Consultas  Médicas

 

 

Crisis febril

JOSÉ A. DE LA OSA

Los padres que han visto a un hijo sufrir una convulsión febril no dudan en calificar ese episodio de "angustioso", porque prevalece en ellos la sensación de que "nuestro hijo se muere". Afortunadamente esos sucesos no suelen durar sino minutos, al cabo de los cuales los pequeños se recuperan de manera paulatina.

Foto: ALDO MEDEROSProfesor Ramiro García García.

En estos comentarios que formulo, el doctor Ramiro García García introduce una rectificación. En la actualidad, aclara, el término que empleamos para esta entidad es crisis febril. Y la define: Cuando un niño con aumento de la temperatura presenta un cuadro de pérdida brusca del conocimiento, acompañado o no de movimientos involuntarios y no tiene una infección del sistema nervioso, ni ha tenido con anterioridad un evento similar sin fiebre, se puede diagnosticar que tuvo una crisis febril.

El profesor García, quien es especialista en Neurología, se desempeña en el Servicio de Neuropediatría del Hospital Pediátrico Docente Juan Manuel Márquez de Marianao.

—¿Conoce la ciencia las causas que originan o desencadenan este evento? ¿Por qué unos niños lo padecen y otros no?

—En algunos niños se pueden asociar varios factores: una predisposición genéticamente determinada, un proceso generalmente infeccioso que origina un aumento de la temperatura, la edad (entre 3 meses y 5 años) y, en ocasiones, la ingestión de algunos medicamentos. La presencia o no de esos factores en un momento determinado define que padezcan o no de crisis febriles.

—¿Es frecuente? ¿Con qué temperatura corporal se manifiesta usualmente?

—Se presenta aproximadamente en uno de cada 20 niños (un 5%) y habitualmente ocurren con temperaturas por encima de 38 grados Centígrados.

—En general, ¿cuáles son los signos y síntomas principales?

—Lo más común es que un niño en las edades mencionadas y con aumento de temperatura, presente pérdida brusca del conocimiento y movimientos involuntarios de las cuatro extremidades, con una duración menor de 3 a 5 minutos. No obstante, el no cumplir con estas características no excluye siempre el diagnóstico.

—Una vez manifestada, ¿cada vez que el niño o niña presente un estado febril se le podría desencadenar nuevamente?

—Existe una mayor probabilidad en quienes la hayan padecido. Hay factores que aumentan el riesgo de que un niño con este historial la presente de nuevo. Que tenga el precedente de padre o madre con crisis febriles, la aparición del primer episodio cuando es menor de un año y cuando la duración de la crisis ha sido mayor de 20 minutos.

—¿Puede originar algún daño a la salud de los pequeños?

—En general se trata de un trastorno benigno. Por tanto, no debe implicar afectación en la inteligencia, aprendizaje, vida social, ni motivar dificultades en el movimiento de alguna extremidad ni tampoco limitar su lenguaje.

—¿El padecer una o más crisis, siempre en presencia de un estado febril, podría ser manifestación de epilepsia o de algún otro trastorno?

—Alrededor de un 2 al 6% de los niños con crisis febriles comienzan a presentar, en algún momento de la vida, crisis sin fiebre, o sea, epilepsia.

—Ciertamente es difícil pedirles calma a los padres cuando no existe experiencia previa de estas convulsiones. ¿Qué conducta en general sugiere seguir?

—Lo más importante es conocer que, en general, estos episodios son de breve duración, no revisten complicaciones y ceden espontáneamente. Lo fundamental durante la crisis es mantenerlo de lado para evitar complicaciones en caso de vómitos e inmediatamente iniciar las medidas para disminuir la fiebre, mediante baño o compresas con agua a temperatura ambiente. Por supuesto, la atención médica es importante para determinar la causa de la fiebre y orientar la conducta futura.

—¿Y qué es lo que no debemos hacer?

—Considerar erróneamente que es indispensable abrirle las manos y la boca al paciente durante la crisis, incluso, en ocasiones, con el uso de objetos que pueden originar algún daño.

—¿Es preciso establecer algún tratamiento o cuidados especiales con estos pequeños una vez que ha ocurrido una crisis febril?

—Diría que algunas precauciones como la vigilancia y control de la temperatura cuando el niño presenta algún proceso infeccioso y evitar en lo posible el uso de antihistamínicos (excepto el Ketotifeno) y los antiparasitarios. Por lo regular no es necesario administrar medicamentos diariamente para prevenirlas.

—Si el espacio lo permite y nos quedara algo esencial...

—Subrayar que se trata de un trastorno relativamente frecuente pero benigno, que no requiere habitualmente de la realización de investigaciones específicas, incluyendo el electroencefalograma.