Déficit de hormonas sexuales y de células reproductivas
Hipogonadismo
JOSÉ A. DE LA OSA
El ovario en la mujer, y el testículo en el varón, son las glándulas (conocidas también como gónadas) encargadas de "fabricar" y segregar las hormonas sexuales. Cuando esa función gonadal se desarrolla normalmente se garantiza la ejecución de la misión reproductiva y sexual del Hombre. Ahora bien, cuando se origina cualquier desarreglo en ese aspecto tan importante de nuestras vidas, ello puede conducir a alteraciones en el plano sexual, entre otros trastornos.
Profesora Gilda Monteagudo Peña.
A modo de introducción, y antes de exponer los criterios especializados de la doctora Gilda Monteagudo Peña, avanzaría que el hipogonadismo, como su nombre indica, es la disminución o ausencia de secreción de las hormonas gonadales (sexuales). Mi consultante es especialista de segundo grado en Endocrinología, profesora e investigadora, y miembro del Grupo de Investigación sobre Salud Reproductiva del Instituto Nacional de Endocrinología del MINSAP, radicado en La Habana.
—¿Qué precisiones tendría que hacer, doctora Monteagudo, a los comentarios que acabo de formular?
—Añadir que la gónada, además de producir hormonas, tiene una función relacionada con la producción de las células reproductivas (óvulos y espermatozoides). El hipogonadismo, que también es llamado hipogenitalismo, incluye la afectación de una o ambas funciones, y no solo el déficit hormonal.
—¿Qué funciones desempeñan las hormonas sexuales?
—Diría primeramente que en el varón se producen predominantemente andrógenos, mientras que en la hembra, de acuerdo con el momento del ciclo menstrual en que se encuentre, pueden ser estrógenos o progesterona. Las funciones varían con el tipo de hormona y la etapa de la vida. En general, durante la vida embrionaria determinan la formación de las estructuras del sistema reproductor, en la pubertad el desarrollo de los caracteres sexuales (cambios en los genitales, la piel, la conducta y las proporciones corporales, salida de vello sexual, desarrollo de las mamas en la hembra, cambios en la voz en el varón), mientras que en la adultez mantienen los caracteres sexuales, la función sexual y reproductiva e intervienen en múltiples funciones metabólicas.
—¿Conoce la ciencia cuáles son las causas principales del hipogonadismo?
—Pudiera deberse a una afectación de la gónada o de la hipófisis (glándula situada en la cabeza, que produce hormonas reguladoras de la función de otras glándulas del cuerpo, entre ellas las gónadas). El origen puede ser genético, traumático, infeccioso, inmunológico, degenerativo, tumoral, por agentes físicos o químicos, por castración.
—Atendiendo a sus signos y síntomas, ¿cuáles son sus rasgos dominantes, tanto en el hombre como en la mujer?
—La expresión clínica depende más del momento en que aparece. Al nacimiento pudiera expresarse por ambigüedad de los genitales. Si se presenta antes de la pubertad no se producen los cambios en los caracteres sexuales secundarios: se desarrollan proporciones corporales eunucoides (crecimiento desproporcionado de las extremidades con respecto al tronco). Cuando la enfermedad comienza en la adultez, predominan las alteraciones de la función sexual y reproductiva (disminución del deseo y la satisfacción sexual, infertilidad, ausencia de menstruación en la mujer), fogajes, debilidad, apatía, depresión, pérdida de masa ósea.
—¿Qué especialista se encarga del diagnóstico de certeza?
—El endocrinólogo, mediante el examen clínico y las determinaciones hormonales.
—¿Qué tratamientos se aplican y, en general, con qué resultados?
—El tratamiento consiste en la administración de hormonas: andrógenos en el hombre, estrógenos y progesterona en la mujer, con lo que se logra revertir los síntomas, exceptuando la ambigüedad genital o el eunucoidismo, irreversibles una vez que se presentan. En los casos que tienen un origen hipofisario (de la glándula hipófisis) pueden usarse además tratamientos para lograr fertilidad.
—¿Cómo se administran las hormonas sexuales y qué efectos secundarios pueden comportar?
—Existen diversos preparados y formas de presentación (tabletas, inyecciones, cremas, jaleas, parches dérmicos, implantes subcutáneos), y los efectos secundarios varían con cada uno de ellos. En nuestro país las formulaciones disponibles, en hormonas masculinas, son inyectables; y en las femeninas, inyectables y tabletas, aunque se usan preferentemente estas últimas.