Las polistas sorprendieron con bronce Una gran victoria ante las de casa, 6-5. Rafael Pérez
Valdés, Enviado especial de Granma
Ni brasileñas ni cubanas podrán olvidar lo ocurrido este viernes en la piscina del Julio Delamare (uno de los cuatro complejos que forman el Maracaná): un 6-5 que sorprendió a muchos.
Otro dato: mientras las brasileñas se pasaron un mes y medio entrenando en Estados Unidos, para no irse sin una medalla de estos panamericanos, como en definitiva se fueron, las nuestras estaban en su humilde concentrado en Santa Clara. ¡QUÉ PORTERA! La capitana, y número 10, Lisandra Frómeta, nos dijo: "Imagínate, estoy contentísima. Nos levantamos mentalizadas con la victoria. Estudiamos al rival. Cambiamos la estrategia: decidimos jugar a presión, y no a semizona. Lo hicimos porque ellas habían tenido un partido muy desgastante ante Canadá. Nosotras también tuvimos uno así contra Estados Unidos, pero somos más fuertes físicamente." Las de casa llegaron a estar delante restando ya unos cuatro minutos (5-4), pero faltando ya unos cuatro minutos (5-4), pero Yanelis Andreu se fue por la izquierda y soltó un misil imprescindible (5-5). Entonces las sudamericanas se volcaron más al ataque, incluso con situaciones de superioridad (provisionalmente una jugadora de más), lo cual no cuajó por algún mal tiro, la ayuda del travesaño en dos oportunidades, y, muy especialmente, el desempeño de la portera. Sí, porque Mairelis Zunzunequi fue lo mejor del partido: "paró seis líneas y dos superioridades numéricas", me dijo el entrenador de los muchachos, Tino Eugellés, quienes debutan hoy ante Canadá. Las cubanas "durmieron" bien el balón en los últimos segundos . "Este triunfo, contra rival bien preparado, demuestra que muchas veces ahí está el mérito de los equipos cubanos", nos dijo mojado el entrenador Francisco Trueba, quien no pudo impedir, tras el pitazo, que una de sus jugadoras… ¡le diera el clásico empujón hacia la pileta! No hemos escrito que jugaron perfecto; o que posiblemente las brasileñas tuvieron algo de mala suerte (esos balones en el travesaño). Hemos señalado solo una cosa: ¡Ha sido una gran victoria! No haría falta prácticamente escribir lo siguiente: vi a jugadoras brasileñas llorando, e incapaces de hilvanarle una frase a los reporteros. Y cierro con una confesión. Hice bien en sacar la computadora en el ómnibus. El viaje desde el Maracaná hasta el Centro de Prensa, previsto en unos 50 minutos, se alargó más allá de la hora y media. |
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