RÍO
DE JANEIRO.— Toda la torcida brasileña en el complejo Riocentro de esta
ciudad coreó ¡Cuba! ¡Cuba!, cuando Gerardo Ortiz, en tiempo extra y ya sin
poder levantar su pierna derecha, logró el punto que le proclamó campeón de
más de 80 kilogramos en el taekwondo, que ayer cerró su calendario
competitivo en los XV Juegos Panamericanos con el liderato varonil de la
mayor de las Antillas.
El matancero puso así un sello de indiscutible cubanía a
las actividades de esta especialidad en la fiesta continental.
"Jamás pensé en retirarme. Tengo muy grabado en mi forma de
ser y de competir la frase del Che, hasta la victoria siempre. No podía
defraudar a mis compañeros, a mi familia, a mi pueblo, que tampoco se rinde
ante nada, de allí no me sacaba nadie hasta el final", expresó a Granma.
Desde su primer encuentro con el guyanés Adrián Spellen,
Gerardo sintió la molestia, pero luego en su tercer choque frente al
argentino Martín Sio, recibió un golpe en la región interna de la rodilla,
del que ya no pudo recuperarse. (Presentó una seria contusión que le
inflamó el paquete muscular que rodea a la rodilla, por lo cual cada vez
que levantaba la pierna sentía la contracción que le inmovilizaba casi
totalmente esa extremidad).
"Sabía que estaba limitado, incluso mi entrenador y yo
llegamos a la conclusión de no usar la pierna derecha, lo cual favorecía el
sistema defensivo de mi rival, el norteamericano Anthony Graff, quien ya
sabía de antemano por dónde le vendría el golpe. Sin embargo, pude llevar
el combate empatado a uno hasta el tiempo extra y vencerle", comentó.
Lo meritorio fue que el punto decisivo lo logró con su
pierna lastimada. "Estábamos en tiempo extra, en el cual gana quien marque
primero. Seleccioné el momento táctico apropiado para cambiarme a la
derecha, debía hacerlo rápido para sorprenderlo, ahí me lo jugaba todo y me
dije: allá va la derecha, y lo conseguí", afirmó.
Gerardo, muy emocionado, recorrió con la bandera abierta
sobre sus hombros toda la instalación en una vuelta olímpica, en gesto de
agradecimiento a un público que no dejó de apoyarlo nunca.
"Fue muy bonito de su parte, me animó a no cejar en el
empeño. Realmente le agradezco esa solidaridad, no solo en nombre de Cuba,
sino de todas las naciones, porque he podido apreciar que también lo han
hecho, con el mismo fervor, con otros países", dijo Ortiz.
También tuvo palabras para su adversario en la porfía por
el oro, "el estadounidense es muy bueno, fogoso, no da ni pide tregua. Me
derrotó en Cali en el prepanamericano y ahora me tocó a mí".
También en el taekwondo Mirna Echevarría obtuvo un
destacado premio de bronce y si no llegó a disputar el cetro fue porque se
encontró a la más depurada técnica que se ha visto en el tapiz de Riocentro,
la de la mexicana Rosario Espinoza, a la postre campeona.
Y en el ciclismo de pista la jovencita Dalila Rodríguez se
metió en bronce dentro de una constelación de ciclistas en los 3 000 metros
persecución individual, ganados por la multilaureada pedalista colombiana
María Luisa Calle.
Al terminar la prueba, Dalila expresó que "jamás pensé
conquistar una medalla en mis primeros Juegos Panamericanos. Espero en el
futuro superar el récord de esta prueba. Fue un honor estar en esta
competencia con tantas ciclistas de calidad".