Brasil reinó ante unas cubanas “maravilhosas”
Ariel B. Coya, enviado especial
GUADALAJARA.—Venció Brasil a Cuba 3-2 (25-15, 21-25, 25-21, 21-25 y
15-10) en un duelo pletórico, el clásico por antonomasia del
voleibol femenino. Y se tomó la revancha de aquella fantástica final
en el Maracanazinho de Río de Janeiro. Pero en nada demerita la
derrota a las antillanas, un conjunto renovado y joven, que a pesar
de los altibajos de la última temporada, supo dar la cara ante un
rival tan serio. Las cubanas regalaron una actuación maravillosa.

FOTO: RICARDO LÓPEZ HEVIA,
ENVIADO ESPECIAL
Qué se puede
decir entonces de un duelo tan intenso, para el que todos los
adjetivos se quedan chicos, y en el que mejor conviene desechar las
estadísticas frías, cuando lo que primó por sobre todo fueron las
emociones. Y eso que costó un set entrar en el partido. Como
explicaron luego los técnicos Juan Carlos Gala y Eider George, el
equipo logró reponerse de un mal comienzo en el que arrancaron
demasiado imprecisas al punto de ceder los dos primeros tiempos
técnicos (3-8 y 6-16) frente a las auriverdes, que aprovecharon sin
piedad cada uno de sus fallos.
La segunda
manga, sin embargo, brindó una historia distinta. Mientras en Cuba
nadie dormía, no fuimos pocos quienes en el Complejo Panamericano
comenzamos a soñar despiertos.
Y así sucedió
la batalla campal del tercer set, el prodigioso triunfo del cuarto,
y también la guerra de nervios del quinto y decisivo. Venció Brasil,
que se mostró —ahora sí— como un conjunto pleno y poderoso, pero
nada hay que reprochar a la nuestras, pues al decir de Gala,
lucieron como un equipo más armónico y hecho.
Uno lleno de
juventud y talento, que en opinión del estratega sudamericano José
Guimaraes, está listo para saltar en los próximos años a los planos
estelares, después de brindarles a sus garotas otro partido difícil
como siempre.
Ya en las
catacumbas del estadio, momentos después del encuentro, las cubanas
desfilaron serias hacia el cajón de premiaciones, sin calcular
quizás que habían alcanzado una medalla de plata estupenda.
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