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La gloria no solo son medallas Alfonso Nacianceno, enviado especial LONDRES.—¿Qué hace esa muchacha “peleando” en un deporte para varones? Se hubieran preguntado los abuelos chapados a la antigua, cuando “la mujer era para la casa y el hombre buscaba el sustento en la calle”.
Katherine combatió con ahínco frente a rivales de mayor experiencia. FOTO: RICARDO LÓPEZ HEVIA, ENVIADO ESPECIAL Hoy, para realización de ellas —y admiración nuestra— en lugar de circunscribirlas a las labores hogareñas, sentimos orgullo cuando una joven como la luchadora de libre Katherine Videaux toma por pedestal sus propios méritos y nos lega una lección de valentía. Aquí los tackles tienen un sabor diferente, porque animan esta fiesta de la elite mundial, y no siempre el esfuerzo es premiado con los lugares cimeros. Katherine (63 kg), campeona panamericana, quinta del orbe y primera cubana competidora en la lucha libre de unos Juegos Olímpicos, salió del colchón llorando y, aunque se detuvo en la zona mixta ante los periodistas que reclamaban su presencia, las lágrimas no le permitieron pronunciar palabra alguna. La holguinera combatió entre rivales que rebasan por mucho sus cuatro años de experiencia y coincidieron con ella en la parte baja del organigrama. La rusa Lubov Volosova, tres platas mundiales, le ganó en su segunda salida; sin embargo, del trío compuesto por la kazaja Yelena Shalygina, bronce de Beijing 2008; la húngara Marianna Sastin, submonarca del orbe, y la ucraniana titular europea Yuliya Ostapchuk, únicamente la Volosova engarzó un bronce. El oro fue para una fuera de serie, la japonesa Kaori Icho, reina por tercera ocasión consecutiva desde Atenas 2004. El entrenador de la nuestra, Elio Garraway, aseguró que “cometió varias imprecisiones a la entrada del tackle, se vio desorganizada, aunque su ímpetu y fogosidad nunca disminuyeron”. A Katherine —octava en tan fortísimo evento— le pertenece la gloria de haber abierto esta senda para Cuba, para sus mujeres, en la lucha libre. 8 de agosto de 2012 |
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