Ojo seco
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Hace más de una década, en estas mismas páginas, el doctor Jaime Alemañy González explicaba que el denominado ojo seco es una enfermedad del aparato ocular que se manifiesta por el déficit cuantitativo y cualitativo de secreción de lágrimas, encargadas de bañar permanentemente la córnea y la conjuntiva, formando una barrera entre el medio externo y el ocular.
Doctor
Jaime Alemañy González.
Las lágrimas cumplen muchas funciones importantes para la salud de los ojos: nutritiva, limpiadora, antimicrobiana, lubricante, fotoabsorbente, cicatrizante, y otras. También óptica al formar una película muy lisa para evitar que las imágenes se vean de-senfocadas y borrosas.
Mientras que en los finales de los 90 parecía ser un trastorno bastante "inadvertido" para pacientes y especialistas, situados ahora en el 2011 ocurre todo lo contrario. "Es una de las afecciones de la visión que demandan mayor número de consultas", indica el doctor Alemañy, especialista de segundo grado en Oftalmología y Profesor Auxiliar, quien se desempeña en el Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. Y subraya: "Se estima que entre un 20 y 30 % de la población presenta ojo seco".
—¿A qué se atribuye el incremento en la sequedad de la superficie ocular?
—La expectativa de vida ha aumentado, la población se preocupa más por su salud y el medio ambiente está mucho más contaminado.
—¿Qué otros condicionantes y enfermedades están en capacidad de originar el ojo seco?
—Como condicionantes, la edad, ventiladores, aires acondicionados, empleo de lentes de contactos, la lectura prolongada y el uso continuado de la computadora. Entre las enfermedades citaría las inmunológicas, las alteraciones hormonales y de las glándulas lagrimales, y la conjuntivitis crónica.
—¿Y en cuanto al medio ambiente y la administración de algunos medicamentos?
—Hay que evitar situaciones que dañen el ojo, como el sol, calor, humo de cigarro, polvo, productos químicos de limpieza, aguas cloradas, corrientes de aire fuerte y temperaturas extremas (frías o calientes). Con respecto a los medicamentos, los antihipertensivos, diuréticos, anticonceptivos, antihistamínicos, antidepresivos y tranquilizantes. También los colirios de uso frecuente (conservantes) son tóxicos a la superficie ocular.
—¿La producción de lágrimas se incrementa o disminuye con los años?
—La producción lagrimal es máxima tras la pubertad. Esta capacidad comienza a disminuir después de los 30 años, hasta lograr niveles mínimos sobre los 70. Es más frecuente en mujeres, sobre todo en la menopausia.
—¿Cuáles son las manifestaciones fundamentales de este trastorno?
—La sequedad, ardor, ojos cansados, picazón, molestias a la luz, intolerancia a los lentes de contacto, sensación de arenilla, fluctuación de la visión, mayor sensibilidad al polvo, humo, cosméticos. También enrojecimiento ocular, alteraciones de la consistencia lagrimal, blefaritis (inflamación de los párpados), queratitis (inflamación de la córnea o daño corneal).
—¿Resulta difícil el establecimiento del diagnóstico?
—No. Se diagnostica cuando se piensa en la enfermedad, de lo contrario trataremos sus consecuencias. Es fundamental el interrogatorio para evaluar los síntomas, el examen oftalmológico y pruebas diagnósticas.
—¿Son las lágrimas artificiales el único tratamiento para el ojo seco?
—No. Es amplio y variado, porque incluye la educación al paciente sobre el conocimiento de la enfermedad, aunque la indicación de lágrimas artificiales adecuadas al tipo de ojo seco es, en general, el tratamiento de elección. En los casos más severos puede ser quirúrgico.
—¿Es una dolencia que transita siempre hacia la cronicidad?
—Sí, en mayor o menor grado.
—Con el devenir, ¿el ojo seco puede causar algún trastorno visual?
—Por supuesto. Desde la fatiga visual leve a moderada, hasta llegar a grave y limitante.
—¿Qué recomendación tendría para quienes, por su desempeño laboral o estudiantil, se mantienen horas y horas frente al monitor de una computadora?
—El trabajo frente a pantallas de visualización es origen frecuente de la sintomatología de ojo seco. Al concentrarnos en esta actividad disminuimos la frecuencia de parpadeo y, por ende, la producción y distribución de lágrimas. Otro aspecto importante es la colocación inadecuada de la pantalla (demasiado alta), porque aumenta la superficie externa ocular expuesta a las agresiones del medio, a lo que se añaden locales cerrados con climatización fuerte que incrementa la evaporación de la película lagrimal. Por ello es recomendable realizar breves y ligeros masajes palpebrales (de los párpados), ubicarnos ligeramente por encima de la pantalla y evitar corrientes de aire directas con temperaturas extremas.