3 de julio de 2007

Una curiosidad entre los mastodontes

RAFAEL PÉREZ VALDÉS

LuchaLa categoría superpesada, la de los impresionantes mastodontes, acostumbra a ser muy interesante en cualquier deporte. Y dentro de unos días, en la lucha grecorromana de los Juegos Panamericanos de Río 2007, se debe romper un empate entre los estadounidenses y los cubanos, a cuatro triunfos por bando.

Foto: Ángel YuUn norteamericano, William van Worth, se llevó el éxito en el debut de esta modalidad, ocurrido en Ciudad de México 1975, pero cuatro años después Arturo Díaz logró la igualada en San Juan 1979, dejando la escena lista para que Cándido Mesa pusiera en Caracas 1983 la ventaja de los nuestros (2-1).

Luego vinieron tres éxitos consecutivos de los estadounidenses para colocar la cuenta 4-2 a su favor: Duane Koslowski (Indianápolis 1987) y dos a hilo de Matt Ghaffari (La Habana 1991 y Mar del Plata 1995), plata en los mundiales de Varna 1991 y Gaevle 1998, así como en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.

En esos tres casos Ghaffari estuvo a la sombra del ruso Aleksandr Karelin, tres veces campeón olímpico (Seúl 1988, Barcelona 1992, Atlanta 1996), una vez medallista de plata (Sydney 2000), y considerado el mejor luchador de la historia. La reacción cubana llegó mediante Héctor Milián (Winnipeg 1999), quien antes se desempeñaba en la categoría inferior, en la cual llegó a ser monarca olímpico de Barcelona 1992, y de Mijaín López (Santo Domingo 2003).

No se olvida que en esa ocasión López debió vencer en la final, aunque no estaba en su mejor momento, al norteño Rulon Gardner, quien se hizo famoso por algo más que ser campeón olímpico en Sydney 2000: ¡venció a Karelin! Gardner, tras el tropezón contra el cubano, logró la presea de bronce en Atenas 2004.

¿DOS MÁS?

No es un secreto que de cara a Río todos los dedos apuntan hacia el pinareño López, de 191 cm de estatura, 120 kg de peso, y quien cumplirá 25 años el próximo 20 de agosto, pues su aval parece hablar por sí solo a la hora de hacer pronósticos.

Luego de Santo Domingo 2003 patinó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en los cuales se quedó sin medalla tras perder con el ruso Khassan Baroev, a la larga invencible en esa porfía. Nadie pudo frenar al antillano en su camino hacia el oro en los Campeonatos Mundiales de Budapest 2005. En los de Guangzhou 2006 terminó con plata, solo detenido por el mismo rival.

Claro, no se nos ha olvidado la geograf ía: ¡Baroev no participa en Juegos Panamericanos! Y si compitiera. .No tiene por qué volverme a ganar: la última vez me venció por exceso de confianza.
 

Equipo de Ediciones Digitales de Granma
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