5 de julio de 2007 Aquella vez andábamos en pañales RAFAEL PÉREZ VALDÉS
Cuatro medallitas de oro, y se consideró un salto, pues apoyadas por las de plata permitieron ascender al quinto lugar por países. En la memoria tenemos muy fresco un dato utilizado recientemente en un trabajo sobre la hazaña cubana de triunfar en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991 (El día en que David venció a Goliat) solamente durante la jornada final los de casa ganaron 17 coronas, distribuidas en 11 de las 12 del boxeo, cuatro de cinco en la gimnasia rítmica y las dos del voleibol. Los frutos de la nueva política deportiva, puesta en práctica tras el triunfo revolucionario de 1959, comenzaron a dar enseguida resultados, que alcanzaron sus puntos más empinados en La Habana 1991 (140 de oro, 62 de plata, 63 de bronce=265 en total) y en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 (14-6- 11=31), ¡increíble quinto lugar entre 173 naciones! No parece llegar ahora el deporte cubano con la fuerza de los dos últimos momentos mencionados, pero los directivos han asegurado que no tienen duda de que se mantendrá el segundo lugar histórico en la tabla de medallas, algo difícil teniendo en cuenta diversos aspectos de enorme peso en los últimos años, sin olvidar entre ellos el desarrollo creciente en la esfera de varios países del área. Lo que sí es una especie de axioma, por tanto fuera de duda, es que casi desde los primeros momentos el deporte revolucionario dejó de encontrarse en pañales. Y que en un solo día en Río 2007 se podrán ganar más coronas que las cuatro de Sao Paulo 1963. |
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