Falta de aire: síntoma principal
Hipertensión pulmonar
JOSÉ A. DE LA OSA
El primer informe sobre la hipertensión pulmonar primaria, que identificaremos en lo adelante por sus siglas HPP, se realizó en 1891, pero no fue hasta 1951 —hace poco más de medio siglo— cuando se le dio nombre a la enfermedad.
Doctor Manuel Sarduy Paneque.
Pero, ¿qué es la HPP? En lenguaje no especializado diríamos que es un desorden de los pulmones en el que la presión de la sangre de la arteria pulmonar supera los niveles normales. El término primaria asociado a esta enfermedad significa que no existen otras afecciones cardíacas o pulmonares que justifiquen esa presión sanguínea alta.
¿Quisiera añadir alguna precisión a la definición de HPP que adelanto?, pregunté al doctor Manuel Sarduy Paneque, especialista de primer grado en Neumología, jefe del Departamento de Broncoscopía del Hospital Docente Neumológico Benéfico Jurídico de La Habana.
Señalar, dice, que además de la hipertensión pulmonar primaria existe la denominada secundaria, que está relacionada con el consumo de drogas, toxinas, infecciones por el virus causante del SIDA, cardiopatías congénitas, y las vinculadas con afecciones hepáticas y enfermedades pulmonares crónicas, entre otras.
—¿Podría graficar qué sucede realmente en los pulmones y qué consecuencias puede traerle al corazón?
—Al estar alta la presión en la arteria pulmonar, esta hace más fuerza sobre el ventrículo (cavidad) derecho del corazón, por lo que se va agrandando con el decursar. Poco a poco la cantidad de sangre que aporta el corazón a todo el organismo (gasto cardíaco) se va empobreciendo hasta llegar a afectar el ventrículo izquierdo. Por tanto, deja de funcionar normalmente.
—¿Se conocen las causas que pueden desencadenar este padecimiento?
—No, aunque se plantean mecanismos inflamatorios, inmunológicos, hormonales y genéticos.
—¿Y específicamente en cuanto a los hábitos de vida, el empleo de algún medicamento?
—Es conveniente mantener una dieta pobre en grasas, no beber alcohol en exceso y evitar el consumo de drogas. Asimismo no deben ser utilizados fármacos para la disminución del peso corporal, pues tienen la capacidad probada de originar daños sobre los vasos sanguíneos.
—¿Qué predisposición adicional presentan los pacientes con VIH-SIDA?
—Se ha demostrado que el síndrome de inmunodeficiencia adquirida es capaz de desencadenar una hipertensión pulmonar secundaria por su acción inflamatoria e inmunológica sobre la circulación general.
—¿Cuáles son los signos y síntomas principales de esta enfermedad?... ¿Cada paciente puede experimentarlos de forma diferente?
—El síntoma principal es la falta de aire presente en el 98% de quienes la padecen. Igualmente el dolor torácico, inflamación en miembros inferiores, fatiga. Aunque cada paciente puede experimentar los síntomas en dependencia de que la hipertensión que se le desencadene sea primaria o secundaria, la manifestación fundamental es siempre la falta de aire.
—¿Esas manifestaciones son similares a algunas otras dolencias y, por tanto, puede resultar difícil el diagnóstico médico?... ¿Cómo corroborarlo?
—Sí, porque la falta de aire puede presentarse también en afecciones de origen cardiovascular, respiratorias y otras. Si a ello añadimos la evolución prolongada característica de la hipertensión pulmonar, podrá comprenderse que en ocasiones resulta difícil establecer un diagnóstico de certeza. Para lograrlo se utilizan los procederes clínicos y exámenes complementarios.
—¿Cuál es el tratamiento de elección en estos pacientes?
—Esta es una enfermedad de evolución crónica y los tratamientos de elección son los convencionales (medicamentos, cambios en los hábitos y estilos de vida) o quirúrgicos, entre ellos el trasplante pulmonar, en etapas muy avanzadas.
—¿A qué edades como promedio suele hacer su aparición? ¿Afecta por igual a hombres y mujeres?
—Puede presentarse en cualquier edad, aunque habitualmente aparece entre los 30 y los 40 años, con predominio en el sexo femenino.
—¿Se conoce cuál es su incidencia en el mundo y también en nuestro país? Y si no existieran estadísticas, ¿cuál es su experiencia clínica al respecto?
—En la bibliografía internacional se refleja una incidencia anual de 1 a 4 casos por millón de habitantes. En Cuba se registra la mortalidad, pero no la morbilidad (su frecuencia). Por la experiencia en nuestro hospital, te diría que la hipertensión pulmonar es poco frecuente.
—En el cotidiano vivir, ¿qué hábitos y conductas considera deben seguir personas con esta dolencia?
—En primer lugar cumplir con rigor el tratamiento indicado por su médico, y limitar la actividad física, no subir a grandes alturas, utilizar en caso necesario la oxigenoterapia y diuréticos. En cuanto a las mujeres deben evitar, además, el embarazo.