Hiperactividad
José A. de la Osa
¿A qué nos referimos cuando hablamos de "un niño hiperactivo"?, pregunto a la doctora Tania A. Peón Valdés, secretaria del Grupo Nacional de Psiquiatría Infantil del Ministerio de Salud Pública.
Profesora
Tania A. Peón Valdés.
El término hiperactividad hace referencia —dice— a una actividad física que resulta tan evidente, mantenida y excesiva, que interfiere con las actividades que el niño realiza. Familiares y maestros dan quejas frecuentes de que es un niño que no está quieto "para nada", como si tuviera un "motor encendido" todo el tiempo. Lo mismo anda moviéndose de un lado para otro, corriendo dentro de la casa, que no puede permanecer sentado en clases, mientras hace tareas, come o ve televisión. Son niños que prefieren los juegos activos y van de una actividad a otra, dejando tras sí un reguero de actividades comenzadas que no terminan.
Al referirse a las causas la especialista plantea que se han estudiado factores genéticos, sobre todo por la línea paterna, y se conoce que eventos que impliquen falta de oxígeno o daño al sistema nervioso central durante el embarazo, alrededor del nacimiento o con posterioridad, pueden dejar una "huella" relacionada con la aparición de hiperactividad. Ejemplo de ello pudieran ser la hipertensión arterial, el consumo de tóxicos durante el embarazo: café, alcohol, drogas. Posterior al nacimiento la causan con frecuencia las infecciones del sistema nervioso (meningoencefalitis) y las convulsiones.
Nuestra entrevistada es especialista en Medicina General Integral y en Psiquiatría Infantil, Máster en Psiquiatría Social y profesora de la Facultad de Medicina Comandante Manuel Fajardo de la Habana.
—¿A qué edades comienzan las manifestaciones?
—Pueden aparecer inclusive previas al nacimiento. Las madres con frecuencia hacen referencia a que eran bebés que se movían mucho dentro de la barriga y una vez que nacen son niños que duermen poco, aprenden a caminar pronto y, una vez que lo hacen, ¡se acabó la tranquilidad!
—¿Suele estar asociada a otros trastornos?
—Por sí sola no constituye un trastorno, sino la manifestación conductual de un trastorno, que puede ser físico (orgánico) o psicológico. Constituye uno de los síntomas principales del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), el que puede asociarse a dificultades del aprendizaje, ansiedad, problemas emocionales y de la conducta.
—¿Aqueja por igual al sexo masculino y al femenino?
—Es más frecuente en varones, en una proporción de 3 a 4 niños por cada niña y es una de las causas fundamentales por las que se solicita atención en los servicios de salud mental para niños y adolescentes.
—¿Qué problemas escolares y sociales puede generar?
—Aun cuando con mayor frecuencia son niños de inteligencia normal, el impedimento principal en el área escolar es para aprender, por su habitual asociación con el déficit de atención. Se dan a su vez dificultades para la socialización pues son niños torpes socialmente, que no respetan su turno en los juegos, que se ajustan poco a las reglas, y esto les genera problemas con los demás niños y con los adultos que les rodean, siendo tildados con frecuencia como indisciplinados. Son niños además más propensos a caídas y accidentes.
—¿Es posible establecer una línea distintiva entre la hiperactividad y las energías e inquietudes desbordantes propias de la infancia?
—Sí. Es propio de la infancia que se despliegue de manera natural una gran actividad física, pero como norma esta puede ser controlada por el niño, dirigida a un fin y ajustada al contexto en cada momento, de manera tal que no interfiera con las actividades propias de la edad.
—¿La hiperactividad desaparece espontáneamente en el tránsito de la niñez, o puede permanecer en la adolescencia y la adultez?
—En general disminuye progresivamente con la edad, hasta desaparecer como síntoma en la adultez. Esto no excluye que de adultos algunos puedan quedarse siendo más activos que otros de su edad y se mantengan las dificultades de la atención frecuentemente asociadas.
—¿Cuál es el tratamiento de elección?
—No existe un medicamento de elección para tratar la hiperactividad. La elección más efectiva está aquí en garantizar el abordaje integral con el niño, la familia y en el ambiente escolar. De modo general resulta muy útil encauzar la hiperactividad hacia un fin, de modo tal que el niño "se mueva" dentro del marco de la disciplina y límites conductuales bien definidos. La realización de actividad deportiva, el juego libre en el barrio, ofrecer oportunidades de movimiento en el aula, entre otras, pueden contribuir a este fin. Si se trata de un TDAH el medicamento de elección es el Metilfenidato, psicoestimulante de alta efectividad para mejorar la dificultad de la atención y disminuir la hiperactividad.
—¿Podría hablarse de prevención en el tema que nos ocupa?
—Todo lo que garantice un adecuado control del embarazo y de los eventos alrededor del nacimiento, así como la prevención de enfermedades tóxicas e infecciosas en la primera infancia, serán elementos de relevancia en la prevención de la hiperactividad.
—¿Alguna precisión final?
— Me gustaría se comprendiera que el niño hiperactivo lo es por causas ajenas a su voluntad. Son muchos los que quisieran no meterse en problemas por la hiperactividad, pero no saben evitarlo. Ahí radica la pericia de quienes forman parte de su entorno, para amarlos tal como son, comprenderlos y ayudarlos a lograr el autocontrol que tanto necesitan para funcionar mejor.