Consultas  Médicas

Incontinencia urinaria en la Tercera Edad

JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu

Se estima que alrededor de 200 millones de personas en el mundo sufren de incontinencia urinaria y, sin embargo, son muy pocas las que consultan a un médico, por vergüenza o sencillamente por falta de información, porque se piensa que no es una enfermedad. Este padecimiento, que condiciona un problema higiénico y también social, se define como la pérdida involuntaria de orina por la uretra.

Foto: RICARDO LÓPEZ HEVIALa doctora Lilliams Rodríguez Rivera, conversa con una de sus pacientes.

¿Existe o no relación directa entre el envejecimiento y la aparición de esta afección?, pregunté a la doctora Lilliams Rodríguez Rivera, especialista de primer grado en Medicina General Integral y en Gerontología y Geriatría del Centro Iberoamericano para la Tercera Edad (CITED), en esta capital.

Sí, hay relación, advierte, aunque el envejecimiento por sí mismo no es causa de incontinencia urinaria, sino que se presentan factores asociados, y cita la disminución de la habilidad para posponer la micción, el déficit de hormonas femeninas y el crecimiento de la próstata en los hombres, a lo que se añaden a veces otras enfermedades. Ello determina que, con el avance de la vida, se genere este problema de salud.

¿Qué otros trastornos mencionaría tanto en los hombres como en las mujeres?

La diabetes mellitus, las cirugías abdominales (histerectomía o extirpación del útero) y de la próstata; los cálculos en la vejiga y las demencias, fundamentalmente.

¿Puede ser originada también por la administración de algún medicamento, o simplemente por estrés?

Los medicamentos son uno de los principales factores de riesgo. Mencionaría los diuréticos, sedantes y fármacos que se emplean para los trastornos del sueño. En cuanto a las tensiones emocionales, el hecho de encontrarnos ansiosos puede exacerbarla. Y añadiría que el café y el alcohol tomados en exceso posibilitan el incremento de la micción.

¿Es normal, o es síntoma de incontinencia, que perdamos el control voluntario sobre la necesidad de orinar cuando nos reímos, tosemos o realizamos ciertas actividades deportivas?

Es síntoma de la llamada incontinencia de esfuerzo.

¿Y en cuanto a los embarazos?

La incontinencia de esfuerzo se relaciona también con el número de partos, tres o más y con fetos de gran tamaño.

¿Qué síntomas deben estar presentes para concluir que padecemos de incontinencia?

El escape involuntario de orina, el incremento en el número de micciones nocturnas e igualmente el aumento en la frecuencia diurna, la pérdida de orina vinculada con un esfuerzo que realicemos. Diría que estos son los principales.

¿El diagnóstico es clínico o demanda exámenes de laboratorio?

Esencialmente clínico. Se realizan exámenes de orina y ultrasonido abdominal para la determinación del residuo de orina en la vejiga. Si es mayor de 100 mililitros se indican entonces otras pruebas diagnósticas.

¿A qué médico consultar? ¿Tiene tratamiento específico?

De acuerdo con la causa y la edad del paciente, a un urólogo, un ginecólogo o a un geriatra. Tiene tratamiento y subrayaría que es un problema de salud curable en la mayoría de estos pacientes. Entre las opciones terapéuticas están la rehabilitación pélvica, el entrenamiento de la vejiga, medicamentos específicos para el control de la incontinencia y la cirugía. Como medidas generales la eliminación de irritantes de la vejiga como café, alcohol y bebidas gaseosas.

¿Podría mencionar cuáles son las causas transitorias y reversibles de incontinencia urinaria con ayuda de un tratamiento?

Los prolapsos (caída o descenso) del útero, el cistocele, conocido también como "hernia de la vejiga", atrofia vaginal, el agrandamiento de la próstata, los cálculos de la vejiga y las infecciones urinarias.

¿Con cuáles debemos aprender a convivir y no agobiarnos literalmente en la búsqueda de tratamientos?

Cuando los pacientes presentan demencias en estadios severos, cuando existen trastornos medulares o secuelas de un infarto cerebral. En estos casos se indica tratamiento paliativo.

¿Algún criterio final?...

Sí, algo que considero de gran importancia. En general, toda persona con incontinencia urinaria debe solicitar atención médica, atendiendo a que este problema de salud es curable en un gran porcentaje de pacientes, y en los que la curación no sea posible puede al menos recibir beneficios para mejorar su calidad de vida.