Consultas  Médicas

 

Insuficiencia venosa

JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu

La profesora Mayda Quiñones Castro, especialista de segundo grado en Angiología y Cirugía Vascular, define la insuficiencia venosa como una afección en la cual las venas presentan dificultades para enviar la sangre desde las piernas al corazón, especialmente cuando nos encontramos en posición de pie.

Foto: CaoProfesora Mayda Quiñones Castro.

Las venas de los miembros inferiores son las responsables de que la sangre suba hasta el corazón, para lo cual dispone de un sistema de válvulas que posibilitan que el flujo sanguíneo vaya en dirección ascendente.

Para que la sangre se mueva en contra de la gravedad, la contracción de los músculos de las piernas actúa como una bomba impulsora. Los movimientos respiratorios, los latidos cardiacos y el apoyo correcto del pie al caminar, también ayudan a que el flujo sanguíneo llegue al corazón.

La doctora Quiñones, Máster en Longevidad Satisfactoria e Investigadora Auxiliar, es vicedirectora Docente del Instituto Nacional de Angiología y presidenta de la Sociedad Cubana de esta especialidad.

—Una aclaración, ¿insuficiencia venosa es sinónimo de várices?

—No, se puede tener una insuficiencia venosa y no presentar várices, que son su manifestación más visible.

—¿Se conocen las causas que originan esta dolencia?... ¿Y en cuanto a los factores de riesgo principales?

—Se plantea que existe una predisposición familiar a padecer la enfermedad, pero no es hereditaria. Hay factores de riesgo no modificables como la edad (adultos mayores) y el sexo: más incidencia en las mujeres porque las hormonas femeninas actúan sobre la pared de la vena, debilitándola; y los que sí podemos modificar: largas estancias de pie, la obesidad, el sedentarismo, el estreñimiento.

—¿Se conoce su frecuencia en nuestro medio?

—Investigaciones demuestran que oscila entre un 40% y un 55% de la población.

—¿A qué edades como promedio suele manifestarse?

—En la mujer, en la edad fértil, como consecuencia de los embarazos; y en los hombres a partir de los 25 ó 30 años. Es menos frecuente en la niñez. Cuando aparece en estas edades se debe en muchas ocasiones a malformaciones vasculares congénitas.

—¿Qué signos y síntomas fundamentales son los que, en general, nos dan la voz de alerta?

—Los principales son pesadez, dolor, sensación de opresión, calambres, hormigueo y edema (inflamación) en las extremidades inferiores. Sin embargo, estas manifestaciones no son específicas de la insuficiencia venosa, porque pueden acompañar también a otras dolencias ortopédicas y neurológicas.

—¿Tiene tratamiento específico? ¿Son medicamentosos o quirúrgicos?

—Existen medidas generales como dormir con los pies en alto, comer bajo de sal, evitar el estar sentados o de pie, en una misma posición, mucho tiempo; hacer ejercicios, caminar fundamentalmente. También el uso de medias o vendas elásticas, los medicamentos para la circulación venosa, la aplicación del proceder conocido como escleroterapia (la inyección de las venas con un medicamento) y el tratamiento quirúrgico.

—¿Es curable o tiende a la cronicidad?

—Mejora con los diversos tratamientos, pero ineludiblemente la insuficiencia venosa se convierte en crónica.

—¿Una no adecuada atención generaría algún otro trastorno o complicación?

—Sí, pueden originarse sangramientos internos o externos en las piernas, formarse trombos o coágulos, aparecer lesiones dermatológicas como dermatitis, celulitis, hiperpigmentacion. Y lo más temido, la úlcera varicosa.

—¿Alguna precisión final?

—La insuficiencia venosa crónica no es una enfermedad que mata, pero comporta incalculables consecuencias que afectan la calidad de vida. Por ello es importante que se adopten medidas preventivas y acudamos al especialista ante la aparición de los primeros síntomas o signos de la enfermedad.