Durante algunos días, la bielorrusa Nadzeya Ostapchuk celebró como la nueva reina de la impulsión de la bala, sin embargo, el amanecer del lunes no trajo muy buenas noticias para la fornida monarca bajo los cinco aros en Londres.

El Comité Olímpico Internacional (COI) anunció su positivo en un control antidopaje, válido para retirarle la medalla de oro obtenida el pasado 6 de agosto, sanción que, por lo tanto, prolonga el reinado de la neozelandesa Valerie Adams, incontestable dominadora de la disciplina en el último lustro.

Ostapchuk puso en pie el Estadio Olímpico de Stratford con su marca de 21,36 metros, relegando a Adams, titular indiscutible en Beijing cuatro años atrás, pero solo pudo disfrutar las mieles del triunfo una semana, el tiempo que demoró en salir a la palestra pública su lamentable infracción.

La atleta pasó un control de orina el 5 de agosto, un día antes de la final de la impulsión de la bala, y volvió a someterse a un test justo después de la prueba. "Las dos muestras recogidas indican la presencia de metenolona, clasificada como un agente anabólico e incluida en la lista de sustancias prohibidas del 2012", informó el COI en un comunicado.

Con la descalificación de la atleta, el organismo rector del olimpismo reclamó al Comité bielorruso que devuelva "lo antes posible" tanto el metal dorado como el diploma entregado a Ostapchuk, que ahora corresponden a Valerie Adams, finalmente escoltada por la rusa Evgeniia Kolodko y la china Lijiao Gong, plata y bronce, respectivamente.