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Opinión Las
peligrosas niñas azules Desde que la selección nacional femenina italiana de voli asistió a
los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 comenzó a descontar la diferencia
que la separaba de la elite mundial, para ocupar hoy una posición
respetable en el concierto universal ALFONSO NACIANCENO Desde que la selección nacional femenina italiana de voli asistió a
los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 comenzó a descontar la diferencia
que la separaba de la elite mundial, para ocupar hoy una posición
respetable en el concierto universal.
Pruebas irrefutables de su avance han sido la medalla de oro ganada en el Campeonato Mundial de Berlín 2002, las plateadas en los Grand Prix 2004 y 2005, y las de bronce en las dos ediciones siguientes de este mismo torneo. Clasificó para la Copa Mundial’07 al ganar por primera vez el Campeonato Europeo, con un 3-0 sobre Rusia, titular del orbe. En el Mundial efectuado el año pasado, en Japón, las "niñas azules" (ese es el color de su uniforme) terminaron cuartas, con éxito de 3-1 (25-27, 25-19, 25-21, 25-19) sobre Cuba en la primera vuelta eliminatoria. En cambio, archivaron dos derrotas ante el sorprendente y debutante conjunto de Serbia, medallista de bronce. La escuadra italiana expresa sobre la cancha la rapidez y la seguridad que le imprime al juego su pasadora estelar Eleonora Lo Bianco, quien en la próxima Copa Mundial, del 2 al 16 de noviembre en Japón, fungirá como capitana de la formación, en sustitución de la conocida Simona Rinieri, ausente en la nómina. Dos atacadoras de experiencia y fortaleza en el golpeo del balón, Elisa Togut y Paola Paggi, tampoco representarán al plantel en la lid, lo que crea cierta incertidumbre en torno a si el resto del sexteto, en su mayoría el mismo del Campeonato Mundial, mantendrá el nivel apropiado para incluirse entre los primeros de la justa. Otras de probada calidad, como Francesca Piccinini, Sara Anzanello, Martina Guiggi, Serena Ortolani, las pasadoras Lo Bianco y Valentina Fiorin, además de la líbero Paola Cardullo, componen el grupo de jóvenes-veteranas que saldrán al terreno. Aún cuando las italianas prescindan de algunas estrellas, sus resultados en el último año (cuartas en el Mundial y terceras en el Grand Prix) apuntan a que serán rivales de alto valor, dirigidas por Massimo Barbolini, un hombre que en Modena, durante la década de los 80 fue asistente de Julio Velasco, por varios años destacado director técnico del equipo nacional varonil. Barbolini, desde septiembre del 2006, guía a la selección de mujeres. Italia ha jugado solo en dos oportunidades en nueve Copas, fue séptima en 1999 y cuarta en el 2003. Cuba y las bambinas chocarán el 15 de noviembre, en un final del evento nada fácil para las antillanas, porque en la última fecha, al día siguiente, las alumnas de Antonio Perdomo hallarán net por medio a Serbia. Es este un certamen de gran intensidad, las 12 selecciones clasificadas efectuarán nada menos que 11 partidos en 15 jornadas, en un despiadado todos contra todos.
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