Camino a
Guadalajara 2011
Sonrisa final
en Río 2007
ENRIQUE
MONTESINOS
montesinos@granma.cip.cu
Como en ninguna
ocasión a partir de los sextos Juegos en Cali’71 se tornó tan
debatible la permanencia del deporte cubano en el segundo lugar de
los certámenes multideportivos del continente, según la alineación
por cantidad y color de las medallas, método cuestionable en muchos
sentidos, pero al fin y al cabo muy utilitario.
Más allá de
visibles carencias en ciertas especialidades y otras predecibles, el
ambiente estuvo matizado por la sustancial progresión del sector
deportivo en Brasil, país con los ingredientes necesarios en
material humano y tradición, adicionalmente favorecido por un plan
de apoyo económico eficaz para hacerlo florecer, que además contaba
con el beneficio de la sede comprobado hasta la saciedad en los
antecedentes del evento.
Driulis
cerró su paso por el judo de los Juegos con la cuarta corona.
Los XV Juegos
Panamericanos tuvieron su asiento en Río de Janeiro, 13 al 29 de
julio del 2007, por cuarta vez consecutiva asistieron los 42 países
miembros de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) y
ascendieron a 5 662 los competidores en 37 especialidades, dos menos
que en Santo Domingo’03, al desecharse el raquetbol y la pelota
vasca.
Después de una
admirable ceremonia inaugural por primera vez visible extrafronteras
y objeto de premios internacionales posteriores, los atletas
accionaron en instalaciones apropiadas para lides del máximo nivel y
disfrutaron de una Villa confortable para el descanso, con
eficientes servicios de alimentación y transporte.
El atletismo
cimentó para Cuba una potente columna de doce premios dorados, ocho
de la división femenina y la mitad del área blindada de
lanzamientos, arrolladora con Misleydis González (bala), Yarelis
Barrios (disco), Yipsi Moreno (martillo) y Osleidys Menéndez
(jabalina), esta por segunda ocasión, igual que Roxana Díaz en los
200 m.
Otros insignes
colaboraron en la cosecha: Dayron Robles (vallas), Víctor Moya
(altura), Guillermo Martínez (jabalina), Yargelis Savigne (triple)¼
y una pequeña corredora sin tanto abolengo, Mariela González,
impactante en el maratón por la derrota propinada a las favoritas de
Brasil en momentos cruciales de la porfía bilateral.
El éxito de
Mariela y el no menos épico de las voleibolistas frente a las
brasileñas encendieron los ánimos en toda la Isla, por aparecer de
improviso en momentos clave y de cierta manera compensar para otras
coronas virtualmente seguras cedidas por la indigna fuga de dos
púgiles favoritos.
Por cierto, el
boxeo fue otro deporte a la cuenta de Cuba, aunque solo cinco de
oro, lo más bajo desde San Juan’79, una menos que en el 2003, con la
particularidad de encumbrarse un segundo Emilio Correa, hijo del
welter campeón en 1971.
Dominio en
reiteración sobre el colchón de las luchas, con nueve cetros,
mejores los del libre (5) que el estilo clásico (4); campeones
defensores exitosos fueron Yandro Quintana entre los libristas, más
Roberto Monzón y Mijaín López por los de la greco. Destaque para
Liset Hechevarría, bronce pionero femenino.
Sin perder la
cima, el judo también redujo la siega a un quinteto, tres femeninas
—admirable la cuarta a hilo de la inmensa Driulis González—, pero
satisfecho en parte por doblegar en su propio tatami al competente
equipo anfitrión, ganador de cuatro.
Sergio Álvarez y
Yordanis Borrero por segunda vez, Iván Cámbar, Yohandrys Hernández y
Joel MacKenzie marcaron la revitalización de la halterofilia y si no
recuperó el trono perdido desde Winnipeg fue porque Colombia acaparó
tres de siete divisiones femeninas —Cuba comenzó a participar pero
con gran desventaja—, y también llegó a cinco, decidiendo sus tres
de plata por una.
Con cinco botes
titulares, el remo logró dominar de nuevo, si bien con cuatro menos.
Líderes: Yoennis Hernández, dos, para acumular cinco (tercero
histórico) y Mayra González, oro y bronce, máxima remera de todos
los Juegos con diez (3-1-6).
La esgrima
continuó en descenso, solo tres: espada (m) por equipos (Camilo
Boris cuarta dorada más una quinta individual) y el sable (f)
individual, Maylin González, y por equipos. Cuatro en ciclismo, las
mismas que Colombia, tres en canotaje, con dupleta para los
canoístas Karel Aguilar y Serguei Torres, más el tercer oro
histórico en clavados, este a cargo de José Antonio Guerra en
plataforma, fueron sumando...
Además de las
reducciones mencionadas, la de gimnasia artística no por esperada
dejó de estremecer menos. Pasada la fenomenal etapa de Erick López y
otros tantos prominentes¼ Cero oro.
Por equipos,
aparte del mencionado voli (f), solo el béisbol llegó al cielo,
manteniendo su espectacular trayecto por diez ediciones en medio de
un colosal empuje brasileño que coronó a ocho conjuntos.
Bien por los
deportistas anfitriones en general. Se superaron en 173 % respecto a
30 doradas del 2003, acopiando 52 —54 en un momento, pero dos
perdidas por dopaje. Inclusive disfrutaron del segundo lugar por 24
horas.
En verdad fue
peleada y tensa la contienda; hasta lo sintió Estados Unidos,
primera vez con menos de 100 laureles (97), mientras a Canadá no le
bastó superarse en nueve (39) para retener la tercera posición ante
el empuje local auriverde.
Hubo
incertidumbre y ansiedad como para no reír en Río, solo 59 de oro,
mas el regreso transcurrió con la sonrisa final del subliderato
intacto. La historia de Guadalajara 2011 está por contar.
23 de septiembre
de 2011
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