Yumari González (Cabaiguán,
1979) está de regreso. Tras el nacimiento de su hijo Alex el pasado
6 de diciembre, vuelve a la bicicleta para lustrar un palmarés
envidiable, que reúne cinco medallas mundiales (2-3-0) y otras
tantas en Juegos Panamericanos (1-0-4). Tiene sed de victoria,
quiere ampliar la colección en Guadalajara y sueña con alcanzar en
Londres la única presea que le falta.
¿Cuándo
regresaste a los entrenamientos?
El pasado 16 de mayo. Aunque ya por febrero comencé a hacer en la
bicicleta 30 ó 40 kilómetros, desde Cabaiguán a Fomento o hasta
Sancti Spíritus.
Y desde entonces has competido...
En los IV Juegos del ALBA. Más o menos, porque todavía debo
adelgazar cuatro o cinco kilogramos para aumentar los niveles de
resistencia y velocidad rumbo a los Panamericanos y las Copas del
Mundo.
¿Qué es más difícil, la maternidad o el ciclismo?
El ciclismo es bastante complejo y en él yo he vivido muchos
baches amargos, pero ninguno tan grande como el tener que separarme
por primera vez de mi hijito cuando fui a competir ahora en
Venezuela. Entonces lloré mucho. Ser madre es lo mejor que me ha
pasado. Me hace la mujer más feliz del mundo y no hay comparación.
Mi niño es mi mejor medalla.
En Guadalajara competirás...
En la persecución por equipos y en la prueba de ruta, donde me
gustaría repetir el oro de Río de Janeiro hace cuatro años.
Tu meta será entonces...
La misma de siempre: ganar.
¿Cuál es la cualidad que más valoras en un atleta?
La perseverancia y la capacidad de levantarse.
¿A qué deportistas admiras o has admirado?
Ana Fidelia Quirot.
¿Hay algún momento de tu carrera que conserves especialmente
grabado?
Cuando gané mi primer oro en un Mundial de mayores, en Palma de
Mallorca’07. Para mí entonces aquello era un sueño.
¿Y con qué sueñas ahora?
Con el único éxito que me falta: una medalla olímpica en
Londres’12.