Maltratos al anciano
JOSÉ A. DE LA OSA
Según un reciente informe emanado de la Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, el abuso o maltrato contra las personas de la tercera edad, generalmente frágiles y dependientes de los demás para satisfacer sus necesidades más básicas, "se generaliza". ¿Ello se hace posible, nos preguntamos, por insensibilidad de algunos, o acaso, también, por no contar con un conocimiento adecuado en torno al envejecimiento ni acerca de los problemas, limitaciones y temores reales que este proceso comporta en los seres humanos?...
El que no se ocupa ni respeta a los viejos, no tiene derecho
a la Historia.- Profesor Miguel Valdés Mier.
No sin razón quizás el escritor, político y orador romano Marco Tulio Cicerón, en sus diálogos De Senectute (Sobre la vejez), reflexionaba: "Más sufridos, más inhábiles, más enfermizos y más cercanos a la muerte".
El profesor Miguel Valdés Mier, mi interlocutor de esta semana, es Profesor Titular y Consultante, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras y del Grupo Nacional de Geriatría y Gerontología del Ministerio de Salud Pública.
— Inicio mi ronda de preguntas, profesor, pidiéndole su visión sobre nuestra etapa de envejecimiento. ¿Está usted de acuerdo con Cicerón?
— Absolutamente, porque en las edades extremas de la vida un denominador común es la dependencia y la escasa autonomía.
— Ahora bien, ¿cómo definiría el denominado maltrato en general, y en particular al anciano, para ceñirnos al tema que nos ocupa?
— Maltrato es el trato inadecuado que genera sufrimiento en la víctima, que puede consistir tanto en golpes, empujones, ofensas verbales, negligencias o violación de los más elementales derechos individuales. La disposición inconsulta de propiedades, los desconocimientos de sus opiniones o deseos, las discriminaciones o rechazos que los hagan sentir que constituyen un estorbo o están "fuera de juego".
— Pero vayamos por parte: ¿esa violencia puede revestir características físicas, emocionales, económicas, sexuales u otras?
— Presenta todas esas modalidades expuestas por ti y puede inclusive incluir la desatención, el desprecio y hasta el silencio mantenido.
— ¿Podría, por su mayor frecuencia, ejemplificar entre ellas las que considera más comunes?
— Las actitudes y frases irrespetuosas, los comentarios peyorativos al referir, por ejemplo, en su presencia: "Ayer quien te dije me dio tan mala noche que no me dejó dormir". Las expresiones de "¡qué cansada estoy!", "¡quisiera morirme!", "¡ya no soporto a quien tú sabes!".
— ¿Se origina por insensibilidad, condición humana, o desconocimiento del daño que estamos infligiendo a otra persona?... ¿Qué piensa usted?
— Casi siempre los abusadores han sido abusados en su niñez o adolescencia, e imaginan que nunca llegarán a ser viejos. Por otra parte, no siempre actúan con mala intención, sino tal vez por frustraciones, ignorancias o descompensaciones emocionales.
— A mi juicio, de todas las "versiones" de maltrato a los ancianos, quizás el abuso psicológico es el que menos se palpa y a veces, sin embargo, es el que más duele y daña.
— Sin lugar a dudas. Un desprecio, un desplante o un insulto es más doloroso que un puñetazo, y en ocasiones la agresividad puede transmitirse con la expresión facial, con la ironía, con una mueca, o con el tarareo de una canción.
— Profesor Valdés Mier: en general, ¿quiénes son los abusadores?
— El perfil más típico es el de alguien que no es feliz, que se queja constantemente de la desgracia de su destino y que culpa al entorno de su infelicidad, que es muy agresivo y en ocasiones alterna el maltrato con la culpabilidad de reconocer lo injusto de los abusos que comete.
— ¿Deben existir condicionantes para que se inflija pena, dolor o angustia por medio de acciones expresas, verbales o no verbales?
— No necesariamente, pero en ocasiones los cuidadores, abrumados por lo difícil de su tarea, suelen perder la paciencia.
— ¿Valora como posible el establecimiento de estrategias para, al menos, disminuir estos ciertamente atentados a la condición humana?
— Sí, te diría que mediante campañas a través de los medios de comunicación, promoviendo la necesidad de incrementar el respeto, el reconocimiento y la aceptación de los abuelos. También la capacitación de los cuidadores y estimular las actitudes generosas, comprensivas, tolerantes y cariñosas hacia nuestros mayores.
— ¿Y acaso podría existir una suerte de ideario de lo que NO debemos hacer para generar situaciones de maltrato?
— Jamás trates a alguien en forma diferente a como desearías ser tratado, recordando que el que a hierro mata, a hierro muere.
— Lamentablemente el espacio llega a su fin... ¿Algún comentario esencial?
— Hacer válido el criterio de que la tercera edad no tiene que ser una edad tercera y recordar que si bien el que no se ocupa de los niños no tendrá derecho al futuro, el que no se ocupa ni respeta a los viejos, no tiene derecho a la Historia.