Consultas  Médicas

Diagnóstico en epilepsia

JOSÉ A. DE LA OSA

Hace apenas dos décadas se afirmaba que la epilepsia no era una enfermedad en el sentido estricto de la palabra, sino un síntoma que obedecía a muchas causas. ¿Esos son los criterios prevalecientes hoy cuando comenzamos a transitar por el siglo XXI?

Para la Jefa, por sustitución reglamentaria, del Servicio de Neuropediatría del Hospital Juan Manuel Márquez, de Marianao, doctora Ileana Valdivia Álvarez, la epilepsia sigue siendo una categoría de síntomas complejos más que una enfermedad, y señala que con los avances tecnológicos que permiten captar imágenes cerebrales, y también de la genética clínica, cada vez se reconocen nuevas causas.

Foto: RAÚL LÓPEZSe estima que, en el mundo, entre un 20-30% de los diagnósticos de epilepsia son erróneos.- Doctora Ileana Valdivia Álvarez.

La doctora Valdivia, quien cumplió misión internacionalista en Nicaragua durante casi tres años, es deudora en el campo de la Neuropediatría del legado de saber que aún imprime a ese Servicio el profesor Joaquín Pascual Gispert, quien con sus 92 lúcidos años es Profesor Consultante de ese prestigioso hospital capitalino, como también lo ha sido para este columnista en la elaboración de Diagnóstico en epilepsia.

—¿Qué es en verdad la epilepsia?, pregunté a la doctora Valdivia.

—Es un proceso crónico, recurrente, donde se produce una descarga eléctrica neuronal que se expresa clínicamente con convulsiones o sin ellas.

—¿Existen causas conocidas para su aparición o desencadenamiento?

—Sí. Muchas causas se encuentran en eventos que ocurren alrededor del parto, como malformaciones en la corteza cerebral, infecciones prenatales, traumas obstétricos o hipoxia (falta de oxigeno) al nacer. Después del nacimiento, las infecciones del sistema nervioso y traumas son las principales, aunque aún, en muchos casos, no es posible precisarlas con los medios diagnósticos existentes en la actualidad.

—¿Se le atribuyen componentes genéticos y hereditarios?

—Hay un grupo de epilepsias que acompañan enfermedades hereditarias como la esclerosis tuberosa y en algunos errores del metabolismo. En otros tipos se ha demostrado el papel de la herencia, como en la epilepsia del lóbulo temporal y en el llamado Gran Mal, caracterizado por convulsiones generalizadas.

—¿Qué signos y síntomas principales harían pensar que una persona padece de epilepsia? ¿Hay algún signo inequívoco que demuestre la presencia de esta dolencia?

—Las convulsiones son el síntoma que más se identifica con la epilepsia, aunque todas no son sinónimo de epilepsia, como tampoco todas las epilepsias son convulsivas. Pueden expresarse como crisis de ausencia o desconexión con la realidad, manifestaciones vegetativas, sensoriales, psíquicas y otras. Te diría que no hay un signo distintivo de la enfermedad.

—¿En qué edades como promedio hace su aparición?

—Más de la mitad de los casos debutan en la infancia, pero también se considera una enfermedad del envejecimiento.

—¿Es uno o son varios los tipos de epilepsia que han sido descritos hasta hoy?

—Son muchos y se clasifican de acuerdo con su forma de expresión.

—¿Y cuáles son esas formas de expresión?

—Los ataques pueden ser parciales o generalizados, convulsivos o no convulsivos. También hay formas de expresión sutil, de muy difícil diagnóstico.

—¿El diagnóstico es clínico o requiere de exámenes complementarios?

—Siempre es clínico. Un detallado interrogatorio, la recurrencia de las crisis (más de una) y el examen físico completo, permiten definir la mayoría de los casos. Los complementarios ayudan en la causa desencadenante, en el pronóstico y tratamiento. Un electroencefalograma normal, por ejemplo, no excluye el diagnóstico clínico de epilepsia, como tampoco los electroencefalogramas alterados siempre quieren decir que el paciente es o vaya a ser epiléptico.

—Por tanto, doctora, es posible "etiquetar" a una persona de epiléptica sin que ciertamente lo sea?

—Si, desafortunadamente. Te diría que existen estimados de que, en el mundo, entre un 20-30% de los diagnósticos de epilepsia son erróneos. Entre los principales errores citaría los electroencefalogramas alterados sin manifestaciones de epilepsia; sincopes (pérdidas súbitas de conciencia), trastornos del sueño, hiperactividad, trastornos de conducta y otros.

—¿Cómo lograr entonces un diagnóstico de certeza?

—Con el conocimiento de los tipos de ataque, el empleo eficaz del método clínico diagnóstico y saber diferenciarlos con eventos no epilépticos.

—Sin que pretendamos haber agotado el tema: ¿quisiera formular alguna recomendación esencial a sus colegas en el tema que nos ocupa?

—Decir que evaluar a un posible epiléptico requiere tiempo y eficacia en nuestro quehacer. Una vez confirmado el diagnóstico, brindar apoyo y tranquilidad a pacientes y familiares. Subrayaría que hasta el 80% de estos enfermos tiene una evolución favorable con los medicamentos a nuestro alcance.