Impétigo
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
El impétigo es una enfermedad de la piel producida por una bacteria que se presenta con mayor frecuencia en la niñez, pero aqueja igualmente a los adultos. Es benigna y autoinoculable, por lo que se conoce también como impétigo contagioso, afirma la doctora Míriam Ortiz Chibás, especialista de primer grado en Dermatología, miembro del Grupo Provincial de esa especialidad y Máster en Infectología.
Doctora,
Míriam Ortiz Chibás.
Y precisa: Los síntomas principales de esta afección comprenden dos periodos. En el primero aparece una ampolla con la apariencia de una quemadura de cigarro, que se rompe rápidamente porque es superficial, y da lugar a la salida de un líquido purulento. En el segundo se origina una costra de color amarillento, similar a la miel de abeja. Si el niño se rasca estas costras se hacen hemorrágicas y se tornan de color rojo.
—¿Las lesiones pueden aparecer en todo el cuerpo o se circunscriben en general a zonas específicas?
—Se manifiestan en cualquier parte, aunque son más frecuentes en la cara, cuero cabelludo, dorso de las manos, cuello y antebrazos.
—¿Se conocen los agentes infecciosos que la originan?
—Es una bacteria conocida como estreptococo, y también el estafilococo.
—¿Cuál es el reservorio natural de esas bacterias?
—Normalmente se encuentran en la piel como "flora transitoria". Para que la enfermedad se manifieste es necesario que se rompa el equilibrio entre el huésped y el parásito, como resultado, por ejemplo, de traumatismos: heridas pequeñas imperceptibles que favorecen la penetración de la bacteria.
—¿Y el tiempo de incubación y las principales vías de transmisión?
— La incubación es rápida, oscila entre 24 y 72 horas. La vía de transmisión fundamental es la piel, a través del contacto directo de la piel sana con una piel enferma. Es muy importante tener en cuenta que es autoinoculable, es decir: el paciente al tocarse o rascarse las lesiones, transmite los agentes infecciosos a la piel sana.
—¿Es una afección de distribución mundial?
—Sí. Existe en todos los países, sobre todo en los de clima tropical.
—¿Es frecuente en nuestro país en todos los meses del año?
— Suele manifestarse en cualquier época, aunque es más frecuente en los meses de verano, cuando vamos a la playa, al campismo, y nos exponemos en mayor medida al calor y al sol, en lugares donde en ocasiones la higiene ambiental no es la más adecuada.
—¿Qué síntomas y signos "avisan" de la presencia de esta dolencia?
—El signo fundamental de alerta es la ampolla, parecida a una quemadura de cigarro, que rápidamente se rompe y deja una costra amarillenta. Como síntomas suele dar una sensación de picazón y ardentía.
—¿El diagnóstico es clínico o demanda exámenes de laboratorio?
—Es fundamentalmente clínico al observarse el tipo de lesiones características de esta enfermedad. No obstante, en algunos casos los facultativos pueden indicar un cultivo de las secreciones ante la sospecha de resistencia al tratamiento utilizado.
—¿Cuál es la terapéutica de elección en estos pacientes? ¿Cuánto dura como promedio?
—Se indican medidas generales, extremando las higiénicas del lavado de las manos, el baño diario y el uso de ropa adecuada y limpia; y las específicas, el empleo de antibióticos. El impétigo, como enfermedad benigna que es, responde rápidamente al tratamiento, por lo que en las primeras 24 a 72 horas debe verse la mejoría.
—¿Las úlceras del impétigo dejan cicatrices?
—Estas úlceras son muy superficiales por lo que generalmente no originan cicatrices. A veces dejan como secuela manchas blancas, que deben desaparecer al poco tiempo.
—¿El padecerlo una vez crea inmunidad?
— El impétigo no crea inmunidad, la persona puede reinfectarse varias veces siempre y cuando la bacteria encuentre los factores favorables para su desarrollo.
—¿Qué providencias deben ser adoptadas por la familia con estos enfermos?
—Extremar las medidas de higiene.
—¿Podemos hablar de prevención en el tema que abordamos?
—Sí, y no resulta ocioso subrayarlo: higiene, higiene, higiene.
—Dejo abierta esta pregunta para cualquier comentario final.
—En la consulta recibimos diariamente a muchos pacientes que se automedican con la primera pomada que encuentran en su casa o facilitadas por personas con muy buena fe, y cuando nos muestran las lesiones estas se encuentran dañadas por medicamentos mal utilizados. No todas las pomadas, cremas ni lociones sirven para lo mismo, y el médico es el único autorizado para indicarlas.