Consultas  Médicas

BAJA VISIÓN

Cuando entré en la consulta de Baja Visión del Hospital Oftalmológico Pando Ferrer, en La Habana, un detalle llamó poderosamente mi atención: la doctora Migdalia Ríos García no lucía el atuendo característico de los médicos: la bata blanca. "Trabajo siempre sin ella, me explicó cortés, porque los pacientes que aquí atendemos necesitan, más que reconocernos como hombres y mujeres de saber científico, llegar a sentirnos como entrañables amigos. Y en ello reside, en gran parte, el éxito de nuestra atención".

En general, esta es una práctica usual en muchos países –"en Suecia, donde recibí cursos de entrenamiento es lo habitual"--, aunque siempre hay excepciones, porque muchos médicos confiesan que el no estar ataviados con sus batas les produce literalmente una sensación de desnudez.

De acuerdo con un reciente informe de la oficina para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, la OPS, en Latinoamérica y el Caribe sufren de baja visión aproximadamente seis millones de personas. Con lenguaje simplificador, podríamos definir baja visión como la visión insuficiente para poder ver las cosas que uno desea o debe hacer, no obstante el empleo de lentes comunes.

La doctora Ríos, Profesora Adjunta, es oftalmóloga del Hospital Pando Ferrer, vicepresidenta de la Asociación Cubana de Baja Visión, miembro del Centro de Referencia Latinoamericano de Enseñanza Especial (CELAEE) y de la Asociación Médica del Caribe (AMECA).

--Precisemos, doctora: ¿qué se considera una buena o, al menos, aceptable visión para el desempeño eficaz de nuestra vida cotidiana?

--Cada persona tiene su propia capacidad para realizar determinadas tareas, aunque su visión sea "mala". Pero aquellas personas que tengan menos de 0,3 de agudeza visual en su mejor ojo, y que no mejore con cristales convencionales, con tratamiento médico o quirúrgico, son consideradas con discapacidad visual. También si el campo visual es de menos de 20 grados.

--Cabría ahora preguntar: ¿Baja visión es una enfermedad en sí misma, o secuela o consecuencia de algún padecimiento?

--Baja visión, hipovisión, visión parcial, o como se decía hace una década atrás, visión subnormal, no es una enfermedad Los pacientes que por diferentes causas oculares o extraoculares quedan por debajo de una visión determinada, se conocen como discapacitados visuales o pacientes con baja visión.

--¿Personas aquejadas de qué enfermedades son las que por lo común pueden llegar a tener baja visión?

--Son múltiples. Te citaré, entre otras, la diabetes, la hipertensión arterial y la presión ocular elevadas, infecciones de los ojos, tumores cerebrales u oculares y enfermedades de origen hereditario como la retinosis pigmentaria, o congénitas como el albinismo.

--Para el pronóstico de estos pacientes, ¿desempeña algún papel la edad de comienzo de la pérdida de la visión, o se vincula exclusivamente con la dolencia que nos aqueje?

--El déficit visual está en relación con la enfermedad que los lleva a tener baja visión, independientemente de la edad, aunque con el decursar de la vida pudiera aumentar su afectación.

--¿Qué tareas en específico son las que están impedidas de realizar las personas con baja visión?

--Hay trabajos en los que se necesita una buena visión, o se realizan en condiciones de mala iluminación, o expuestos a alturas. Estas labores no pueden ser realizadas por los deficientes visuales. Te ejemplifico: un laboratorista, un médico, un constructor. Sin embargo, sí pueden desempeñarse como maestros, psicólogos, deportistas.

--¿Qué puede considerarse normal y qué anormal en cuanto al proceso de pérdida de la capacidad visual que sufrimos en el curso de la vida?

--La vejez es algo que a los seres humanos nos toca vivir, y constituye un proceso por el momento irreversible. Los ojos también sufren el envejecimiento. La presbicia (necesidad de utilizar cristales para leer y escribir) es fisiológica y comienza por lo regular después de los 40 años. En cuanto a lo que puede considerarse anormal depende de la enfermedad que presente el paciente. A modo de ejemplo: en la degeneración macular, o en el glaucoma del adulto se manifiesta deficiencia visual.

--¿Inexorablemente la baja visión conduce a la ceguera?

--No necesariamente, pues hay pacientes débiles visuales como consecuencia de enfermedades que no avanzan en el transcurso de la vida, y otras que se pueden controlar con tratamientos medicamentosos o quirúrgicos.

--¿Existen consultas específicas en nuestro medio para la atención de la baja visión?

--Sí, en todas las capitales de provincia de nuestro país. El Pando Ferrer es el Centro de Referencia Nacional de Baja Visión.

--¿Existen procederes para la rehabilitación? ¿Se ofrece también ayuda psicológica atendiendo a las lógicas angustias que comportan las limitaciones visuales?

--La respuesta es afirmativa para ambas preguntas. Se utilizan ayudas ópticas (lupas, hipercorrecciones, telescopios) y no ópticas (iluminación, contrastes, atril), para ayudar al mejoramiento de la agudeza visual. En nuestra consulta del Pando Ferrer contamos con la colaboración de los psicólogos.

--¿Conoce la ciencia hoy si el uso –y no sabría si es correcto o no decir abuso-- de los ojos puede comportar a corto o largo plazo deterioro en la visión?

--Los ojos no se consumen por el uso, al contrario. Recordemos que órgano que no se usa, se atrofia, lo que es también extensivo para la visión.

--¿Es alta o baja la incidencia y prevalencia de baja visión en nuestro país? ¿Aqueja por igual a todas las edades?¿Hace alguna distinción entre sexos y etnias?

--No hay estadísticas nacionales en nuestro medio. Internacionalmente se considera que de cada mil personas, 0,8 son ciegas y 2,4 débiles visuales. Como la baja visión se produce por diferentes causas, en general no guarda relación con la edad, el sexo ni la raza.

--¿Desea precisar algún detalle?...

--Que ante cualquier alteración de la visión que se nos presente, por mínima que pueda parecer, debemos acudir sin pérdida de tiempo al especialista en Oftalmología. No habría que advertir a nuestra población, con una alta cultura en temas de salud, que en ningún caso deberán seguirse "tratamientos" o recomendaciones de amigos o vecinos (2001)