Cepillado dental
JOSÉ A. DE LA OSA
¿Los padres deben empezar el cepillado dental a sus hijos tan pronto les brote el primer diente? ¿Cuántas veces al día es conveniente hacerlo hasta tanto el niño aprenda a cepillarse solo?... Con estas y otras preguntas, sustentadas en la tradicional línea de promoción y prevención de salud que ha guiado a esta columna durante dos décadas, intentamos ahora poner en primer plano de atención un tema de vital importancia para la salud bucal y, en general, de nuestro organismo.
Debemos cepillarnos los dientes antes de que transcurran 10 minutos de haber ingerido alimentos.-Profesor Jaime Diez Betancourt.
Para ello he invitado al doctor Jaime Diez Betancourt, Profesor Auxiliar de la Facultad de Estomatología Raúl González Sánchez, situada en la Avenida Salvador Allende, en esta capital, quien es especialista de segundo grado de Estomatología General Integral.
—¿En qué momento de la vida, Profesor, debe iniciarse el cepillado dental?
—En cuanto aparecen los primeros dientes. Te diría que, incluso, mucho antes la madre del bebito debe limpiarle la boca con una gasa húmeda, sobre todo la lengua.
—¿Cuál es la frecuencia ideal? Y haría extensiva la pregunta para niños y niñas, jóvenes y adultos.
—Debemos cepillarnos los dientes 4 veces al día: después del desayuno, el almuerzo, la comida y antes de dormir. Este último es muy importante.
—¿Y si somos comedores de chucherías: dulces, caramelos, helados, refrescos embotellados?
—Subrayaría que el hábito de ingerir una dieta rica en azúcares aumenta la probabilidad de adquirir una enfermedad bucal. Por tanto, la frecuencia del cepillado debe aumentar.
—En ocasiones escuchamos decir: la mejor marca de cepillo es la que sostiene la mano de la mamá o del papá... ¿Podría esclarecer esa expresión?
—El cepillado debe convertirse en un hábito con características muy precisas. En los niños pequeños los padres deben orientarlos y al menos una vez al día ellos mismos realizarles el cepillado, indicándoles en cada ocasión cómo se realiza correctamente.
—No estaría seguro, doctor, si en este medio escrito pudiéramos graficar con claridad en qué consiste un buen cepillado.
—Un buen cepillado es aquel que logra limpiar la superficie de los dientes de la placa dentobacteriana (así llamada a la estructura que se forma constantemente en la superficie dentaria) y de restos de alimentos. Se recomienda que sea de la encía al diente y de forma vertical.
—¿Con mucha o poca pasta?... ¿Cuánto tiempo como promedio?
—No es necesaria mucha pasta y el tiempo requerido puede llegar a tres minutos.
—¿La lengua se cepilla?
—Sí, también.
—¿Es importante el lapso que media entre la ingestión de alimentos y el cepillado propiamente?
—Sí, porque luego de transcurridos 10 minutos de haber ingerido alimentos se forma la placa dentobacteriana, máxima responsable, junto con el microorganismo estreptococo mutans, de la aparición de la caries dentaria, enfermedades de las encías y la formación de sarro. Por ello el cepillado debe realizarse inmediatamente después de ingerir alimentos.
—Quisiera precisar, atendiendo a la estructura dentaria de muchas personas —digamos, con dientes y molares muy juntos—, si requerirían para una óptima limpieza del empleo también de un mondadientes (palillos) o hilo dental.
—Las personas que presenten apiñamiento dentario deben tomarse un tiempo mayor en el cuidado de su boca, pues los alimentos tienden a retenerse más en sus dientes. De ahí que, además del cepillado, se les recomiende el uso de palillos e hilo dental.
—¿Valora como necesario darse periódicamente un masaje en las encías con la yema de uno de los dedos?
—El masaje de las encías es beneficioso sobre todo para aquellas personas que padecen de sangramiento frecuente o enfermedad de las encías, pues ayuda a la buena circulación sanguínea y a la desinflamacion de los tejidos.
—¿Y el empleo de algún enjuague, por ejemplo, de agua con sal?
—El enjuague de agua con sal no es necesario en personas sanas. Ahora bien, sí es recomendable en pacientes que presenten problemas en las encías, como también los enjuagues de manzanilla, romerillo o algún antiséptico bucal que ayudan a mejorar su estado.
—Dejo abierta esta última pregunta para que se refiera a las características idóneas del cepillo que debemos emplear y algún otro detalle que considere esencial.
—El cepillo ideal es aquel que presenta cerdas semiduras, 4 filas que tengan de 10 a 12 cerdas cada una terminadas en punta. Y enfatizar también que un buen cepillado consiste en tomar conciencia de su importancia en la actividad preventiva de las afecciones bucales.