En el ardiente verano
Golpe de calor
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Las altas temperaturas veraniegas, acentuadas por los cambios climáticos que se vienen produciendo en nuestro planeta Tierra, deben constituir una alerta cuando los vacacionistas se vuelcan literalmente al disfrute de playas y campismos, o caminamos y realizamos ejercicios a pleno Sol, olvidando que resulta imprescindible protegernos.
Doctora
Elisa Ortúzar Menesia.
Es importante tener presente la existencia del llamado "golpe de calor", que constituye una emergencia médica, según el autorizado criterio de la doctora Elisa Ortúzar Menesia, especialista en Dermatología del Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, caracterizado por un incremento de la temperatura corporal por encima de 41ºC y alteraciones del sistema nervioso central, consecuencia de un fallo agudo del sistema termorregulador.
—¿Golpe de calor e insolación son términos sinónimos?
—No exactamente. La forma más frecuente del golpe de calor es por insolación, originada por una sobreexposición al Sol, y también puede producirse si nos mantenemos en lugares cerrados sometidos a altas temperaturas y humedad. Un ejemplo, se reportan golpes de calor en niños que han quedado en automóviles u otros vehículos aguardando a los padres.
—¿La edad o el padecimiento de alguna afección puede hacernos más susceptibles a los rayos solares?
—Los niños pequeños, lactantes y recién nacidos, están particularmente expuestos a enfermedades por calor y, asimismo, los adultos mayores de 65 años. Existen afecciones que hacen a las personas más susceptibles: pacientes con dolencias de la piel (psoriasis, eczemas), del corazón, respiratorias, renales, y los obesos.
—¿Y por la ingestión de algún medicamento?
—Se ha evidenciado mayor susceptibilidad en pacientes bajo tratamiento con antihipertensivos, antiarrítmicos, diuréticos, antidepresivos, neurolépticos, entre otros.
—¿Cómo "darnos cuenta" de que nos encontramos en los umbrales de un golpe de calor? ¿Cuáles son sus señales de alarma?
—Los principales síntomas son: rostro congestionado y aumento de la sudoración. En casos más comprometidos, piel seca, caliente y enrojecida, dolor de cabeza, sensación de fatiga y sed intensa, pulso rápido, náuseas y vómitos.
—¿Qué medidas de primeros auxilios se recomienda adoptar?
—A los primeros síntomas de mareo y desvanecimiento, se recomienda acostar a la persona afectada en un lugar fresco, bajo techo, mojar su ropa y ponerle compresas frías en la cabeza, además de hidratarla con abundantes líquidos.
—¿Ante qué manifestaciones resulta imprescindible consultar al médico?
—Cuando se presentan contracciones corporales involuntarias, calambres musculares, alteraciones de la conciencia (somnolencia, delirio, convulsiones, coma), trastornos circulatorios y respiratorios.
—En general, ¿cuál es el tratamiento a seguir?
—Es fundamental iniciar el enfriamiento cuanto antes, trasladando al paciente a un lugar fresco y ventilado, desnudarlo, e iniciar el enfriamiento externo mojándole constantemente la piel. Se puede usar hielo. En caso de pérdida de conciencia, se realizará hidratación oral con agua común o bebidas con minerales y sin azúcar. De ser posible trasladarlo a un centro asistencial.
—¿Se conoce a qué temperatura máxima puede exponerse el ser humano sin que se produzcan daños a su salud?
—Te respondería diciendo que por encima de 42ºC, definida como temperatura máxima crítica, se deteriora la función celular. En temperaturas extremas (49-50ºC) son suficientes cinco minutos para que todas las estructuras celulares se destruyan y ocurra la necrosis celular.
—¿Qué consecuencias puede acarrear el golpe de calor?
—El paciente puede fallecer, o dejarle secuelas neurológicas, desencadenarle una insuficiencia renal.
—¿Cómo prevenir?
—Es esencial en estos meses de ardiente verano mantener una buena hidratación (beber agua frecuentemente); evitar comidas difíciles de digerir o muy condimentadas y también el consumo de bebidas alcohólicas, gaseadas o muy azucaradas; mantenerse en lugares ventilados o climatizados; evitar la exposición solar en los horarios de 11 de la mañana a 4 de la tarde, y si fuese necesario exponerse, emplear protectores solares superiores a 30, usar sombrero, ropa adecuada de manga larga y de tela de algodón y colores claros; no realizar ejercicios físicos en lugares cerrados y húmedos, y tampoco dejar niños, ancianos o enfermos crónicos en vehículos estacionados al Sol.