XV JUEGOS OLÍMPICOS

HELSINKI-1952

Los Juegos de Helsinki se inauguraron, en medio de la lluvia, bajo la cual desfilaron 5 780 atletas representando a 69 países. El primer pabellón en desfilar fue Grecia como mandaba la tradición y el último, el país organizador Finlandia

La organización había guardado en secreto el nombre del portador de la antorcha, pero cuando los 70 000 espectadores que presenciaban la ceremonia inaugural reconocieron al finlandés Paavo Nurmi, el estadio estalló de alegría, gritando su nombre.

Fue un magnifico homenaje al finlandés, que había logrado doce medallas olímpicas, nueve de ellas oro, y un intento de resarcir la injusticia que había cometido el Comité Olímpico Internacional, acusando al corredor de profesionalismo.

Por primera vez la Unión Soviética es una de las naciones participantes. Y desde esa aparición inicial sus atletas causan gran impresión. En el medallero final por países terminan en el segundo escaño, con 71 medallas, de ellas 22 de oro. Solo fueron superados por los estadounidenses, que finalizaron con 76 preseas, de ellas 40 del brilloso metal.

Alexander Anoufriev, en la prueba de 10 000 metros, fue el primer medallista soviético en la historia del olimpismo.

Los finlandeses, acostumbrados a tener grandes corredores de fondo, quedaron impresionados de la exhibición que realizó el checoeslovaco Emil Zatopek,, quien en la cita precendete de Londres-1948, había conseguido el oro en los 10 000 y la plata en los 5 000. En Helsinki ganó los 5 000 y 10 000, con tan solo una hora de diferencia, y luego se tituló también en la carrera de la maratón. Con justeza fue designado el atleta más destacado de la decimoquinta edición de los Juegos.

Pero Emil no fue solo a Helsinki. Su esposa Dana Zatopeka, venció en la prueba de lanzamiento de jabalina. Se habían conocido en Londres cuando ella se llamaba Dana Ingrova. El matrimonio Zatopek se llevó a casa cuatro medallas de oro.

El muchacho maravilla Bob Mathias renovó su título que había conseguido en Londres con tan solo 17 años de edad, ganado su segundo título olímpico consecutivo en la prueba de decatlón. Bob logró 8 887 puntos para conseguir su tercera marca mundial en tan solo tres años. Sin embargo... A principios de 1953, publicó una artículo de prensa que denunciaba aspectos negativos del deporte estudiantil norteamericano. No lo perdonaron, tomaron como pretexto el propio trabajo periodístico; lo acusaron de haberlo cobrado y las sábanas del profesionalismo cayeron sobre él y lo excomulgaron para siempre del olimpismo.

El brasileño Ademar da Silva vistió de oro América Latina al ganar su primer título olímpico en Triple Salto.

 

Medallero de Helsinki-1952

 

XVI JUEGOS OLÍMPICOS

MELBOURNE-1956

Las anteriores ediciones de los Juegos, habían transcurrido en los continentes europeo y americano. Melbourne es la primera ciudad de Oceanía en acoger la magna cita. La diferencia en las fechas del comienzo del verano entre los distintos continentes, suponía un problema, que hizo que la organización propusiera el mes de diciembre para el comienzo de los juegos. Al final se acordó noviembre. Esta fecha tan tardía alteró, también por primera vez, el programa habitual de entrenamiento de los atletas.

Tres años antes de la inauguración cundió el pánico entre los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI), debido al retraso que llevaban los australianos en la organización de los Juegos. El retraso era tal que el COI amenazó en llevarse los Juegos a otro país.

Un gran revuelo provocaron las exigencias de la ciudad australiana para desarrollar el certamen de equitación. Los organizadores demandaron que los caballos que viajaran a Melbourne debína pasar obligatoriamente una cuarentena de seis meses en Nueva Zelandia, Irlanda o Gran Bretaña. Tal situación hizo que el COI tomara la determinación de que las pruebas de hípica se celebraran en Estocolmo, del 10 al 17 de Junio. Pero también se acordó que nunca más se iba a separar la celebración de pruebas en unos Juegos.

En la cita australiana se inscribieron 67 países, quienes aportaron a las diferentes disciplinas 3 342 deportistas, y por primera vez la URSS domina el medallero por naciones con 96 preseas, de ellas, 37 de oro, 28 de plata y 31 de bronce. Estados Unidos, terminó en segunda posición con 74 (32-25-17).

Un verdadero drama protagonizó el corredor australiano Ron Clarke, inscrito en la prueba de los 1 500. El fue seleccionado para encender el pebetero en la ceremonia de apertura, pero... la llama le alcanzó el brazo y no pudo alistarse en la salida de la carrera, pues tuvo que guardar cama con un brazo completamente vendado en uno de los hospitales de Melbourne.

Ron, sin embargo, apostó por mejor suerte en la edición de Roma-1960. A la capital italiana llega con las mejores marcas de 1 500, 5 000 y 10 000, también podría ser un serio candidato en la Maratón. Mas...una seria lesión en la pierna izquierda lo deja fuera de su aspiración. Insiste y va a Tokio-1964, ya poseedor del mejor registro del orbe en 10 000, pero terminó noveno en los 5 000 y en 10 000 la presea de bronce fue un premio a su persistencia, la cual lo llevo hasta su cuarta intentona en México-1968, y de la justa azteca también regresó sin coronas.

Melbourne fueron los Juegos de Larissa Latynina. Comenzó en la justa australiana a engrosar la más impresionante vitrina olímpica de una mujer, la cual hoy todavía no ha sido superada. En los XVI Juegos la soviética obtuvo cuatro medallas doradas y una de plata., fue el inicio de un botín que se extendió a 17 premios, de ellos nueve de oro, cinco de plata y tres de bronce.

Otro que inició en Melbourne una singular cadena de triunfos fue el estadounidense Al Oerter, en aquel momento con solo 20 años. Ganó su primer título olímpico, batiendo el récord de la cita con 56,36. Sería el primero de los cuatro títulos consecutivos que conseguiría.

Pero lo más sobresaliente del sector masculino fue el doblete dorado del soviético Vladimir Kuts en 5 000 y 10 000 metros. Los cronistas que siguieron las incidencias en la pista atlética del estadio Cricket Ground llegaron a escribir que era una endiablada máquina de correr. Sin embargo, no solo se trataba de cualidades físicas, sino también de un acertado plan táctico para cada ocasión.

Medallero de Melbourne-1956

 

 

 


XVII JUEGOS OLÍMPICOS

ROMA-1960

Después de varias tentativas de convertirse en sede de los Juegos, la ciudad de Roma es elegida por el COI para organizar la XVII edición, en 1960.

Según los cronistas de la época, resultaron ser los Juegos más suntuosos de los organizados hasta la fecha. Los organizadores logró disponer de fondos que se estimaron en unos treinta millones de dólares.

Roma, fundió de una manera impresionante el pasado con el presente. Mezcló incomparables marcos arquitectónicos, con las propias pruebas que se disputaban, dando la sensación de que se había retrocedido en el tiempo. Un ejemplo fue, la llegada de la maratón bajo el arco de Constantino, con las ruinas del coliseo de telón de fondo.

Una de las sensaciones de estos juegos fue la atleta estadounidense Wilma Rudolph, apodada la "Gacela Negra". En su niñez había padecido una parálisis en la pierna izquierda, que la había postrado en la cama durante años. Esta espigada atleta ,de 1,81 de altura, ganó los 100, (igualando el récord del mundo en semifinales), los 200 y los 4 por 100 (rebajando la mejor marca mundial en ambas pruebas). En total 3 medallas de oro.

Wilma dedicó las medallas a sus hijos y a sus padres. Pero la felicidad que vivió en la capital italiana, se desmoronó. En su país pagó caro las protestas por el trato a los negros. Fue perseguida y hasta eliminada de las contiendas musculares. Para ganarse la vida tuvo que cambiar la pista por bailarina modelo, aprovechando sus dotes físicas. Un accidente de tránsito le quebró las piernas, ya tampoco ni modelo podía ser por las cicatrices que le quedaron. El hambre se apoderó de ella y su familia y terminó vendiendo sus medallas.

Fue esta también la cita olímpica de Casius Clay, más tarde Mohamed Alí, ganador de la medalla de oro en los semipesados, luego campeón mundial profesional. Pero la presea dorada de Roma la tiró a un río cuando en su tierra natal le privaron de entrar a un restaurante por motivos de raza.

Y Roma fue testigo de la primera medalla de oro de un africano en las piernas de quien se convirtiera rápidamente en uno de los atletas más famosos y carismáticos de la historia olímpica, el etíope Abebe Bikila, ganador de la carrera dela maratón, corriendo descalzo por la calles de la urbe italiana.

Otro de los sucesos importantes de la XVII edición fue que el mítico Jesé Owens se quedó sin sus dos récords en salto de longitud. El culpable fue su compatriota Ralph Boston. Antes de los Juegos había saltado 8,14, nueva marca mundial. Ya en los juegos se hizo con el oro y con un nuevo récord olímpico gracias a un salto de 8,12.

Pero Roma también fue la sede del primer caso de doping en los Juegos Olímpicos, y por cierto, resultó una historia trágica. Ocurrió en la prueba de ciclismo. La competencia transcurría con una temperatura de 33 grados, cuando un ciclista del equipo sueco, Knud Enemark Jensen, se desplomó a causa de un golpe de calor, y murió horas más tarde. Finalmente el entrenador confesó que le había suministrado drogas con el fin de intensificar la circulación sanguínea.

Y el futuro rey de Grecia, Constantino, por aquel entonces Duque de Esparta, conquistó la medalla de oro en la modalidad de Dragón, en las comptencias de velas.

Medallero de Roma-1960


XVIII JUEGOS OLÍMPICOS

TOKIO-1964

Tokio sufrió una profunda transformación urbanística para recibir a los XVIII Juegos Olímpicos, haciendo una gran inversión

A los Juegos de la capital nipona le denominaron los "Juegos de la Electrónica". La intención de los japoneses era introducirse en los mercados mundiales, mostrando al mundo los progresos alcanzados en el terreno comercial y tecnológico, alcanzados

El último relevo de la antorcha olímpica que alumbraría el cielo de Tokio, fue corrido por Yoshinori Sakai, nacido el de 6 Agosto de 1945, día que cae la bomba atómica en la ciudad de Hiroshima. En la justa bajo los cinco aros, primera que se celebra en el continente asiático se inscribieron 5 140 deportistas, procedentes de 93 naciones.

El voleibol debuta en estos juegos. La victoria en categoría masculina es para la Unión Soviética y Japón ganó la competición femenina.

En Tokio debuta el judo como disciplina olímpica. Es para el país nipón algo más que un deporte.

Aunque los anfitriones ganaron tres de las cuatro divisiones de peso a disputar, en la categoría abierta (los judocas compiten sin límite de peso), un gigantón holandés, Antón Geesink, derrota al representante japonés, Akio Kaminaga, apoderándose del país anfitrión una profunda tristeza.

Habían sido derrotados en una disciplina que consideraban sagrada, por un competidor extranjero. Dos años después Kaminaga se suicidó para pedir perdón por la derrota, que produjo la deshonra a su pueblo.

El soviético Viacheslav Ivanov ganó su tercer título en la categoría Skiff, con un tiempo de 8 minutos 22 segundos, pasando a la historia por ser el primer hombre en el canotaje en conseguir tres oros consecutivos, (Melbourne 1956 , Roma 1960 y Tokyo 1964).

La australiana Dawn Fraser con 27 años, consiguió su tercer título consecutivo en la prueba de 100 metros libres, en dura disputa con la norteamericana de quince años Sharon Stouder.

Otro que ganó su tercer laurel olímpico fue el estadounidense Al Oerter, aunque lesionado en los cartílagos costales, El plusmarquista mundial el checo Ludvik Danek ocupa el segundo lugar.

La maratón cayó otra vez en el continente africano, y fue la única prueba que ganó un atleta africano. El etíope Abebe Bikila repitió su triunfo de Roma, más fácil y más rápido, y a diferencia de la ciudad italiana, en Tokio si corrió con zapatos

El velocista norteamericano Bob Hayes, era un jugador de fútbol de 86 Kilos, pertenecía a la Universidad Mecánica y agrícola del estado de Florida. Corrió la semifinal en un tiempo de 9,99 récord invalidado por la fuerza del viento a favor. Ganó la final igualando el récord que ostentaba el alemán Harry con 10 segundos, vencedor en Roma-1960, con lo cual había quebrado el hegemonismo de los estadounidenses.

La competición de Boxeo fue un verdadero desastre para los norteamericanos, que solo pudieron hacerse con un título, en la categoría de pesos pesados. Por los puños del mítico boxeador Joe Frazier.

Medallero de Tokío-1964


XIX JUEGOS OLÍMPICOS

MÉXICO-1968

La Ciudad de México acogió, Juegos Olímpicos del 12 al 27 de octubre de 1968. Ha sido la única vez que la gran fiesta del deporte mundial ha tenido asiento en Latinoamérica.

Los Juegos fueron cubiertos por más de 4.373 periodistas Más de 600 millones de espectadores pudieron seguir vía satélite el desarrollo de los mismos. Se inscribieron 5 531 atletas de 112 naciones, quienes vieron como Enriqueta Basilio encendió el pebetero la atleta.

Se consideran los Juegos de las grandes marcas, aun cuando había temor que estas estuvieran muy por debajo, pues la altitud de la capital mexicana, 2 260 metros sobre el nivel del mar, fijaba un reto difícil

Y ciertamente, en el atletismo, se resintieron los tiempos en las pruebas de fondo y medio fondo pero en las cortas y los saltos fue determinante para conseguir estupendos registros.

Por ejemplo, el estadounidense Jimmy Hines se convirtió en el primer hombre en bajar de los 10 segundos en 100 metros, consiguiendo 9'99.

Su compatriota Lee Evans logró un tiempo de otra galaxia para la década de lops sesenta. Logró la victoria en la prueba de 400 metros batiendo los récords olímpico y mundial con 42 segundos y 83 décimas.

La también norteamericana Wyoma Tyus ganó los 100 metros batiendo el récord olímpico y mundial con un tiempo de 11 segundos.

Las pruebas de relevos, tanto en la categoría masculina como la femenina, las coparon los norteamericanos, estableciendo ambas cuartetas nuevas marcas mundiales.

Igualmente en los 200 metros lisos el atleta norteamericano Tommie Smith venció con nuevo record mundial y olímpico con 19,8 segundos.

Pero la marca más espectacular fue la del norteamericano Bob Beamon, quien en salto de longitud llevó el récord del orbe hasta los ocho metros y 90 centímetros.

Los africanos coparon todas las pruebas de fondo. La maratón lo ganó el etíope Mamo Wolde, que también consiguió plata en la prueba de 10 000 metros. Wolde fue quien mantuvo el reinado de Etiopía en los 42 kilómetros y 192 metros, pues en la capital azteca el mítico Abebe Bikila tuvo que abandonar la carrera.

Otro récord, no mundial, pero si olímpico, que pasó a la historia fue el del estadounidense Dick Fosbury Y es que este saltador llamó ala atención de todos los competidores y espectadores, pues por primera vez un saltador atacaba la varilla de espalda, cuando todos lo hacían de frente, en un estilo conocido como rodillo ventral.

Fosbury nunca más volvió a competir, pero ese estilo que lleva su nombre, permanece en la actualidad.

Otra hazaña de los XIX Juegos fue la del norteamericano Al Oerter, quien con su triunfo en lanzamiento del disco, logró completar una cadena de cuatro títulos consecutivos en la especialidad.

La llamada reina de estos Juegos fue la checa Vera Calasvska, al ganar cuatro medallas de oro(concurso individual, barras asimétricas, saltos y suelo) y dos de plata (concurso por equipos y barra de equilibrios).

Demostró, además, de ser una magnífica gimnasta, saber cómo ganarse el afecto y simpatía de los espectadores mexicanos, al interpretar sus ejercicios con música típica del país sede, lo que provocó el delirio del público.

Celebró su boda durante esos Juegos, contrayendo matrimonio con el también atleta y compatriota Josef Odlozil, rodeado de mariachis locales.

Dos nombres comenzaron a escribirse en los cintillos en la Ciudad de México. Ambos, por cierto, estarían varios años, copando los titulares de la prensa. El alemán Rolland Mathwes y el norteamericano Mark Spitz iniciaron sus carreras medallistas en Juegos Olímpicos en estos Juegos.

El primero venció en 100 y 200 espalda en 1968, mientras Spitz, venció en 4 x 100 y 4 x 200, en tanto consiguió plata en 100 mariposa y bronce en 100 libres.

Estados Unidos regresó a la cima del medallero con 107 medallas, de ellas 45 de oro, 28 de plata y 34 de bronce. La URSS, que desde 1956 se mantuvo en esa cumbre terminó con 91 preseas (29-32-30).

Medallero de México-1968

 

XX JUEGOS OLÍMPICOS

MUNICH-1972

Después de las ediciones ,Tokio-1964 y México-1968, los Juegos volvieron a la vieja Europa, concretamente a Munich en la República Federal Alemana. El territorio germano ya había albergado a estas citas, concretamente en el año 1936 en Berlín, por lo que treinta y seis años después, éstos regresaron a ese suelo, con asiento en la ciudad de Munich.

Munich presentó una novedad que no tardó en convertirse en un sello distintivo de cada edición venidera. Fue en la vigésima versión de estas fiestas multideportivas que hizo su aparición la primera mascota. Fue un perro salchicha, llamado Waldi.

Igual de estreno resultó el juramento olímpico, por primera vez en voz de una mujer, la campeona de 100 metros Heidi Shuller, había formulado. En la ceremonia de apertura estuvieron representados 122 países, quienes aportaron 7 123.

Pero también la ciudad alemana fue testigo de un ataque terrorista por el grupo palestino Septiembre Negro, que terminó con la muerte de nueve atletas israelitas, y un policía alemán. También fallecieron cinco de los atacantes.

Tras los funerales, se continuaron los Juegos, a los que en ese momento le quedaban cinco jornadas.

El finlandés Lasse Viren tendió un puente con los compatriotas que le antecedieron, al vencer en las pruebas de 10 000 y 5 000 metros.

En otra de las modalidades de fondo, el keniano K.Keino, ganaría la medalla de oro en los 3 000 metros obstáculos y la de plata en los 1.500.

Pero a quien le cupo el mérito de Rey de los Juegos fue al nadador estadounidense Mark Spitz. Si cuatro años antes, había ganado dos medallas de oro, una de plata y otra de bronce, en Munich, se llevó siete medallas de oro batiendo los récords mundiales de cada una de las pruebas en las que participó. Éstas fueron los 100 y 200 metros libres, los 100 y 200 metros mariposa, relevos 4 por 100 libres , 4 por 200 libres y 4 por 100 estilos. Esta asombrosa actuación dejó en segundo plano al resto de los nadadores.

La anotación tampoco dejó atrás el alemán Roland Matthes, al conseguir cinco medallas. Hizo doblete en las pruebas de espalda, obteniendo el oro en 100 y 200 metros, plata en el relevo 4 por 100 estilos y bronce formando parte del equipo de 4 por 100 metros libres.

El deporte de tiro con arco desaparece en los Juegos de Amberes y se incorpora en sus dos sectores, femenino y masculino en Munich. Los norteamericanos J.Williams y D.Wilber ganan en sus respectivas categorías.

Había aparecido como deporte de exhibición en Tokio-1964 y se incorpora al programa olímpico en estos juegos. El holandés Ruska domina la categoría de más de 95 kilos y la abierta.

El balonmano sólo se había disputado en los juegos de Berlín en 1936, entonces cada equipo tenía 11 jugadores. En esta edición ya aparece con su formato actual de siete integrantes por equipos. Las selecciones que llegaron a la final fueron Yugoslavia y Checoslovaquia ganando la primera por 21 a 16.

El cubano Teofilo Stevenson logró su primer título olímpico en la categoría de pesos pesados, en una competición donde destaca la pobre actuación del equipo norteamericano, mientras los cubanos terminan con tres. Una de ellas, la del 51 kilogramos Orlando Martínez, es la primera de la mayor de las Antillas tras el triunfo de la Revolución de la Revolución del 1 de enero de 1959.

En modalidad masculina de la gimnasia, continúa la supremacía de Japón, que comenzó en los juegos de México. Ganó el concurso por equipos por delante del soviético. A nivel individual destacó el japonés Sawao Kato, quien consiguió reinar en México-1968 con cuatro medallas ( tres de oro y una de bronce). En Munich obtuvo cinco, tres de oro (por equipos, en el concurso individual y en barras paralelas), y dos de plata ( potro con arcos y barra fija).

Y el desenlace del baloncesto masculino, fue dramático. La final la disputaron los equipos de la Unión Soviética y de Estados Unidos. Con el tiempo cumplido, los norteamericanos celebraban el triunfo, después de anotar 2 tiros libres. El marcador era 50-49. Los soviéticos reclamaron a la mesa, y los jueces concedieron tres segundos más de juego. En medio de esta confusión, Alexander Belov anota una última canasta que deja el marcador en 50-51, dándole la victoria a los soviéticos. Las protestas norteamericanas no sirvieron de nada, los jugadores en señal de protesta, no asistieron a la entrega de medallas.

Medallero de Munich-1972


XXI JUEGOS OLÍMPICOS

MONTREAL-1976

Montreal, en la provincia de Quebec, es la ciudad más representativa de la población francófona de Canadá. Los gobernantes de la ciudad, organizaron en 1976 unos Juegos espectaculares y fastuosos sin escatimar en gastos, llevando a la nación canadiense a asumir un déficit de 1.000 millones de dólares.

Para evitar conflictos entre la población francófona y la angloparlante, la Reina de Inglaterra en la inauguración, pronunció el ritual en los dos idiomas. El pebetero lo encendieron en vez de un sólo atleta, como era habitual, dos. Cada uno de ellos representaban las dos lenguas que se hablaban en el país. El pebetero lo encendieron Sandra Henderson y Stephane Prefontaine.

En 1972 Los Juegos de Munich fueron los primeros que adoptaron una mascota como un elemento más que formaba parte de la identidad del país organizador. Amik, el castor, que fue la mascota de estos juegos de Montreal, recogía el testigo del perrito Waldi que lo fue en Munich.

Carrera de 1500 metros, ganda por el neozelandés John Walker (camiseta blanca)

Países como Kenia, Marruecos, Nigeria, Argelia y Camerún y otros del continente africano no acuden a los Juegos, en protesta de la admisión de Nueva Zelanda, país que toleró la presencia de un equipo de esa nacionalidad en una gira por Sudáfrica, que estaba separada del movimiento deportivo internacional por su política de discriminación racial. Esas ausencias produjeron unas 441 bajas, 173 en atletismo y 90 en boxeo.

El cubano Alberto Juantorena hizo doblete olímpico. Lo consiguió en dos pruebas donde no era habitual conseguirlo, ya que ganó la última prueba de velocidad los 400 metros lisos y la primera del fondo los 800 metros. En esta última batió el record olímpico y mundial con 1:43:4.

La única carrera exceptuando los relevos que ganó un norteamericano fue los 400 metros vallas, con Edwin Moses en 47,63. Moses dominaría esta prueba durante años.

El finlandés, Lasse Viren, repitió el triunfo que había conseguido cuatro años antes en Munich, el doblete en 5 000 y 10 000 metros.

El mejor boxeador amateur de todos los tiempos, el cubano Teofilo Stevenson, ganó su segundo oro olímpico consecutivo en la categoría de pesos pesados.

En la categoría reina, un soviético de nombre Vasili Alexeev, se hizo con la medalla de oro, ganando su segundo título olímpico consecutivo, pues venció también en Munich 1972. Vasili, que medía 1,80 centímetros de altura y pesaba 159 kilos, sumaba un título más a una carrera en la que acabaría batiendo 80 récords mundiales y permanecería entre los años 1970 y 1978 imbatido.

Sin lugar a dudas, la reina de los Juegos fue una rumana de 14 años, de sólo 1,43 centímetros de altura y un peso de 43 kilos, Nadia Comaneci. Haría historia con su actuación en las pruebas del concurso gimnástico.

Nadie hasta la fecha, había conseguido que los jueces, le concedieran un 10 por un ejercicio. Nadia no consiguió uno, sino que fueron hasta siete las puntuaciones máximas que logró.

En Montreal alcanzó 5 medallas, tres de oro (en individual, barra de equilibrios y barras asimétricas), plata por equipos y una de bronce en ejercicios de suelo.

Aunque en categoría masculina, el concurso por equipos lo ganaría Japón, individualmente sería un soviético Nikolai Andrianov, quien dominara la gimnasia masculina, ganando 4 medallas de oro (individual, anillas, suelo y potro), dos de plata (Por equipos y en barras paralelas), además de una de bronce en Potro con arcos.

La República Democrática Alemana arrasa en la categoría femenina; una de sus nadadoras Kornelia Ender había sido la medallista más joven de la historia, al lograr tres medallas de plata en los anteriores juegos de Munich en 1972. En Montreal ganó tres oros en 100, 200 metros libres y los 100 metros mariposa. Su compatriota Ulrike Richter, hizo doblete ganando 100 y 200 metros espalda.

En estos juegos debutaría el baloncesto femenino, el oro fue para la Unión soviética que apabulló a el equipo norteamericano derrotándole por 25 puntos 112-77, En las filas soviéticas jugaba la mítica jugadora Uliana Semenova que con sus 2,10 metros de estatura marcaba la diferencia.

Medallero de Montreal-1976

 

 

 

 

 


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