Congestión pélvica
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Cuando le solicité esta semana al profesor Orlando Díaz Mitjáns que esclareciera para un público no especializado a qué se denomina congestión pélvica en el ámbito de la Ginecología, dijo que, en primer lugar, debía hablarse de "algias pélvicas" y seguidamente las calificó como un dolor recurrente, sordo, vago, en bajo vientre, con irradiación a la región dorsal y miembros inferiores, sin que tuviera relación alguna con la menstruación, el embarazo o las relaciones sexuales.
Profesor
Orlando Díaz Mitjáns.
Esas manifestaciones se agravan al final del día fundamentalmente por mantenernos en posición de pie.
Reconocido nacional e internacionalmente en el campo de la Ginecobstetricia, el doctor Díaz Mitjáns es Profesor Consultante del Servicio de Ginecología del Hospital Docente Ramón González Coro de esta capital.
Mi entrevistado indicó también que la congestión pélvica es un disturbio de la circulación venosa del aparato genital, en el cual existe dilatación de esos vasos por dificultad en la salida de la sangre que le llega, y provoca hiperemia (léase abundancia extraordinaria de sangre en esa parte del cuerpo), edema (hinchazón por acumulación de líquido) y congestión, que sería la base del conjunto de signos y síntomas que conforman este trastorno, debido principalmente a una mala posición del útero en retroversoflexión (inclinado hacia atrás).
—¿Qué otras causas originarían esa congestión?
—Mencionaría la endometriosis, procesos inflamatorios pélvicos, síndrome adherencial y la propia congestión pélvica que nos ocupa. Pueden existir otras causas como son los trastornos digestivos, sobre todo del colon, urológicos, musculoesqueléticos, psíquicos y otros.
—¿Es frecuente en nuestro medio?
— El 10% de las pacientes que acuden a las consultas de Ginecología lo hacen por las ya mencionadas algias pélvicas.
—¿Se hereda la propensión a padecer esta dolencia?
—Como te comenté, la congestión pélvica se debe fundamentalmente a una mala posición del útero. Por tanto, no es un problema hereditario.
—Desde una visión médica, ¿resulta difícil establecer el diagnóstico?
— No, siempre que se realice un buen interrogatorio y examen físico a la paciente.
¿La congestión pélvica tiende a confundirse con otras afecciones?
—Subrayaría que es preciso establecer el diagnóstico diferencial con la endometriosis, los procesos inflamatorios pélvicos, el síndrome adherencial, infecciones urinarias, apendicitis y otras.
—¿El diagnóstico es clínico, o se requiere de algún medio diagnóstico en específico para establecerlo?
—El diagnóstico es clínico fundamentalmente y puede corroborarse con exámenes de sangre, sobre todo hemograma y eritro. A veces se recurre a la laparoscopía y la ecografía.
—¿El diagnóstico por exploración laparoscópica resulta fiable en un ciento por ciento?
— Un tercio de las laparoscopías se realizan por estos dolores pélvicos. Diría que en un alto porcentaje es bastante fiable.
—¿Cuál es el tratamiento de elección en estas pacientes?
—Cuando se trata de una congestión pélvica por mala posición del útero es recomendable caminar en las mañanas y dormir en decubito ventral (bocabajo) con una almohada en las caderas. También favorece, antes del baño y durante unos minutos, ponerse de rodillas con el pecho pegado al piso, lo que es conocido en nuestro argot como actitud de plegaria mahometana.
—¿Es curable o solo controlable porque inexorablemente se convierta en una dolencia crónica?
—Es curable, bien por los métodos antes descritos o mediante diversas técnicas quirúrgicas.
—¿Podría hablarse de prevención en el tema que nos ocupa?
—Cuando es una retroversión primaria, en el periodo del puerperio —después del parto— se acuesta a la paciente bocabajo para "obligar" al útero a colocarse en su posición normal.
—El espacio llega a su fin¼ ¿Alguna precisión?
—Subrayaría la importancia de mantenernos alertas para no "etiquetar" como inflamación la congestión pélvica.