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“Sabía que el Panamericano era mío”.- Lesyani

Enrique Montesinos, enviado especial

GUADALAJARA.—El atletismo es como una escopeta, que siempre alguno de sus múltiples perdigones da en el centro del blanco, sobre todo aquellos que llevan impregnados el ímpetu competitivo de la mujer cubana.

FOTO: RICARDO LÓPEZ HEVIA, ENVIADO ESPECIAL

FOTO: RICARDO LÓPEZ HEVIA, ENVIADO ESPECIAL

La jornada del miércoles en el óvalo del estadio Telmex deparó la coronación de Lesyani Mayor en salto de altura, éxito fuera de los cálculos más optimistas para la inmensa mayoría menos para ella, quien “estaba segura de que lo iba a ganar; desde el principio que empecé a calentar dije, tengo que ganar esto y no me conformo ni con plata ni bronce, tiene que ser el oro, porque me he dedicado y entrenado bastante para eso. Me esforcé y lo logré”, dijo en un aparte con Granma.

Más dramático no pudo ser el epílogo cuando fallaron las cuatro que intentaron 1.91, tres de ellas en talla luego de superar 1.89 y la santaluceña Levern Spencer jugándose el todo por el todo al guardar dos intentos tras un fallo sobre 1.84. La renuncia a tantos pasos le costó terminar séptima (1.81)

En el desempate a 1.89, automáticamente quedó fuera la local Romery Rifka, campeona defensora, quien tuvo dificultades sobre 1.84 y 1.87, mientras la cubana y la venezolana Marielis Rojas habían desarrollado hasta el momento un periplo perfecto, la primera con apenas cinco limpios a partir de 1.75 y la segunda con laboriosidad de ocho, desde 1.65.

Entonces aconteció lo inédito en estas citas de requerir un salto extra para no entregar dos medallas de oro, tan insólito que originó la confusión hasta en el mismo personal técnico, que dejó en la pizarra la marca de 1.91 cuando la varilla había vuelto a situarse en 1.89, última altura vencida, según estipula el reglamento.

Casi hubo que detener a Lesyani, de 22 años, presurosa por definir antes de que el escenario estuviera listo, quien superó el listón mientras su rival fallaba favoreciendo el resultado a quien compitió con mayor economía de esfuerzo.

Pese a ello se le vio ansiosa y a veces disgustada…

“No estaba al tanto del empate favorable y lo que quería era mejorar mi marca hoy, que es de 1.93”, lo que relaciona con su aspiración de ser medallista olímpica el próximo año en Londres, luego de confesar que la gira europea de verano le ayudó mucho pese a que no pudo completarla y que “nunca había participado en un repechage por el oro; aunque hubiera quedado atrás o delante”.

“No tengo palabras, pero la medalla es sobre todo para mi Comandante, que no puede faltar; para mi entrenador Luis Alberto Pinilla; que me ha soportado muchísimo, para el fisioterapeuta que se ha mantenido conmigo los siete años que llevo en el equipo; también se la dedico a mi mamá que está en el cielo, a la que le agradezco mucho; a mi familia, mis amigos y al pueblo de Cuba”. Y como despedida reiteró: “sabía que el Panamericano era mío; yo lo sabía.”

PLATEADAS YASMIANY Y DAYSURAMI

También parte del aguerrido pelotón femenino, estuvieron a las puertas del oro Yasmiany Pedroso en el heptatlón y Daysurami Bonne en los 400 metros planos, quienes se adjudicaron medallas plateadas luego de reñidas contiendas, en tanto una de bronce alcanzó Noleysis Vicet en martillo, prueba donde junto a Roberto Janet continúa con deudas internacionales comparados los resultados con los de casa.

Se acercaron al podio con cuartos lugares Gretchen Quintana en heptatlón, Aymé Martínez (400) y Suslaidy Girat en longitud, pese a su buen salto de 6.60.

En la vuelta al óvalo varonil, William Collazo mantuvo la inestabilidad de la temporada y hasta quedó sin medalla, también cuarto, ante Nery Brenes, un costarricense que corrió inmenso para dorar por primera vez al atletismo de su país en Panamericanos.

Los otros siete cetros de la jornada se distribuyeron entre Estados Unidos y Colombia, cada cual con sus dos primeros, más otros tres de Brasil, para situarse a uno de Cuba (5-6).

 

 

Equipo de Ediciones Digitales de Granma
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