La timidez
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Ser tímido es ser temeroso, medroso, encogido y corto de ánimo, según el diccionario de la Real Academia Española. O en una definición más elaborada: es la limitación o defecto del carácter que impide el desarrollo armónico del yo y que en las personas que la padecen se manifiesta por una inseguridad ante los demás, una torpeza o incapacidad para afrontar y resolver las relaciones sociales.
En síntesis, diría, es una sensación de impotencia para actuar en presencia de otra persona.
Profesora Teresa Lozano Pérez.
Para la profesora Teresa Lozano Pérez, Máster en Psicología de la Salud, quien se desempeña en el Servicio de Salud Mental del Hospital Pediátrico Docente Juan Manuel Márquez, en esta capital, el tímido, a diferencia de personas con otros trastornos, siente placer y tiene interés en participar en actividades sociales, pero se aparta de ellas porque tiene temor.
—¿Podría calificarse la timidez como una enfermedad en sí misma?
—Puede llegar a convertirse en un trastorno cuando el grado de severidad de las manifestaciones comporta que la persona sienta malestar, porque el incremento de la ansiedad y el temor sean tan altos que no le permitan funcionar adecuadamente en las actividades sociales. Pero no siempre es así y muchas veces la timidez se presenta como un rasgo o cualidad característica de la personalidad.
—¿Conoce la ciencia sus orígenes?
Las causas de esta dificultad no están claramente establecidas. A veces es una nota distintiva en varios miembros de una familia; en ocasiones, también, un medio restrictivo, sobreprotector, limita el desarrollo de las habilidades sociales del niño y se forma ese rasgo de la personalidad.
—¿En qué ámbitos o actividades de la vida se haría más ostensible la timidez?
—En todos aquellos que impliquen el actuar en público ante personas que no les sean familiares o no conocidas.
—Habitualmente, ¿a qué edades comienza a manifestarse esta característica de la personalidad?
—Antes de los seis años, e incluso en edades más tempranas, cuando ya el niño o niña comienzan a tener un mayor grado de independencia y empiezan a establecer relaciones sociales más espontáneas y con autonomía.
—Independientemente de lo consignado hasta aquí, y desde una visión especializada, ¿cuáles calificaría de signos, e incluso síntomas, inequívocos de timidez?
—En la primera infancia no integrarse ni participar en fiestas ni actividades grupales, no hablar en público, no contestar preguntas en clase espontáneamente, presentar dificultades para defenderse de otros niños, aunque los tímidos pueden llegar a ser muy agresivos cuando se les molesta mucho. Ello contrasta con su convivencia en el hogar, donde pueden ser autoritarios, dominantes e incluso agresivos con familiares y conocidos.
—¿A qué especialista consultar?
—Al psicólogo del área de salud.
—¿Hay fórmulas o modos de ayudar a superar la timidez?
—Con una orientación psicológica adecuada se pueden manejar factores educativos y sociales. Además, con el uso de técnicas para el desarrollo de habilidades sociales y de asertividad (autoafirmación), puede superar dificultades inherentes a su personalidad.
—¿Piensa que de algún modo cada uno de los seres humanos podría tener algún componente de timidez?
—Sí. Hay situaciones nuevas o embarazosas que, cuando las tenemos que enfrentar, nos originan de alguna manera inquietud, ansiedad, dudas, sobre todo cuando no nos sentimos con los conocimientos y habilidades requeridos para salir con éxito de esos escenarios. Eso nos hace perder la autoconfianza.
—¿Qué criterios le gustaría trasmitir a quienes son raigalmente tímidos?
—Que no renuncien al disfrute de actividades que les sean placenteras por el temor de enfrentarlas; que busquen la ayuda necesaria para superar sus dificultades; que no se permitan vivir una vida con limitaciones y se dispongan a luchar en todo momento contra su timidez hasta vencerla.
—¿Timidez y fobia social son términos sinónimos?
— No, aunque es difícil establecer las diferencias fundamentalmente durante la niñez. Fobia es miedo irracional que puede llevar al individuo desde conductas de evitación hasta situaciones de aislamiento.
—¿Algo más que valore como esencial?
—Plantear que la personalidad se desarrolla a lo largo de toda nuestra vida, y, por tanto nunca será tarde para superar la timidez.