Leucemia
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Modela literalmente cada palabra la doctora Valia Pavón Morán para poner al alcance de lectores no especializados en el tema médico que abordamos, la ubicación y funciones principales de la médula ósea, que se localiza, dice, en el tejido esponjoso de los huesos planos —esternón, costillas, vértebras y pelvis, fundamentalmente— y es el sitio de "fabricación" de células sanguíneas. Su función fundamental es justamente la producción de las células de la sangre a partir de la proliferación y diferenciación de una célula común que es la "célula madre" con capacidad de autorrenovación y diferenciación.
Doctora
Valia Pavón Morán.
Para mantener la estructura normal del tejido sanguíneo es necesario que haya un equilibrio entre la pérdida natural de células y la producción, y para ello se requiere la existencia de una población relativamente pequeña de "células madre" que garantice la demanda de las células sanguíneas en concentraciones constantes.
La doctora Pavón Morán, especialista de segundo grado en Hematología, profesora e investigadora auxiliar, quien se desempeña en el Instituto de Hematología e Inmunología, en esta capital, define la leucemia como una enfermedad que se caracteriza por una proliferación incontrolada y maligna de células que se originan en la médula ósea, la infiltra e impide el crecimiento y diferenciación de las células normales (glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas) y son capaces de invadir la sangre periférica y otros órganos o tejidos.
Existen diferentes tipos de leucemia que se clasifican por variados aspectos relacionados entre sí. Cuando la proliferación ocurre a expensas de células inmaduras ("jóvenes" en la cadena de maduración), estamos en presencia de una leucemia aguda; y cuando es resultado de células maduras, que son las que predominan en la sangre periférica, se trata de una leucemia crónica, de difícil curación, aunque los pacientes pueden mantener durante años el control de la enfermedad.
—¿La leucemia tiene similar comportamiento en todas las edades?
—No. Las diferencias están dadas por el tipo de leucemia, la forma de presentación y las posibilidades de respuesta de cada paciente. La más común en edad pediátrica es la leucemia linfoide aguda o linfoblástica para la que se han venido desarrollando protocolos de tratamiento cada vez más efectivos. En los adultos prevalece la mieloide aguda, que puede dividirse en distintos subtipos, y en la que los resultados también son mejores en la medida en que se ha ido particularizando el tratamiento en cada tipo de leucemia.
—¿Conoce la ciencia cuáles son las causas que la originan?
—No se conoce exactamente la causa de la leucemia, pero al igual que para otras enfermedades malignas, su origen incluye diferentes factores. En la actualidad, en más del 50% de los pacientes con leucemia se detectan alteraciones genéticas.
—¿Se identifican factores de riesgo para su desencadenamiento?
—Son importantes los antecedentes de enfermedades malignas en la fa-milia. También las infecciones por virus que tienen "predilección" por el tejido hematopoyético (de formación de células sanguíneas), haber recibido tratamiento con quimioterapia, exposición a radiaciones por estudios radiológicos excesivos, contaminación ambiental por accidentes nucleares o el empleo de armas que involucren componentes radioactivos.
—¿Ante qué primeros síntomas y signos debemos acudir al médico? ¿Son similares tanto en la infancia como en la adultez?
—Los síntomas comunes son la anemia y la presencia de manifestaciones hemorrágicas fundamentalmente cutáneas, fiebre, infecciones de difícil tratamiento y el aumento de volumen abdominal causado por el agrandamiento del bazo o el hígado. Asimismo, decaimiento, pérdida de peso y la falta de apetito.
—¿Qué alternativas terapéuticas tienen estos pacientes?
—En la actualidad se registran grandes avances en el tratamiento de esta enfermedad. Por ejemplo, en la leucemia linfoide aguda, la más frecuente en los niños, se alcanza hasta un 70% de curación. En la leucemia aguda promielocítica, que puede verse tanto en niños como en adultos, se han obtenido respuestas excelentes con los nuevos tratamientos y hasta la curación entre el 70 y el 80 % de estos pacientes.
—¿Alguna precisión final?
— Considero oportuno destacar que siempre que surja la sospecha de leucemia o haya sido diagnosticada, el enfermo debe ser remitido a un servicio especializado, donde se desempeña un personal médico con experiencia en el diagnóstico, tratamiento y manejo integral, lo que resulta significativo para poder alcanzar los mayores beneficios para el paciente.