Es prevenible y curable
Cáncer cervicouterino
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
El útero, órgano reproductor de las mujeres, tiene dos partes: el cuerpo y el cuello. Este último sobresale por el extremo superior de la vagina, lugar donde se coloca el espéculo para favorecer la realización de las pruebas diagnósticas. Es en el cuello del útero donde se localiza el cáncer cervicouterino o cáncer de cérvix.
Doctora
Águeda Santana Martínez.
Así comienza nuestro diálogo con la doctora Águeda Santana Martínez, especialista de segundo grado en Ginecología y Obstetricia, coordinadora del Grupo Especial de Trabajo para el Control del Cáncer Cervicouterino del Ministerio de Salud Pública, quien señala que anualmente en Cuba se diagnostican alrededor de 1 300 mujeres con este tipo de cáncer, que ocupa el segundo lugar en incidencia de los cánceres ginecológicos (el primero es el de mama) y el cuarto de todas las localizaciones de estos tumores en la mujer.
—¿En qué edades debe mantenerse la mayor alerta?
—Entre los 35 y 50 años se diagnostica el mayor número de casos.
—¿La ciencia ha podido establecer si los Virus del Papiloma Humano (VPH) constituyen su único agente causal?
—Aunque la infección por los VPH es causa del desarrollo de este cáncer, intervienen también en su aparición otros factores de riesgo. Y te cito: inicio precoz de las relaciones sexuales, elevado número de parejas, consumo de tabaco, uso durante largos periodos de anticonceptivos orales, alta paridad, la coinfección de los VPH con otras enfermedades de trasmisión sexual y la depresión del sistema inmunológico.
—¿Cuántos Virus del Papiloma Humano se han identificado?
—Más de un centenar. De ese total alrededor de 12 son cancerígenos.
—¿La trasmisión es exclusivamente por la vía sexual?
—Principalmente a través de las relaciones sexuales, mediante el coito vaginal y anal. También por el contacto con la piel de los genitales y el sexo oral. La mayor parte de las mujeres sexualmente activas se infectan al menos una vez a lo largo de sus vidas, pero solo una minoría de las infectadas son las que desarrollarán lesiones precancerosas y cáncer cervicouterino.
—¿Es posible conocer por alguna manifestación, tanto en los hombres como en las mujeres, que somos portadores de un VPH?
— Sí, en lo fundamental cuando aparecen verrugas muy similares a una cresta de gallo (condilomas acuminados) en la zona anogenital, aunque comúnmente en ninguno de los dos sexos la infección por los VPH manifiesta síntomas.
—¿Son curables?... ¿Y prevenibles?
—Las lesiones son curables. Podríamos decir que la mayoría de las infecciones por VPH son transitorias, y tienen una respuesta de regresión espontánea en unos meses. Alrededor del 90 % se eliminarán en dos años sin tratamiento. En cuanto a la prevención, contribuye sobre todo el uso del condón y evitar las conductas sexuales de riesgo.
—¿El proceso de desarrollo suele ser lento o rápido?
—Es de evolución lenta y pasa por dos fases: la preinvasiva, conocida como NIC (Neoplasia Intraepitelial Cervical); y la invasiva (cáncer propiamente). De la infección viral a la lesión invasora puede transcurrir de 10 a 20 años. Como puede apreciarse, hay tiempo suficiente para diagnosticarlo en una fase curable. No todas las NIC evolucionan hacia el cáncer, inclusive algunas desaparecen. Pero sí está bien definido cuáles son las que deben recibir tratamiento.
—¿En qué consiste la terapéutica?
—En las NIC es fundamentalmente quirúrgica (cono). En la etapa invasiva puede requerir cirugía radical, radioterapia y quimioterapia.
—¿Originan algún síntoma o signo que las ponga en evidencia?
—La fase preinvasiva es asintomática y también puede serlo la etapa inicial de invasión. El sangramiento poscoito es un signo de alarma, aunque no es el cáncer su única causa. La presencia de sangramientos anormales fuera de la menstruación, el dolor pélvico y el tumor o úlcera visible en el cuello uterino, acompañado o no de secreción maloliente, pueden corresponder a etapas no curables de la enfermedad.
—¿En ese momento sería ya "un poco tarde" para su curación?
—Cuando aparecen los síntomas y signos antes mencionados no es posible asegurar la curación total.
—¿Es posible establecer el diagnóstico a tiempo?
— Sí, a través de la prueba citológica, la colposcopia y la biopsia.
—¿Qué les diría a nuestras mujeres?
—Para ganarle la batalla a este flagelo es vital que se realicen la prueba citológica cada tres años en las edades comprendidas entre los 25 y 64, acudir a la Consulta de Patología de Cuello si tienen una prueba citológica anormal y solicitar atención ginecológica si presentan sangramiento poscoito, o genital anormal, y leucorrea (flujo).