XXII JUEGOS OLÍMPICOS MOSCÚ-1980
Fue la capital moscovita, además, sede de la despedida del séptimo presidente del COI, Lord Killanin, y el estreno en ese puesto, de quien pronto no tardaría en convertirse en uno de los hombres más singulares al frente de los designios del deporte universal, el español Juan Antonio Samaranch, quien había sido hasta entonces el embajador de su nación en esa ciudad.
Otra historia cubana estremeció a Moscú, cuando una lesión en la columna de la jabalinista María C. Colón le impedía presentarse a la prueba. Su fuerte carácter y su ímpetu, obligaron al doctor Rodrigo Alvarez Cambra, a aplicarle tratamiento en el mismo estadio, y le recomendó hacer el mayor esfuerzo desde el primer disparo, pues no había seguridad de que pudiera seguir lanzando. Así lo hizo y los 68,40, récord olímpico, fueron inalcanzables para sus oponentes. La muchacha de Guantánamo se convertía así en la primera campeona olímpica de Latinoamérica. Como novedad, 550 participantes cumplieron años durante los Juegos, y 450 de ellos fueron hombres. Varios fueron los gemelos que intervinieron en la lides moscovitas. Bernd y Jorg Landvoigt, de la RDA se hicieron en remo, en la especialidad de dos remos largos sin timonel, modalidad en la que otra pareja gemelar, Nikolai y Yuri Pimenov, de la Unión Soviética, entró en segunda posición. También en remo actuaron los jimaguas polacos Marniz y Henryk Trzcinski, y los suizos Peter y Roland Srocker. También gemelos campeones fueron los campeones de lucha libre soviéticos Anatoli y Serguei Beloglázov en 52 y 59 kilogramos. Varios son los deportistas que se despiden en esta justa olímpica. La estrella polaca Irena Szewinska se va sin medallas de Moscú en última incursión bajo los cinco aros. El triplista soviético tres veces laureado con el oro de estas justas, dice adiós tras su meritorio segundo lugar, y Tatiana Kazankina gana los 1 500 para hacer feliz su epílogo. El moscovita Vitali Smirnov no podía imaginar que esos serían últimos Juegos, pues él, ganador dorado en Moscú y sin dudas el mejor floretista del mundo, falleció en 1982, a causa de un accidente en las pistas del campeonato mundial de ese año, cuando un florete partido atravesó su máscara.
Entre las notas destacadas, sobresale la del alemán Walter Cierpinski, quien igualó el récord del etiope Abebe Bikila sumando su segundo título olímpico consecutivo en la prueba de maratón. Los británicos Sebastián Coe y Steve Ovett llegarón a Moscú siendo los plusmarquistas mundiales de las pruebas de 800 y 1500 respectivamente, pero en la pista del estadio Lenín, se cambiaron los papeles: Coe ganó los 1500 y fue segundo en 800. Ovett ganó los 800 y quedó tercero en 1500. Las dos única pruebas que fueron a parar al continente africano fueronlos 5.000 y 10.000 metros, ganadas por el etiope Mirus.Yifter, quien fue el más veterano de todos los atletas participantes con 36 años.
Brillo uno de los más míticos nadadores de la historia, el soviético Vladimir Salnikov, quien venció en los 400 y 1 500 libres y en relevo 4 por 200. El "Zar" como lo apodaron fue el primer hombre que bajó de 15 minutos en los 1500 metros.
XXIII JUEGOS OLÍMPICOS LOS ANGELES-1984 Cincuenta y dos años después que la ciudad de Los Ángeles acogiera a los Juegos de la X Olimpiada, el Memorial Coliseum de esa ciudad reeditaría aquella historia, cuando el atleta Rafer Johnson. encendió el pebetero, dando inicio el 28 de julio y hasta el 12m de agosto a los XXIII Juegos Olímpicos. En la reunión número 23 de los Juegos en la era moderna se dieron cita 7 078 deportistas, procedentes de 141 naciones. La Unión Soviética y grupo de países socialistas no asistieron, y al igual que en la versión precedente, en Moscú-1980, muchos de los torneos en no pocas disciplinas se resienten en su calidad.
Como elementos novedosos de las justas angelinas, habría que apuntar que la maratón, en categoría femenina, hizo su estreno, siendo su primera campeona la norteamericana J. Benoit Otra de las disciplinas que en 1984 se convirtieron por primera vez en huésped el programa de los Juegos es la natación sincronizada. En individual el oro es para la norteamericana R.Ruiz, y en dúos para el equipo norteamericano. Aunque curioso, es triste. La norteamericana Mary Decker se perdió los Juegos de Montreal por lesión, no acudió a Moscú por el boicot de su país, cuando por fin era la favorita para llevarse el oro olímpico se cae y resulta lesionada al tropezar con la sudafricana Zola Budd
En la rama femenina, la estadounidense Evelyn Ashford ganó dos títulos olímpicos, en los 100 y el relevo cuatro por 100. Además, en la prueba de 100 marca un crono de 10.97, convirtiéndose en la primera mujer que bajó de 11 segundos. La jamaicana Merle Ottey, se hizo con las medallas de bronce en 100 y 200.
En el concurso de salto de altura, la alemana occidental Ulrike Meyfarth destronó a la campeona de Moscú, la italiana Sara Simeoni, con un salto de 2,02. Fue el segundo título para la alemana que ya había vencido en la misma prueba con tan solo 16 años en los Juegos de Munich-1972. El finlandés Perti Karppinen, gana su tercer oro consecutivo (Montreal, Moscú y Los Ángeles) en la prueba de remo de Skiff. El legendario Edwin Moses, plusmarquita mundial de los 400 metros vallas, llevaba más de 100 carreras invicto desde los Juegos de Montreal-1976. El boicot norteamericano en el año 1980 le privó de conseguir el oro, pero en Los Ángeles vuelve a tener la dicha con un tiempo ganador de 47,75.
En baloncesto varonil, España dio la sorpresa cuando le ganó en semifinales a la potente Yugoslavia. Y en el partido final cayó ante la selección de Estados Unidos por 96-65. En la elenco norteamericano figuraban unos jovencísimos (Michael Jordan, Pat Ewing o Sam perkins).
XXIV JUEGOS OLÍMPICOS SEÚL-1988
Lo cierto es que allí, desde el 17 de septiembre y hasta el 2 de octubre, volvieron a estar presente, tras ocho años, los pabellones de la Unión Soviética y Estados Unidos, y por supuesto, las expectativas tras dos cuatrienios le dieron a esta cita un toque de distinción. Una noticia que también le dio un nuevo giro a estas reuniones fue el regreso del tenis, tras 60 años fuera del programa olímpico. Y apareció en los Seúl con todas sus millonarias estrellas, lo que de hecho suponía una apertura del movimiento olímpico hacia el profesionalismo, que tendría su máximo exponente en la inclusión de jugadores de la liga profesional americana NBA, cuatro años más tarde en los Juegos de Barcelona-1992. Los Juegos seulitas celebraron competencias de exhibición en deportes como bolos, taekwondo, béisbol y carreras de sillas de ruedas.
Pero no todo fue bombos y platillos en una ciudad que hizo derroche de avances tecnológicos desde el mismo día de la apertura, pues varios fueron los sucesos que empañaron los esfuerzos de esta urbe asiática, que pese a compartir el mismo territorio con la República Popular Democrática de Corea, no aceptó las peticiones de esta de albergar u organizar algunos de los eventos de los Juegos. Por ejemplo, el escándalo Ben Johnson, tras dar positivo en los controles antidoping luego de batir el récord mundial de los 100 metros con crono de 9.72, recorrió el mundo más rápido que la propia carrera, en la que Carl Lewis terminó en segunda posición con tiempo de 9.92.
Habría que agregar que en ese mismo sentido lo del boxeo fue un verdadero desastre y hubo que sancionar a cuatro jueces, quienes perdieron su condición de árbitros de la cita bajo los cinco aros. Ya más dentro de las emociones de Seúl-1988, una mujer estadounidense de voluntad de acero volvió al escenario olímpico. Mary Decker llegó a la capital sudcoreana con 30 años, su participación en los Juegos era un cúmulo de desgracias. Se perdió Montreal por lesión, Moscú por el boicot y en Los Ángeles tropezó con Zola Bud, y se lesionó. En Seúl tampoco consiguió nada positivo en los 1.500, viendo como vencía la rumana Paula Ivan batiendo el récord olímpico. Otros dos que llevaron en Seúl marcas olímpicas a los libros de récords fueron el garrochista soviético, ya convertido en recordista mundial, al sobrepasar el listón a 5,90, en tanto el triplista búlgaro Jristov Markov se estiraba hasta los 17,61.
También en salto, pero de altura, en la rama femenina, la estadounidense Ritter, quien no era una de las favoritas se adjudico el triunfo, para no solo dar la sorpresa, sino, además, recuperar un título para su país, que no lo conseguía desde Melbourne en 1956. Aparece el fenómeno de la halterofilia. Naim Suleymanoglu, llamado el Hércules de Bolsillo ,ganando su primer título olímpico en la categoría de 60 kilogramos. Este búlgaro de nacimiento, que defiende los colores de Turquía, no mide más de 1'50, batió en una noche seis récords mundiales y nueve olímpicos. Y en el calvados, otro grande de los episodios olímpicos, el norteamericano Greg Louganis, se golpeó la cabeza con la plataforma, hubo que suturarle la herida, pero eso no impidió que ganara las dos medallas de oro en trampolín y plataforma.
XXV JUEGOS OLÍMPICOS BARCELONA-1992 El 25 de julio de 1992 comenzaron unos grandes Juegos Olímpicos, para muchos los mejores de la historia moderna. Ese día la ciudad española de Barcelona, abrió sus puertas a la fiesta de los cinco aros, y desde la singular manera de encender el pebetero, pasando por el Hércules de la ceremonia de apertura, que dividió Europa de África para crear el Mar Mediterráneo, hasta la última batalla por un título, el mundo vibró con estos Juegos.
La recompensa a unos magníficos Juegos no se hizo esperar y España alcanzó su actuación más relevante en la historia de estas citas. Fue tan pródiga, que las 22 medallas que logró, eran tantas como las conquistadas en casi un siglo de Juegos Olímpicos. Pero Barcelona tuvo de todo, ases que se fueron sin medallas, veteranos que se convirtieron en campeones, frustraciones, en fin, lo que sucede en un acontecimiento tan grande como los Juegos de una Olimpiada. Por ejemplo, estrellas como Serguie Bubka, en la pértiga; Marlen Ottey, en la velocidad o Michael Johnson, en la vuelta óvalo, quedaron sin brillo. Bubka falló dos veces sobre 5,70 y una vez más sobre 5,75 y tuvo que abandonar la lid, ganada por Maxim Tarasov, con 5,80, diez centímetros menos con lo que Bubka había ganado cuatro años atrás, en Seúl.
Ottey, una sempiterna favorita, solo pudo acceder a un bronce en los 200 metros, mientras el afamado Johnson, el gran favorito de los 200 quedó eliminado en semifinales, aunque pudo conseguir el oro en el relevo largo. Sin embargo, dos historias bien distintas fueron las del británico Linford Christie y la de la estadounidense Gail Devers. El primero pasó a convertirse en el campeón más veterano que gana la prueba reina del atletismo, los 100 metros en unos juegos, lo cual había sido precedido por su plata en Seúl-1988.
Mientras, la Devers, quien dos años antes había sufrido una enfermedad que flageló su sistema inmunológico, que casi le impidió moverse, tuvo la fuerza suficiente para recuperarse y erigirse en campeona olímpica de los 100 metros, aun cuando su especialidad, los 100 metros con vallas, le deparó una quinta plaza, tal vez, debido a una aparatosa caída al tropezar con la última valla, en una prueba que hizo historia para Grecia, que coronó a su primera mujer, P. Patalidu, en unos olímpicos, pero que, además, hizo que el país que dio origen a estas fiestas regresara al podio de premiaciones, algo que no ocurría desde 1912.
Quizás la marca más importante que se alcanzó el Barcelona la consiguió el norteamericano Kevin Young, en los 400 metros con vallas, al batir el récord del mundo en poder del mítico Edwin Mooses. Young se erigió como el primer hombre en bajar de la barrera de los 47 segundos en la prueba con un registro de 46,9. Los norteamericanos no querían más pesadillas con uno de sus deportes, casi convertido en sello de identidad, el baloncesto, y mandaron a sus mejores jugadores, que no eran otros que los que en ese momento intervenía en la Liga profesional estadounidense, NBA. Solo que se trataba en aquellos años de una generación "galáctica" Michael Jordan, Scottie Pipen, Karl Malone, Magic Johnson, Larry Bird. El contrario que más oposición hizo sobre la cancha fue Croacia en la final, pero pedió por 32 puntos.
XXVI JUEGOS OLÍMPICOS ATLANTA-1996
Grecia, y muchos en todo el mundo, pensaba que el primer centenario de los Juegos debía celebrarse en Atenas, donde vieron la luz. Pero aun cuando la capital griega aspiró y fue candidata, no consiguió el reconocimiento. Atlanta venció, sin importar que hacía solo 12 años una ciudad norteamericana, Los Ángeles, había organizado la reunión olímpica. Los llamados Juegos del Centenario no destacaron por su organización. Las sedes no se terminaron a tiempo, se le achacaron un exceso de mercantilismo; el tráfico fue caótico y se tuvieron que soportar altas temperaturas.
Los juegos se inauguraron el 19 de septiembre, y la ceremonia estuvo presidida mandatario de la Casa Blanca, Bill Clinton. En la apertura desfilaron 197 naciones participantes, 28 más que en Barcelona, con un total de 10.800 atletas. Las 15 Repúblicas que habían pertenecido a la extinta Unión Soviética desfilaron bajo su propia bandera. Como sucede en todas las apertura, la emoción del encendido del pebetero hizo vivir momentos de gran intensidad emocional. Al Oerter, ganador decuatro medallas de oro consecutivas en estas lides, entregó la antorcha a la pareja que formaron Evander Holyfield, nativo del estado de Georgia, y campeón del mundo de los grandes pesos y bronce en el la cita de Los Ángeles-1984, y la griega Patalidu, campeona de la lid olímpica de los 100 metros con vallas en Barcelona-1992. El pugilista y la atleta depositaron el fuego en las manos de Janet Evans, dueña de cuatro coronas olímpicas, quien entregó la llama a Mohamed Alí. Pese a los temblores a causa de la enfermedad de Parkinson, esta leyenda viva del boxeo mundial, encendió el pebetero.
Aunque los Juegos transcurrieron bajo unas enormes medidas de seguridad, la noche del 26 al 27 de Julio, explotó una bomba artesanal en el parque del Centenario mientras se celebraba un concierto. El balance fue de dos muertos y 112 heridos. Se celebraron 26 deportes, debutando el voleibol de playa, las carreras de bicicletas de montaña y el softbol. El estadounidense Michael Johnson fue la gran figura de esta cita al convertirse en el primer hombre en ganar los 200 y 400 metros en unos juegos. Además, pulveriza el récord del mundo en la prueba de 200 con un crono de 19.32, y no pudo correr el relevo 4 por 400, ya que sufrió una pequeña lesión al correr la final de los 200. Lo mismo, pero en el sector femenino lo logró la francesa Marie Jose Perec, con lo cual igualó la hazaña de la norteamericana Valery Brisco-Hooks, que consiguiera el doblete en el año 1984 en Los Ángeles. Siria estrenó su casillero dorado en Juegos Olímpicos y el alto honor lo mereció una mujer, Ghada Shouaa, al vencer en el heptalón, prueba en la que la campeona de cuatro años atrás, la estadounidense Jackie Joyner tuvo que retirarse lesionada, quedándole el consuelo de la presea de bronce en el salto de longitud.
La famosa estrella norteamericana Carl Lewis, llegó a Atlanta con 35 años. Había perdido la clasificación para representar a su país en las pruebas de 100 y 200, por lo que solo pudo presentarse en el saltop de longitud, a cuya final accedió casi de milagro. Sin embargo, ya en ella un discreto 8,22, su mejor salto en dos años, le dio la victoria y con ella igualó el récord de su compatriota Al Oerter al dominar una misma prueba por cuatro ocasiones consecutivas. También el triunfo le posibilitó convertirse, junto al finlandés Paavo Nurmi, en el atleta más laureado con 9 oros En los 100 metros lisos el canadiense Donovan Bailey ganó la carrera batiendo el récord del mundo, con un crono de 9,84. El campeón en Barcelona, Linford Christie, fue descalificado por dos salidas nulas. Bailey, consiguió un segundo oro como parte del relevo 4 por 100 que en la final derrotó al equipo norteamericano. Y Sudáfrica gana su primera medalla de oro, tras su vuelta a los juegos lo haría en la prueba de maratón gracias a una atleta de raza negra, Josia Thugwane.
Hecho también destacado fue el protagonizado por el britanico Steve Redgrave, quien consiguió su cuarta de oro consecutiva en la competición de remo. La primera fue en el año 1984 en Los Ángeles, en la prueba de 4 sin timonel. A partir de Seúl-1988, participa en la prueba de dos sin timonel, la que no abandonaría hasta Atlanta 1996, en Barcelona y Atlanta su pareja fue Matthew Pinset. La mejor ciclista de todos los tiempos, con 10 campeonatos del mundo y tres Tours de Francia en su palmares, había tenido un arsenal de contra tiempos en su carrera tras el título olímpicos. Jeannie Longo entró en sexto puesto en los Juegos de Los Ángeles-1984, al sufrir una avería en su bicicleta. En Seúl solo llegó en el 21, compitiendo recién operada de una fractura de cadera, y en Barcelona fue segunda tras la sorprendente holandesa Watt. Finalmente en Atlanta, conquista el ansiado título. XXVII JUEGOS OLÍMPICOS SYDNEY-2000 El día 15 se inauguraron los XXVII Juegos Olímpicos en la ciudad australiana de Sydney, con una vistosa ceremonia, centrada en la historia de Australia, y en la que participaron más de 12 000 artistas, quienes pudieron ser vistos en todo el mundo por 4 000 millones de personas. El estadio olímpico de Sydney lució abarrotado, con 110 000 espectadores, ante los que desfilaron los atletas que representaban a 200 países.
Los australianos homenajearon a las mujeres al concederles los últimos relevos del fuego olímpico. Betty Cuthbert (atleta en 1956 y 1964), postrada en una silla de ruedas a causa de una esclerosis múltiple, fue ayudada en su tramo por Raaelne Boyle (atleta en 1968 y 1972). Ella fueron relevadas por la mítica nadadora australiana Dawn Fraser (1956, 1960, 1964). Le siguió Shirley Strickland Delahunty (atleta en 1948, 1952, 1956). Luego, tomaron la antorcha Shane Gould (nadadora 1972), y Debbie Flintoff-King (atleta 1988). Como sucede siempre, el misterio se apoderó del sublime instante del encendido del pebetero. Los organizadores mantuvieron en estricto secreto, hasta el final, la identidad de quien encendería la pira, honor que mereció la atleta de origen aborigen Cathy Freeman. Fueron los olímpicos de Sydney la despedida, tras 20 años de timonel, del presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, quien se vio obligado, sin embargo, a interrumpir su presencia en la ciudad australiana por la muerte de su esposa, que arrastraba una larga enfermedad. El presidente regresó después a los Juegos, y exclamó: han sido los mejores Juegos de la historia. Pero los Juegos de Sydney, los primeros juegos del siglo XXI, fueron noticias incluso antes de encender el fuego. El trayecto del fuego olímpico, por ejemplo, tuvo varios percances. Uno de los portadores, un ciclista de 74 años de edad, de nombre Ron King, falleció después de finalizar su tramo, en las cercanías de Muswellbrook, al noroeste de la ciudad sede. La antorcha, además, estuvo a punto de ser apagada con un extintor por un espectador y otro desconocido intentó arrebatársela a un relevista, aunque sin éxito.
Fuentes policiales neozeolandesas, revelaron que fue descubierto un plan terrorista atribuido al millonario de origen saudi Usama ben Laden, pretendía atacar un reactor de investigaciones nucleares en Sydney, durante la celebración de los Juegos. La bahía de Sydney, como en toda Australia es conocida por la abundancia de tiburones. El Comité Organizador, preocupado por posibles ataques de escualos a los triatletas durante el transcurso de la prueba de nado, ideó un sistema transmisor de ondas que ahuyenta a los tiburones y que portaron los buceadores de escolta en el transcurso de la prueba. Por cierto, los Juegos de Sydney tuvieron un marcado componente ecológico, lográndose que por primera grupos ecologistas como Greenpeace formaran parte de la organización de la magna cita del deporte mundial. Así, la Villa Olímpica usaba energía solar y las instalaciones de la bahía de Homebush, conocida como el mayor vertedero de Australia, sufrió una transformación espectacular, invirtiendo 25.000 millones para convertirla en parque natural.
Los estadounidenses Marion Jones y Maurice Green, se declararon como reyes de la velocidad al imponerse en los 100 metros planos, aunque la primera fue la verdadera estrella al titularse en 100, 200 y 4 por 400. En los 200 masculino se dio una gran sorpresa con la victoria del griego Konstantinos Kenteris, mientras en las pruebas femeninas de la velocidad, se volvió a presentar la jamaicana Marlene Ottey, quien con 40 años de edad corrió su novena final olímpica, aunque no consiguió medalla. El checo Jan Zelezny logró su tercer pergamino dorado consecutivos y su cuarta medalla en total, pues en Seúl había finalizado con la presea de plata. Actuación destacada fue la del polaco Robert Korzenioeski, quien se convirtió en el primer hombre que hace el doblete en la marcha, ganando los 20 y los 50 kilómetros.
Si algún deporte destacó en Sydney, fue la natación, imponiéndose 37 récords (14 mundiales y 23 olímpicos). La natación es uno de los deportes más populares de Australia, por lo que en Sydney los australianos se propusieron derrotar a los estadounidense, pero no pudieron al quedar en 18 preseas por 33 sus rivales. Pero los anfitriones aportaron en la natación a una de las grandes estrellas de los Juegos, el joven de 17 años Ian Thorpe, ganador los 400 libres batiendo el récord del mundo, y pieza decisiva para que Estados Unidos perdiera por primera vez en su historia los 4 por 100 libres. Thorpe consiguió su tercer oro en los 4 por 200 libres. Con lo que no contaba el australiano era con el holandés Pieter Van Den Hoogenband, monarca en los 200 metros por delante de él, y vencedor también en los 100 libres, batiendo el récord del mundo, y convirtiéndose en el primer hombre que baja de 48 segundos.
El británico Steve Redgrave, consiguió su quinto oro consecutivo en la competición de remo, en la prueba de cuatro sin timonel, (uno de los componentes del equipo en Sydney fue Matthew Pinset, compañero de Redgrave en Barcelona y Atlanta). El primero oro de Redgrave fue en Los Ángeles-1984, en la prueba de 4 sin timonel. A partir de Seúl 1988, participa en la prueba de 2 sin timonel, prueba que no abandonaría hasta Atlanta 1996. La alemana Birgit Fischer ratificó que es la piragüista con más medallas olímpicas, superando a la sueca Gert Fredriksson, al colgarse su sexta medalla de oro, que sumadas a las tres platas hacen un total de nueve . Fischer, de 38 años, ha ganado un oro en cada uno de los Juegos que se han celebrado desde Moscú'80. XXVIII JUEGOS OLÍMPICOS ATENAS-2004 En 2004 los Juegos Olímpicos retornaron a Grecia, la casa de los Antiguos Juegos Olímpicos y del primero de los modernos. Se alcanza la cifra record de 201 Comités Olímpicos Nacionales. Participaron 10 625 atletas (4 329 mujeres, 6 296 hombres). Se disputaron 301 títulos. La popularidad ascendió de 3,6 a 3,9 billones de aficionados con relación a Sydney 2000. Incluida la lucha libre femenina por vez primera. El nadador Michael Phelps ganó 6 medallas doradas y 8 en total. Leontien Ziljaard-van Moorsel devino la primera mujer ciclista con 4 doradas y 6 en total, y el canoísta Birgit Fischer el primer atleta en ganar medallas en 5 olimpiadas. Runner Hicham El Guerrouj ganó los 1 500m y los 5 000m, mientras Kelly Holmes triunfó en 800m y 1 500m. En deportes colectivos, Argentina ganó el torneo de fútbol sin dar goles, y el equipo de softbol norteamericano ganó con un balance de carreras de 51-1. Participation: 201 naciones, 10 625 atletas (4 329 mujeres, 6 296 hombres) en 301 eventos, 45 000 voluntarios Cuba retuvo el título del béisbol olímpico que había perdido en Sydney 2000 frente a Estados Unidos. Vencieron en seis juegos tras una derrota inicial con Japón y luego vencieron a Canadá 8-5 y a Australia 6-2 en la final.
China realizó sus mejores olimpiadas al ganar 63 medallas, de ellas 32 de oro. En Sydney habían obtenido 59, con 28 doradas. Sus triunfos les dieron la supremacía en 14 deportes.
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