Síncope o crisis vasovagal
Desmayo común
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
El síncope o crisis vasovagal es la pérdida súbita, breve y transitoria del estado de conciencia, con recuperación espontánea y total, originada por una alteración de los mecanismos del sistema nervioso que controlan la presión arterial y la frecuencia cardiaca. También se le conoce como síncope neurogénico o desmayo común.
Doctor
en Ciencias Médicas Joel Gutiérrez Gil.
Aproximadamente un tercio de la población ha presentado en alguna ocasión una crisis vasovagal, afirma el profesor Joel Gutiérrez Gil, especialista de segundo grado en Neurofisiología Clínica, Doctor en Ciencias Médicas, Investigador, jefe del Departamento de Neurofisiología del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, de esta capital.
Y subraya: Es la primera causa de pérdida transitoria de conciencia en la población joven (muy por encima de la epilepsia y los traumatismos encefálicos) y una de las primeras que originan solicitud de asistencia en los cuerpos de guardia.
—¿Es una enfermedad en sí misma?
—No. Generalmente es solo una respuesta anormal o exagerada a determinados factores desencadenantes físicos o emocionales. En casos determinados, pudiera considerarse como un síntoma de alguna enfermedad de base.
—¿Cuáles son las causas que la originan?
—Una incapacidad transitoria del sistema nervioso para controlar adecuadamente la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. Esto conduce a una caída brusca de la tensión arterial que impide llevar la sangre necesaria a la región cefálica. La pérdida de conciencia ocurre cuando el encéfalo recibe menos de la mitad de la sangre que le llega en condiciones normales. Aún se desconocen algunos de los mecanismos básicos involucrados en este proceso.
—¿Y en cuanto a los principales factores desencadenantes?
—Te citaría, entre otros, el calor, la deshidratación, estancias prolongadas de pie, ayuno, medicamentos con acción sobre la presión arterial, aglomeraciones públicas, ingestión de alcohol, agotamiento físico y estrés emocional.
—En las personas aquejadas de estas crisis, ¿suelen presentarse con sistematicidad?
—En muchas personas (más de una tercera parte de todos los síncopes vasovagales) se manifiestan una sola vez en la vida. En los casos moderados o severos pueden presentarse en varias ocasiones. La sistematicidad estará en dependencia de la exposición a los factores desencadenantes y la susceptibilidad del sujeto.
—¿A qué edades como promedio hacen su aparición? ¿Se manifiestan igualmente en hombres y en mujeres?
—Aparecen con mayor frecuencia en la adolescencia. Las mujeres la padecen más que los hombres.
—¿Cuáles son sus síntomas y signos fundamentales? ¿Cuánto duran como promedio?
—La manifestación fundamental es la pérdida de conciencia de breve duración (segundos a pocos minutos), con disminución del tono muscular, que provoca desfallecimiento y caída al piso, y puede estar precedida por mareos, taquicardia, náuseas, sensación de cansancio o sueño, palidez, sudoración, dolor abdominal y trastornos progresivos de la visión. La recuperación es usualmente muy rápida y no quedan secuelas neurológicas.
—¿Con qué otras dolencias podrían confundirse?
—Con crisis de hipoglicemia, enfermedades cardiovasculares (arritmias, valvulopatías), algunos tipos de epilepsia, simulación de pérdida de conciencia y crisis histéricas. Es muy importante descartar la existencia de estas afecciones, pues esto cambiaría el manejo del paciente.
—¿Cómo se establece el diagnóstico de certeza?
—Es fundamentalmente clínico, basado en el interrogatorio del paciente y de los acompañantes que hayan presenciado el episodio, y el examen físico.
—¿Tienen tratamiento?
—No. Ahora bien, evitar los factores desencadenantes ya mencionados, puede prevenir, o disminuir, estas crisis.
—¿Cómo actuar ante una persona con una aparente crisis vasovagal?
—Si tenemos certeza de que es realmente un síncope vasovagal, no es necesario tomar medidas médicas específicas, porque la recuperación será espontánea. Es importante asegurar al paciente, familiares y amigos sobre la naturaleza benigna de este proceso.