Popularmente “lunares de sangre”
Hemangiomas infantiles
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Los hemangiomas infantiles, también llamados angiomas, son los tumores benignos de origen vascular más frecuentes de la infancia. Sin embargo, su rápido crecimiento los puede tornar destructivos, incluso con riesgos para la vida en alrededor del 1 % de los casos.
Profesora
Edelisa Moredo Romo.
Estos "lunares de sangre", como se conocen popularmente, se caracterizan por una fase de crecimiento rápido con una duración aproximada de un año, seguida de una fase de estabilidad y, finalmente, de involución que puede durar de dos a diez años. Clínicamente hay tres tipos de hemangiomas: superficiales, profundos y mixtos, siendo los primeros los más frecuentes.
Con esta información inicia nuestro diálogo la doctora Edelisa Moredo Romo, especialista de segundo grado en Dermatología y Máster en Enfermedades Infecciosas, quien se desempeña en el Hospital Pediátrico Docente "Juan Manuel Márquez" de Marianao. Es también Secretaria de la Sociedad Cubana de Dermatología y miembro del Grupo Nacional, Profesora Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
—¿Estos tumores son congénitos?
—Aunque pueden estar presentes en el momento del nacimiento (en un 30 % de los casos), lo más frecuente es que aparezcan a lo largo de las primeras semanas o meses de vida.
—¿Son únicos o pueden presentar lesiones múltiples? ¿Dónde se localizan?
—Habitualmente se trata de lesiones únicas, aunque en la literatura se reporta hasta un 20 % de casos múltiples. Los sitios de presentación más frecuentes son en la cabeza y el cuello, seguido por tronco y extremidades. Además, pueden estar situados a nivel de cualquier órgano interno, casi siempre asociados a los localizados en la piel.
—¿Conoce la ciencia las causas que los originan?
—Permanecen aún desconocidas.
—¿Tendrían algún componente genético y hereditario?
—Está demostrada la existencia de un patrón de herencia autosómico dominante, es decir: pueden haber varios miembros de una familia afectados por hemangiomas en cualquiera de sus presentaciones clínicas.
—¿Aparecen con igual frecuencia en las niñas y los niños?
—Son más comunes en las niñas en una proporción de 4 a 1. Asimismo, investigaciones demuestran que son más frecuentes en personas de la etnia blanca, sin que exista en la actualidad una teoría que justifique tales hallazgos.
—¿Qué especialistas se encargan de ofrecerles atención y seguimiento a estos pacientes?
—Generalmente son evaluados por una comisión multidisciplinaria. En dependencia del tipo clínico del hemangioma, su extensión, localización y grado de compromiso, el paciente puede ser seguido por especialistas en Dermatología, Maxilofacial u otras especialidades quirúrgicas.
—¿Los hemangiomas producen algún síntoma?
—Generalmente son asintomáticos. Ahora bien, atendiendo a su localización y extensión pueden interferir con funciones vitales. Alrededor de un 20 % de los hemangiomas, en el transcurso de su fase de crecimiento, dan lugar a complicaciones casi siempre locales, al comprimir u obstruir estructuras importantes (ojos, nariz, boca, vías respiratorias) y con deformidad estética. Asimismo, suelen ser frecuentes las ulceraciones e infecciones sobreañadidas.
—¿El diagnóstico se establece por la clínica o requiere de exámenes complementarios?
—Un buen interrogatorio y examen físico son suficientes para el diagnóstico. Estudios complementarios quedan a juicio del especialista según se requiera en cada caso.
—¿En qué consisten los tratamientos y en qué momento se deben establecer?
—Antes de decidir qué terapéutica vamos a emplear, debemos plantearnos si el hemangioma debe ser tratado o es posible dejarlo evolucionar espontáneamente. El tratamiento de estos tumores difiere en función de la fase evolutiva en que ellos se encuentren. Básicamente el tratamiento en la fase de crecimiento rápido es clave para evitar el de-sarrollo de complicaciones derivadas de la evolución propia del hemangioma. Con relación al tratamiento este puede ser farmacológico o quirúrgico, según corresponda. En la actualidad se introduce una modalidad terapéutica con el empleo del Propranolol, con buena tolerancia y escasas reacciones adversas, y se alcanzan resultados muy similares a los que se obtienen con corticosteroides o interferón, fármacos utilizados hasta el momento.
—¿Le quedaría algo esencial por señalar?
—Los hemangiomas al principio son pequeños pero pueden adquirir grandes dimensiones. La clave del éxito en el tratamiento radica en una actuación temprana. Muchas veces los pacientes llegan tarde al especialista, por lo que se ven reducidas tanto las opciones de tratamiento como los resultados.