Consultas  Médicas

 

Alcoholismo

JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu

El consumo de bebidas alcohólicas puede provocar dependencia, que se manifiesta por la necesidad imperiosa, física o psíquica, de continuar su ingestión, "por lo que es preciso saber que esta adicción es considerada una enfermedad crónica caracterizada por recaídas".

Foto: CaoDoctora Carmen Borrego Calzadilla.

La que así se expresa es la doctora Carmen Borrego Calzadilla, especialista de segundo grado en Psiquiatría, jefa de la Sección de Salud Mental y Abuso de Sustancias del Ministerio de Salud Pública, quien es la invitada a nuestra columna para el abordaje del alcoholismo.

—¿Qué consumo, y de qué bebidas, podría considerarse "lo normal"? ¿Cuál es el límite, digamos, permisible?

—La recomendación para el nivel de consumo de bajo riesgo, establecido por la OMS, es inferior a 20 gramos de alcohol al día, cinco días a la semana, y recomienda que, al menos, haya dos días sin consumo. Estaríamos hablando de una cerveza, un trago de ron, un vaso de vino. El límite estará dado por el control que se tenga para dejar de beber cuando uno se sienta más hablador, alegre o susceptible que de costumbre. Evitar embriagarse.

—¿Ciertamente el alcohol mejora el funcionamiento del corazón?

—Es falso. En realidad la aparición de la hipertensión arterial, el infarto cardíaco y los accidentes cerebrovasculares son seis veces más frecuentes en las personas que abusan del consumo de alcohol.

—También se habla de que contribuye a incrementar la actividad sexual en el hombre. ¿Mito o realidad?

—Es un mito. El alcohol es un tóxico que deprime el sistema nervioso y, aparentemente, al comienzo desinhibe y provoca en algunos una sensación de alegría. Cuando el consumo es perjudicial puede traer como consecuencia trastornos en el desempeño sexual (impotencia, eyaculación precoz, frigidez).

—¿Existe alguna predisposición genética o de otro orden que contribuya a convertirnos en adictos de las bebidas alcohólicas? ¿O sencillamente es una adicción "aprendida"?

—Actualmente se habla de la interrelación de factores genéticos y ambientales como determinantes de una mayor vulnerabilidad o fragilidad ante el alcohol. Sin embargo, el más relevante es la incorporación al estilo de vida de un patrón de consumo inadecuado que facilite su acción prolongada sobre el sujeto.

—¿Qué primeros síntomas podrían lanzarnos una señal de que nos estamos excediendo y marchamos rumbo a la adicción?

—La pérdida del control, estados de embriaguez a repetición, deseos de consumir en cualquier ámbito no obstante los problemas que acarrea el consumo de alcohol con fines de abuso.

—En esos momentos, ¿es consciente la persona del borde del abismo por el que se mueve?

—No, en un inicio el individuo considera que el consumo forma parte de sus costumbres y de manera general le resulta gratificante. En ocasiones lo hace más simpático, sociable, logra desinhibirse y alcanzar metas deseadas que en estado de sobriedad no logra. Aquí radica el problema mayor: la falta de percepción. Mientras tanto, va perdiendo su libertad para convertirse en un esclavo del tóxico, hasta que llega a experimentar la terrible sensación de haber "tocado fondo".

—¿Podría agregar a los ya señalados otros daños fundamentales que origine el alcohol?

—Trastornos mentales como depresión, ansiedad y estados psicóticos (locura). También gastritis, pancreatitis, acumulación anormal de grasa en el hígado, hipertensión arterial, infarto agudo del miocardio, neuropatías, avitaminosis (falta de vitaminas, sobre todo las relacionadas con el complejo B), además de los desajustes y conflictos que desencadena para el individuo en el medio familiar y laboral.

—¿En qué consisten los tratamientos?

—Es personalizado, pero en general abarcan la desintoxicación y deshabituación, unidas a la psicoterapia individual y grupal que forman parte de los recursos terapéuticos muy efectivos en nuestro contexto, y el uso de la Medicina Natural y Tradicional. Es esencial la actitud del paciente ante su enfermedad, la permanencia en las terapias y el apoyo de la familia. También la incorporación a los Grupos de Ayuda Mutua para la prevención de recaídas.

—¿Es curable?...

—Es una enfermedad crónica (como el asma bronquial, la hipertensión arterial) caracterizada por recaídas. El objetivo del tratamiento se dirige a lograr la incorporación del paciente a un nuevo estilo de vida alejado del consumo.

—¿Existe algún mecanismo de ayuda para estos pacientes?

—Sí, el número 103, la Línea Confidencial, que es un servicio de consejería telefónica, gratuito y anónimo, para brindar orientación, información y apoyo psicológico a las personas que lo soliciten. Es atendido por un personal calificado y funciona las 24 horas.