No. Ello estará en dependencia del grado de deterioro auditivo que presente, el estado de su sistema nervioso central y, en general, de su organismo.
—¿Podría explicar sucintamente cómo funcionan esos audífonos?
—Son básicamente equipos amplificadores de sonido, con determinadas características que permiten su regulación, de acuerdo con la pérdida auditiva.
—¿Demandan algún cuidado especial?
—Sí, y es importante saberlo. No pueden recibir golpes ni mojarse, y mantener una sistemática vigilancia con el estado de las baterías, porque, por ejemplo, si están sulfatadas, pueden inutilizar el equipo.
—¿Los pacientes requieren de algún periodo de tiempo para la adaptación o empleo de este ingenio científico?
—Te diría que ocurre algo similar a cuando comenzamos a usar espejuelos. En el caso de los audífonos se experimenta inicialmente la presencia de un "cuerpo extraño" colocado en el oído que, por otra parte, posibilita escuchar sonidos a los que estos pacientes ya no estaban habituados.