Mujeres de oro
Ariel B. Coya, enviado especial
GUADALAJARA.—Era un combate crucial y como
tal lo celebró. Ronaldo Veitía, en un gesto muy suyo,
agitó los brazos en alto cuando el árbitro colombiano
César Ricardo Aldana declaró triunfadora a
Yurisleidys Lupetey (57 kg), tras una cerrada definición
por yuko en la final contra la brasileña Rafaela
Silva.

Yurisleidys Lupetey ganó en cerrada definición.
Al retirarse hacia los camerinos del CODE II junto a
su discípula, el avezado entrenador afirmó entusiasmado:
“Ahora sí (las brasileñas) no nos alcanzan. Por
sexta vez, desde La Habana’91, ganamos el judo
femenino de los Panamericanos”.
Mientras, la veterana holguinera disfrutaba al fin, a
sus 30 años, el título que no pudo defender en Río de
Janeiro’07: “Este era un combate difícil, porque es
una muchacha joven que viene subiendo y fue subcampeona
del pasado Mundial, pero yo traía la idea
fija de alcanzar este oro.
“Es una medalla que representa mucho en lo personal,
porque después de superar una serie de lesiones
quería despedirme con ella en mis últimos
Panamericanos y desde que logré el kumi (agarre)
sabía que se estaba agotando”, explicó la atleta,
quien no dudó en dedicar su presea “a los médicos,
fisioterapeutas y al hospital Frank País entero”, que la
ayudaron a hacer posible este día.

Yaritza Abel, en el movimiento que le dio el triunfo.
No fue el suyo, sin embargo, el único metal áureo
de la jornada para las chicas del profe Veitía, porque
luego le tocó el turno a la santiaguera Yaritza Abel
(63), bronceada en el Mundial de Tokio’10, quien dos
meses después de recibir el alta a una lesión en la
mandíbula, pudo competir en estos Juegos. Y aunque
arrancó debajo por un yuko en el marcador frente a la
mexicana Karina Paloma Acosta, en medio de la algarabía
atronadora del público se sobrepuso y con un
tremendo ippon se adjudicó el triunfo cuando la cuenta
regresiva desmenuzaba ya su tercer minuto.
“Siempre confié en mí y sabía que iba a ser campeona.
Tuve que poner de mi parte, porque además de estar
en su país la mexicana se presentó muy bien, pero el
colchón lo dijo todo”, confesaría más tarde la cubana,
que devino la cuarta reina de su escuadra, tras Idalis
Ortiz (+78), Onix Cortés (70) y Lupetey (57), para
superar holgadamente la actuación de Río (3-1-2),
incluso, antes de que hoy salgan al tatami Yanet
Bermoy (52) y Dayaris Mestre (48).
Los hombres tampoco se fueron en blanco, y aunque
no consiguieron avanzar a la discusión del título,
Ángelo Gómez (66) y Ronald Girones (73) se colgaron
sendos bronces para aportar su granito al medallero
de la delegación, a la par que Brasil, con los oros
de Leandro da Cunha y Bruno Silva para asegurar su primacía en la
rama masculina (5-1-0).
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