RÍO DE JANEIRO. — El tema sobre la inequívoca tendencia histórica de que Los países sede de los Juegos Panamericanos multiplican sus resultados de la cita precedente ya se ha corroborado aquí al hacer un balance de mitad de campaña.

Thiago Pereira, la gran figura auriverde.

Cuando hace poco más de un mes abordamos dicha particularidad en estas páginas, resultaron concluyentes las cifras de los anteriores 14 Juegos, más quedó en el aire la interrogante sobre la magnitud de lo que podrían avanzar los anfitriones brasileños en "sus XV Juegos", en comparación con Santo Domingo 2003, sobre todo en oros, metales que determinan las posiciones en el medallero.

Y ya en el cierre de este último domingo, en plena mitad de las finales programadas, Brasil sumaba 26 doradas, a solo tres de las 29 que constituyeron su gran total de hace cuatro años en Santo Domingo.

Ya está delante de Canadá, instalado cómodamente en el tercer lugar de los Juegos, y presionando a Cuba. Pero, ¿hasta dónde podrá llegar? es de nuevo la pregunta.

Si bien las autoridades deportivas del Gigante Sudamericano han sido y continúan siendo moderadas en sus declaraciones, los más emotivos colegas de la prensa comparten a ratos con los aficionados la ilusión de finalizar como segundo de América.

En los deportes que mostramos en la tabla, ya finalizados, Brasil se ha superado en un 236% con respecto a la cita precedente, cuando solo alcanzó 11 de oro.

Si ese mismo indicador se mantuviera hasta la última prueba, el próximo domingo de clausura, entonces su total de oro ascendería hasta un meteórico 68.

Y, como en la ocasión anterior, reitero que no se trata de hacer análisis objetivos de lo que puedan hacer o no los atletas con la calidad previa mostrada. Es sencillamente el privilegio de las sedes.

O es que ¿alguien pronosticó las seis de oro de Thiago y la docena total en natación? ¿O las tres de oro inéditas en gimnasia varonil?