Caídas en el anciano
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
—La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las caídas como "consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite al paciente al suelo en contra de su voluntad". Algunos estudios muestran que una de cada tres personas mayores de 65 años sufre una caída anual, cifra que se eleva en los mayores de 75.
En el envejecimiento la marcha se caracteriza por ser a pequeños pasos, con aumento de la base de sustentación y disminución de la velocidad en un 20%. (Doctora Bárbara Mayra Leyva Salermo.)
—No sin razón los especialistas valoran las caídas como un "síndrome geriátrico de importancia", teniendo en cuenta su elevada frecuencia en este segmento poblacional y, sobre todo, por las repercusiones que originan en la calidad de vida del anciano y sus familiares.
—Actualmente en Cuba se realizan investigaciones sobre los factores asociados con las caídas inherentes al anciano y los vinculados con su entorno, a fin de diseñar estrategias de enfrentamiento.
—¿Tendría algún criterio que añadir a la definición que plantea la OMS?, pregunté a la doctora Bárbara Mayra Leyva Salermo, especialista de primer grado en Geriatría y Gerontología del Centro Iberoamericano de la Tercera Edad (CITED), radicado en Ciudad de La Habana.
—Subrayar, dice, que constituyen una causa importante de lesiones, de incapacidad e incluso de muerte.
—¿Qué situaciones de riesgos intrínsecos (propios de estas edades) deben tenerse en cuenta para evitar las caídas?
—El proceso mismo de envejecimiento, durante el cual se originan cambios en los mecanismos que mantienen el equilibrio. También las alteraciones visuales y auditivas, la disminución de la fuerza de agarre y de los miembros inferiores, y el empleo de determinados medicamentos, entre otros.
—¿Y en cuanto a los extrínsecos, es decir, los derivados de la actividad o del entorno?
—El mobiliario, mala iluminación, pisos resbalosos o desnivelados, alfombras o tapetes arrugados, escaleras inseguras, calzados inadecuados. Ahora bien, la mayoría de las caídas en el adulto mayor traducen un síntoma de enfermedad o trastorno subyacente por lo que no es apropiado atribuir la caída solamente a peligro ambiental o a la edad.
—¿Se conoce en qué lugar se producen con mayor frecuencia?
—Según algunos estudios el mayor número de caídas ocurre en el hogar, generalmente en el tiempo de mayor actividad, en horas de la mañana y la tarde.
—En verdad, ¿una persona mayor de 65 años no puede caer al suelo por un "simple tropezón"?
—Evidentemente, pero deben tenerse en cuenta los cambios del equilibrio y de la marcha.
—¿Cuáles son, en orden de importancia, las fracturas más frecuentes que se originan?
—La más común es la de la cadera. También de la cabeza y cuello de fémur, columna vertebral, muñeca y tobillo.
—Una caída, como a veces se afirma popularmente, ¿se puede ocasionar "porque se parte" previamente la cadera, o en todos los casos se produce como consecuencia misma de la caída?
—La cadera se fractura como resultado de un padecimiento de osteoporosis, que no es más que la pérdida exagerada de tejido o masa ósea como un todo, que hace al hueso más propenso a romperse.
—¿Se caen por igual los ancianos del sexo masculino que los del femenino?
—La tasa promedio anual de caídas transita de un 15 a un 28% en adultos mayores sanos cuyas edades se mueven entre 60 y 75 años. Esta cifra aumenta al 35% cuando se sobrepasan los 75 años. Estas estimaciones, además, demuestran una mayor prevalencia en el sexo femenino (relación 2/1), aunque después de los 75 años esta frecuencia se iguala en ambos sexos.
—¿Algún comentario dirigido especialmente a los trabajadores de la salud?
—La valoración del riesgo de caídas se debe realizar en el ámbito de una evaluación geriátrica exhaustiva, y centrarnos en la valoración de la marcha y el equilibrio.Los grupos de expertos sobre prevención recomiendan aconsejar a los ancianos y sus familiares la adopción de medidas para la reducción del riesgo de caídas, entre las que se encuentran la práctica de ejercicio, reducción de riesgos ambientales, control del consumo de fármacos y la corrección del déficit visual.