GUADALAJARA,
MÉXICO. — El cubano Sergio Álvarez, medallista de oro de los 56
kilogramos de la halterofilia en los Juegos Panamericanos
Guadalajara-2011, afirmó hoy que esta era la más querida de sus
preseas.
Cuando gané la primera en Winnipeg-1999 era casi un
niño, la segunda en Río de Janeiro-2007 me mantenía en el rango de
edad, pero esta de hoy tiene un valor especial, dijo a Prensa
Latina, en el Code Parador, sede de la competencia de halterofilia.
Tengo una edad avanzada para el deporte por eso digo
que esta presea tiene un valor especial porque se sufre más por los
rigores del entrenamiento, el rápido bajón de peso, el sacrificio,
argumentó.
Álvarez terminó su competencia con 267 de total (119
de arranque y 148 de envión) y estuvo muy próximo a romper sus
marcas panamericanas en los dos ejercicios. Sin embargo, dejó de
alzar lo dos últimos intentos del envión.
Tenemos en el colimador el próximo Campeonato
Mundial de París, clasificatorio para los Juegos Olímpicos y si ya
tenía la medalla de oro asegurada no había por qué hacer ese gasto
de energía, argumentó.
Nos interesa más la justa parisina para buscar el
boleto a Londres-2011, enfatizó.
Sobre la competencia destacó que Colombia y México
presentaron competidores fuertes, pero que él sabía que no iba a
perder el campeonato ante esos hombres.
Quiero dedicar este triunfo a mi hijo, a mi esposa,
a todos los entrenadores de levantamiento de pesas en Cuba porque
nosotros salimos de la base donde laboran ellos, por sus esfuerzos y
dedicación, enfatizó.
Por mi división siempre empiezo la competencia y si
lo hago como hoy, con el oro, entonces el resto del equipo va viento
en popa, subrayó.
Creo que aporté mi granito de arena para que Cuba
retuviera el segundo lugar histórico en los Juegos Panamericanos,
concluyó.